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El Etna y el Kilauea se despiertan en vacaciones

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Este año los volcanes están enfadados. En junio, el volcán chileno Puyehue entró en erupción poquísimo tiempo después de que entrara en erupción en Islandia el volcán Grimsvötn, sin que hubieramos olvidado aún el caos aéreo que provocó en Europa el año anterior el Eyjafjallajökull.

Luego en julio empezó a rugir el volcán Lokon, situado en el norte de las islas Célebes. En Indonesia la semana pasada comenzó a escupir lava el Kilauea en Hawaii y pocos días después el Etna, en Silicia.

Son los dos últimos que han entrado en erupción, pero hay muchos más que cada día escupen alguna fumarola y dan pequeños sustos.

Entre dos placas tectónicas

El volcán Etna está en la costa este de la isla italiana Sicilia. En un punto de confluencia de dos placas tectónicas, la africana y la euroasiática. Mide más de 3.300 metros de altura. Y es uno de los volcanes de los que más datos históricos se tienen.

El Etna tiene cuatro cráteres y lanza bombas y bloques de lava

Hay escritos sobre sus erupciones desde el año 1.500 antes de Cristo. El Etna tiene cuatro respiraderos (cuatro cráteres) y cuando entra en erupción suele ser muy explosivo.

Este tipo de erupción se llama estromboliana. El volcán lanza bombas y bloques de lava. Libera más ceniza, gases y rocas que lava.

Cuna de Hefesto

Gracias a esos escritos que mencionaba hoy sabemos que los antiguos griegos creían que bajo el Etna vivía Hefesto, el dios del fuego, y allí fabricaba espadas.

Cuando moldeaba el hierro candente el fuego saltaba por la parte superior, por eso entraba en erupción. Durante siglos nadie se atrevió a colonizar las laderas del Etna, no solo por no perturbar al dios sino porque pensaban que allí también habitaba un enfurecido cíclope, un ser mitológico enorme con un solo ojo en medio de la frente.

Los griegos pensaban que Hefesto, el dios del fuego vivía en el Etna, además de un enfurecido cíclope

Esta leyenda surgió cuando un grupo de marineros encontró hace 5.000 años el cráneo de un elefante enano allí. Estos animales vivieron en la isla durante el Cuaternario.

Los cráneos de los elefantes tienen un hueco precisamente en medio, y los marineros pensaron que ahí se alojaba el ojo del monstruo. En realidad, ese hueco aloja la trompa.

El Kilauea, en Hawai

En cuanto al volcán Kilauea, en la otra punta del planeta, en Hawai, la leyenda tiene que ver con Peléla diosa del fuego según la tradición hawaiana.

Cuando algo la enfurece, el volcán entra en erupción. Algo le habremos hecho porque expulsa lava sin cesar desde 1983 y estos días lo hace en mayor cantidad.

Pero por el momento, y como es habitual no hay peligro. La manera de erupcionar del Kilauea es muy diferente a la del Etna. El Kilauea es un volcán típico hawaiano.

En este caso sí hay lava, y mucha. Llena la caldera hasta que se desborda. Entonces, y como si de una densa y ardiente papilla se tratara, el magma se desliza por los bordes y forma ríos que desembocan y se enfrían en el océano Pacífico.

Este espectáculo se puede ver en vivo y en directo sin moverse de casa. El Observatorio de Volcanes hawaiano (Hawaiian Volcano Observatory) tiene instaladas webcams en dos de los cinco volcanes de Hawaii, el Mauna Loa y el Kilauea.