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Informe Semanal. Infancias robadas

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Informe Semanal - Infancias robadas

El próximo viernes 29 de abril se estrena No tengas miedo, la última película de Montxo Armendáriz. Seis años después de su último largometraje, “Obaba”, el director navarro afronta un tema delicado: el abuso sexual en la infancia. Con Michelle Jenner como protagonista y Lluís Homar y Belén Rueda en los papeles principales,  “No tengas miedo” narra la lucha de una joven por superar las secuelas que le han dejado los abusos de su padre durante la infancia.

Alarmantes estadísticas

Entre un 15 y un 20 por ciento de los niños  sufren algún tipo de abuso sexual antes de cumplir los 16 años

Impresionado por los casos que le contaron algunos psicólogos,  Montxo Armendáriz ha querido llamar la atención sobre un problema que sigue siendo tabú en nuestra sociedad a pesar de las alarmantes estadísticas.

Según algunos estudios, entre un 15 y un 20 por ciento de los niños sufren algún tipo de abuso sexual antes de cumplir los 16 años. Para entre un 4 y un 10% su infancia se convierte en un calvario, porque ese abuso es grave y continuado. En la mayoría de casos su abusador es alguien de su propio entorno familiar, un padre, un tío, un primo, un abuelo…  La intimidad de un hogar aparentemente normal y el silencio de unas víctimas fácilmente manipulables es su mejor coartada.

En otros casos, cuando el niño o la niña se atreven a contarlo se encuentran con que el resto de la familia no les cree, lo que les lleva a afrontar solos su sufrimiento. Algunos no lo contarán nunca, otros tardarán años. Para quienes no reciben apoyo en su infancia las secuelas suelen pasar por dificultades para relacionarse, falta de autoestima, adiciones y en los casos más graves intentos de suicidio.

El año pasado se presentaron en los juzgados españoles 3.500 denuncias por presuntos abusos sexuales contra menores. Se cree que es una mínima parte, la mayoría no denuncia por miedo, por la repercusión social que tiene para la familia y porque incluso demostrarlo es muy difícil.

Psicólogos y asociaciones contra la violencia infantil piden a los profesores y a los servicios sociales que no cierren los ojos ante este problema porque los mensajes que a su manera envían los niños pueden servir para detectar muchas de estas situaciones.

Asumir lo vivido, no callarse sino contarlo –denunciar si es posible- y buscar ayuda profesional es, según muchas víctimas, la mejor manera de afrontar una dramática experiencia que no se olvida, pero que se puede superar.