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Buscamundos se adentra en la 'zona cero' del terremoto de Haití

  • El equipo de informativos y el del programa de TVE visitan Léogane
  • La ciudad fue epicentro del terremoto
  • AECID y Cruz Roja fabrican viviendas para la población rural

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Anciana en la plaza central de Léogane, Haití.
Anciana en la plaza central de Léogane, Haití.

Buena parte de la costa occidental haitiana sufrió el impacto del terremoto de enero de 2010, pero Léogane se llevó la peor parteEl 90% de la ciudad quedó destrozada. Entre 20.000 y 30.000 personas murieron. Este fue el epicentro del temblor y hasta aquí ha llegado el equipo del programa Buscamundos y del informativo de TVE.

La ciudad, antaño conocida por sus destilerías, está situada a una hora y media (con buen tráfico) de Puerto Príncipe hacia el suroeste. Para llegar aquí hay que atravesar el caos inefable de Martissant y Carrefour, donde la carretera no existe, aunque alivia ver trabajos de acondicionamiento en algunos tramos. Llegando a los alrededodres de Léogane, el asfalto aún muestra las cicatrices del seísmo.

Casas pagadas por España

Desviándose hacia el interior de los valles por caminos pedregosos, entre plátanos, palmeras, maizales y mangos (un paisaje muy verde teniendo en cuenta que solo el 2% del territorio está cubierto por bosques después de décadas de tala sin control), se encuentra Deslandes.

Esta es una de las 14 comunidades en las que Cruz Roja Española (CRE) fabrica e instala lo que llaman "casitas". Con una estructura de metal que se fabrica en España y se monta en Haití, se ponen en pie viviendas básicas en tan solo tres días. En total se ha dado cobijo a 1.500 familias, pero el proyecto está destinado para 4.500. Las viviendas están diseñadas según estandares internacionales y su amplitud depende del número de miembros.

Los fondos los provee la  Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Según explica María Civit, su responsable de proyectos para la reconstrucción en Haití,  en la última conferencia de donantes España ha comprometido en total 346.00 millones para el país.

Para ayudar a decidir quién se beneficia de las casas, ya que no hay para todos, se llevan a cabo reuniones vecinales, a las que acude Alicia de Oliva, responsable de desarrollo comunitario de CRE.

'Zona cero' de Léogane

La plaza de Léogane es como la "zona cero" del terremoto. Quedan algunos edificios en pie (curisosamente, uno de madera), pero la mayoría se desplomaron, incluyendo la iglesia mayor. En la plaza central hay ahora un campamento que ha adquirido vida propia.

El temblor no respetó ni a los muertos en sus tumbas. Buena parte de los mausoleos del cementerio local, donde no hay nichos, se han caído. Los nombres de las familias que los pagaron yacen en el suelo, entre las hierbas donde pastan vacas y cabras. A la entrada, una empalizada delimita la fosa común de las víctimas del 12 de enero de 2010 

El poste en el que se depositan las ofrendas al Barón Samedi, el loa responsable de los muertos en el panteón vuduista, sigue ahí, ennegrecido y rodeado de restos de botellas de ron Barbancourt.

Ceremonia vudú en el templo de Cleopatra

La destrucción es más que evidente, pero Léogane esconde también secretos. El programa Buscamundos tiene una cita muy especial a las afueras, en un casa baja igual a todas las demás, sin ningún rasgo que la distinga. 

Este es el peristilo o templo vudú de Cleopatra, una venerable anciana de más de 90 años, mambó (sacerdotisa) y madre espiritual del máximo responsable de esta religión popular haitiana, Max Beauvoir. El templo de Cleopatra es más popular, menos oficial que el de Beauvoir en Mariani. El equipo de TVE tiene el privilegio de poder presenciar una auténtica ceremonia vudú (eso sí, sin sacrificio de animales).

Los oficiantes pintan símbolos en el suelo y cantan al son de ritmos martilleantes, dirigidos por la mambó.

Ceremonia de vudú en Leogane, Haití

"Todo haití es vudú" nos dice uno de nuestros acompañantes locales. Los que perdieron su vida bajo los escombros y los vivos que buscan cada día su sustento siguen conectados, porque estamos en Haití.