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Los aliados aumentan la presión para que Gadafi se vaya pero estudian armar a los rebeldes

  • Los aliados acuerdan en la cumbre de Londres aumentar la presión
  • Francia y Reino Unido también barajan la opción pero otros países la rechazan
  • La gran incógnita es si incumple la resolución 1973 de la ONU
  • Los rebeldes dan la bienvenida a la iniciativa y prometen elecciones libres
  • Italia insiste en que la mejor solución sería forzar el exilio del líder libio

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Los aliados, entre dar armas a los rebeldes o el exilio de Gadafi

La coalición de países que apoyan la intervención militar en Libia han aumentado la presión contra el régimen de Muamar el Gadafi, al que le han advertido de que los bombardeos seguirán hasta que cumpla con la resolución 1973 de la ONU, con el objetivo de acelerar el fin de la intervención militar.

Sin embargo, mientras un grupo de países -notablemente Francia, Reino Unido y Estados Unidos- han abierto la posibilidad de armar a los rebeldes libios, otros países, como las potencias árabes, Italia o España, apuestan por forzar el exilio del dictador para evitar un baño de sangre.

"Les recuerdo que no es parte de la resolución de la ONU, pero estamos preparados para armar a nuestros socios", ha declarado el ministro de Exteriores frances, Alain Juppé, al término de la cumbre que se ha celebrado en Londres para buscar una salida política a la crisis libia.

Juppé ha sido el que se ha expresado con más claridad sobre el armamento a los rebeldes, algo que no han descartado ni el jefe del Foreign Office británico, William Hague, ni la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, aunque consideran que no es algo que se plantee en este momento.

"Entiendo que tenemos que dar la ayuda al pueblo libio para defenderse en determinadas circunstancias pero es algo que no ha sido discutido en la cumbre", ha asegurado Hague.

No en este momento

Clinton ha añadido que, aunque en efecto es algo que no se plantea en este momento,  su país considera que no sería ilegal armar a los rebeldes.

La secretaria de Estado de EE.UU. cree que en estos momentos lo que más urge es dotar a los rebeldes de medios financieros para desarrollar sus operaciones.

Por contra, desde Washington la embajadora de EE.UU. ante la ONU, Susan  Rice, ha desvelado que su país se plantea armas a los rebeldes para  ayudarles a  derrocar al coronel Gadafi en su avance hacia Trípoli.

"Tenemos evidentemente un gran interés de ver a Gadafi fuera del   poder", ha declarado la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Susan   Rice, en una entrevista con la emisora ABC, que ha subrayado que aunque   la misión de EE.UU. bajo el amparo de la resolución de Naciones Unidas se limita a proteger civiles, su objetivo a largo plazo es la caída del dictador.

Por su parte, los representantes del Consejo Nacional Transitorio Interino (CNTI) de Libia han asegurado que están dispuestos a recibir ayuda militar del exterior para combatir a las fuerzas leales al líder libio, coronel Muamar el Gadafi.

"Por supuesto que damos la bienvenida a cualquier ayuda que podamos recibir de cualquier país. Hasta ahora no nos han ofrecido nada, así que no voy a hacer comentarios", ha declarado Mahmoud Shammam, jefe de relaciones con la prensa del CNTI, en rueda de prensa en Londres.

"Los combatientes de la revolución están consiguiendo muchas armas que deja la gente de Gadafi cuando es derrotada", ha explicado Shammam al ser preguntado por el potencial militar de las fuerzas opositoras y por la posibilidad de que la comunidad internacional, o parte de ella, acceda a armar a los rebeldes.

¿Es legal?

Sin embargo, la iniciativa de armar a los rebeldes está lejos de tener consenso entre los más de 40 países y organizaciones internacionales reunidos en Londres.

La ministra de Exteriores española, Trinidad Jiménez, ha contradecido a Clinton y ha asegurado que para armar a los rebeldes sería necesaria una nueva resolución de la ONU ya que la 1973 impone, a su juicio, el embargo de armas a todas las partes.

Además, Jiménez ha reconocido que hay un acuerdo tácito entre los miembros de la coalición de que los mejor en estos momentos sería que Gadafi saliese del país.

Por su parte, el primer ministro de Catar, Sheikh Hamad bin Jassim al-Thani, cuyo país organizará la primera cumbre del Grupo de Contacto sobre Libia, ha pedido a Gadafi que se vata para evitar un baño de sangre.

"Creo que esta es la única solución a este problema lo antes posible pero por ahora no vemos ningún indicio de esto, aunque lo que ofrecemos ahora podría no está sobre la mesa dentro de unos días. No estoy advirtiendo a nadie pero trato de parar un baño de sangre", ha declarado.

La puerta del exilio

En su rueda de prensa posterior a la cumbre, Clinton ha subrayado que Gadafi "tiene que tomar una decisión y aún no la ha tomado".

Juppé ha sido más claro y ha declarado que es a los libios a los que corresponde la decisión de "desembarazarse de Gadafi".

Hague, por su parte, ha asegurado que su país no busca destino a Gadafi pero que eso no excluye que otros país pueda hacerlo, en una alusión velada a Italia, que patrocina la salida negociada con Gadafi a través de un exilio.

De hecho, el ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, ha declarado que el consenso es que "Gadafi se vaya".

"Hay un acuerdo tácito entre todos de que lo mejor sería para Gadafi irse al exilio porque  la única razón para seguir esta guerra es la presencia de Gadafi", ha  declarado una fuente diplomática transalpina, que ha calificado de  "oportunidad perdida" el hecho de que no haya presencia de  representantes de la Unión Africana en la cumbre.

"Solo la Unión Africana puede convencerle de que se vaya al exilio", ha añadido la fuente.

El problema es que el Consejo Nacional de Transición ya se ha negado a permitir la marcha de Gadafi y ha asegurado que es innegociable que él y su entorno rindan cuentas de sus crímenes.

La Corte Penal Internacional ha abierto una investigación contra Gadafi por crímenes de guerra en cumplimiento de la resolución 1970 de la ONU, impulsada por alguno de los países que ahora no verían con malos ojos su exilio a un país africano.

La cumbre de Londres ha sido inaugurada por el primer ministro británico, David Cameron, que ha expresado su  confianza en que la conferencia internacional sobre Libia que se celebra  en Londres represente "un nuevo comienzo" para el país norteafricano.

Presencia árabe desigual; ausencia africana

Cameron ha abogado por "un futuro en el que el pueblo de Libia pueda determinar su futuro sin violencia y sin opresión", pero añadió que los libios no podrán hacerlo solos.

Aunque se ha conseguido que la próxima reunión de los países de la coalición sea en Catar, la implicación de los países árabes sigue siendo muy escasa.

Además de la aportación de Catar y Emiratos Árabes Unidos, ningún otro país ha querido unirse a una operación militar que está ahora en manos de la OTAN.

De hecho, pese a la presencia de los embajadores de Turquía o Jordania, otros países como Marruecos o Kuwait solo han enviado a sus embajadores.

En un gesto que puede significar un cierto alejamiento de la operación, la Liga Árabe ha decidido enviar solo a su embajador en Londres pese a que la primera cumbre de los aliados, celebrada en París, contó con la presencia de su secretario general, Amro Musa.

Más significativa aún ha sido la ausencia de representantes de la Unión Africana, la organización internacional más cercana a Gadafi que ha presentado su propia hoja de ruta para una solución negociada del conflicto.