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Rebeldes libios y opositores al régimen de Gadafi mantienen contactos en Trípoli, según la BBC

  • 5 miembros del CNT hablan a diario con más de 100 opositores
  • Los rebeldes aseguran que, en secreto, les conifiesan que están de su lado
  • El objetivo de estas conversaciones es el de planear la marcha de Gadafi

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Los rebeldes libios mantienen contactos secretos con una red formada por los opositores al régimen del coronel Muamar al Gadafi en Trípoli, según revela este viernes la cadena BBC.

Varios miembros del Consejo Nacional de Transición (CNT) en Bengasi han afirmado que mantienen conversaciones secretas con el objetivo de preparar la caída del régimen libio y que estos contactos se realizan a través de Skype y de teléfonos vía satélite.

Un objetivo claro

De acuerdo con la BBC, los rebeldes quieren que la oposición a Gadafi que está en Trípoli participe en la caída del régimen.

Los rebeldes de Bengasi denominan "Los cinco de Trípoli" a los miembros del CNT que cada noche realizan estos contactos con más de cien personas que están en Trípoli, y creen haber encontrado la manera de evitar que el régimen de Gadafi los controle.

Alamin Belhaj, miembro del CNT, cree que las comunicaciones directas a través de Skype y por teléfono son seguras porque hasta ahora nadie ha sido detenido, añade la cadena británica.

"Hablamos cerca de una hora cada noche. La red cubre todos los sectores de la sociedad y todos nos dicen lo que los amigos están pensando, o lo que se dice en las mezquitas y en las calles", afirma Belhaj en unas declaraciones que divulga este viernes la BBC.

Durante treinta años Belhaj ha mostrado su oposición a Gadafi y es un miembro destacado de la Hermandad Musulmana Libia, establecida primero en Trípoli y después en el exilio en Manchester, norte de Inglaterra.

Cambio de bando

Según Belhaj, todo indica que las personas que se oponen a Gadafi tienen menos miedo y creen que el régimen se debilita.

"Estamos 100% seguros de que habrá un levantamiento en Trípoli, lo único (por saber) es el momento", agrega.

Otro asunto que los rebeldes tienen en cuenta es fijar planes a fin de evitar un baño de sangre si el régimen llegase a caer.

"Creemos que Gadafi planea algo en caso de que se marche. Y tenemos miedo a los comités revolucionarios a favor de Gadafi y a los servicios de seguridad que protegen al régimen. Tenemos que tener un plan exhaustivo para prepararnos ante lo que puede pasar si pierde el poder", resalta Belhaj.

Los rebeldes tratan de contactar a profesionales, agentes de Policía, miembros del Ejército que aún parecen mantener la lealtad a Gadafi, pero que han manifestado en secreto que cambiarían de bando y aceptarían órdenes del CNT si el coronel se marcha.

"Mucha gente en el Ejército y en la Policía dice ahora que están con Gadafi, pero que estarán con nosotros cuando llegue el momento. Este es el mensaje claro que nos envían", asegura Belhaj.

¿Salida inmediata?

Por su parte, el exembajador de Libia ante la ONU Abdel Rahman Shalgam aseguraba el pasado jueves que Gadafi está buscando dinero y se prepara para dejar el país en un plazo máximo de dos o tres semanas.

En una entrevista al departamento audiovisual del diario italiano Corriere della Sera, Shalgam, quien fue ministro de Exteriores de Libia de 2000 a 2009, indicó que la intención de Gadafi es "permanecer lejos" de la Corte Penal Internacional (CPI), en La Haya.

"Él sabe que no existe ya una posibilidad de quedarse en Libia o de gobernar a los libios. Está maniobrando para hacer tres cosas: dejar el país, reunir dinero y estar lejos de la Corte Penal Internacional", ha asegurado el exembajador, quien ahora se sitúa en el bando de los insurrectos al régimen de Trípoli.

"Quizá piensa en Bielorrusia, también en reunir dinero para marcharse. Creo que en el plazo de algunas semanas dejará Libia, dos o tres semanas como máximo", ha agregado.

Según Shalgam, el líder libio está negociando con países africanos amigos y quizá también con Bielorrusia para buscar una salida que le permita evitar la entrega a la CPI ante la petición de arresto formulada por su fiscal jefe, Luis Moreno Ocampo, bajo acusaciones de crímenes de lesa humanidad.