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¿Un gorila? ¿Un artista? ¿Un Oscar? Banksy

  • El documental de Banksy opta al mejor documental en los Oscar
  • Banksy quiere acudir enmascarado con una careta de mono
  • El graffitero reflexiona en su trabajo sobre los límites entre arte y mercado

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Banksy podría estar en Los Ángeles pero sólo se ven sus grafitis

Pasan las 4 de la mañana del lunes 28, hora peninsular española. Tras entregar Amy Adams y Jake Gylenhaal las estatuillas a mejores cortos de ficción y animación e interpretar James Franco y Anne Hathaway un gag, Oprah Winfrey sube al escenario del Kodak Theatre de Los Ángeles -según la filtración en internet de la ceremonia- y desvela quién es el ganador del Oscar a mejor largometraje documental...

Se trata de uno de los momentos climáticos de la ceremonia, ya que uno de los candidatos es la magnífica Exit through the gift shop, documental filmado por el carismático y anónimo graffitero británico Banksy.

Banksy quiere estar en la ceremonia, pero quiere hacerlo enmascarado, en concreto con una careta de mono como la que aparece en el cartel de su película y que está tomada de las ochenteras Guerrilla Girls. Y si gana el Oscar, quiere subir a recibirlo de esa guisa.

Tras informaciones iniciales que afirmaban que el presidente de la Academia, Tom Sherak, se había negado a semejante posibilidad (el protocolo de los Oscar es muy estricto y poco abierto a estridencias fuera de guion), The Hollywood Reporter recogía las declaraciones del académico negando que fuera a impedirlo.

Según relata Sherak, los representantes del graffitero acudieron al almuerzo de nominados y plantearon la posibilidad de su presencia enmascarada. “Una conversación de cinco minutos en la que se habló como estar todos a gusto -relata Sherak- y les dijimos que si quiere aparecer así, por supuesto que debería. Nosotros preferiríamos que no llevase una máscara, pero no hay una regla. Le pedimos que respetase la noche de los Oscar y su honra”.

“Yo no voy a ponerme delante de él para detenerlo. Nadie lo hará, porque no es nuestro estilo”, afirma Sherak y recuerda que otros premiados ya hicieron extravagancias y nadie se molestó. “Miro a lo que Banksy ha hecho y es divertido -reconoce-, quizá no si soy la CBS y él está pintarrajeando mis vallas publicitarias”.

Se refiere el presidente de la Academia a las pintadas que el graffitero ha venido haciendo en Los Ángeles en las semanas previas a la ceremonia, una de ellas sobre un cartel de la CBS -aunque la empresa que pagó el anunció se ha enfadado por que se retirase la obra sin su consentimiento.

Su obra urbana, la expectación creada en torno a su aparición en la ceremonia de los Oscar y el debate creado a favor y en contra de su figura componen una especie de extras para el DVD de su documental, en el que Banksy plantea una agudísima reflexión abierta a múltiples lecturas sobre los límites entre arte y mercado, entre realidad y ficción, entre copia fraudulenta y recepción artística.

Claro que toda especulación puede quedar defraudada si en lugar del artista urbano quien acude a la gala es un representante o/y si los académicos deciden premiar otro documental (posiblemente, Inside Job).