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El tren que viaja más rápido que un avión

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Ciencia al cubo

El nacimiento de perritos fluorescentes, la muerte de una chimpancé calva, qué son las neuronas espejo, el origen de los ojos azules o por qué nos salen canas. De la mano de América Valenzuela, en 'Ciencia al Cubo' pueden escuchar las historias más variopintas sobre temas científicos de actualidad. Emisión en Radio 5: Lunes a jueves a las 15: 42; Sábados 09:22 / 17:52 / 21:06; Domingos 09:22 / 17:55

El tren que viaja más rápido que un avión ya existe. Lo han diseñado ingenieros chinos de la Universidad del suroeste de Jiangtong. Es el primero del mundo y aún es un prototipo en miniatura. Pero hay más centros de investigación que están trabajando en la fabricación de trenes así de veloces, en los trenes del futuro.

Teóricamente el minitren chino podría alcanzar los 20.000 kilómetros por hora. Una auténtica barbaridad. Por ahora ha alcanzado una velocidad máxima de 1.200 kilómetros por hora, según informa el periódico China Global Times.

Así, uno del tamaño de un tren de verdad haría un trayecto, por ejemplo, entre Beijing y Washington DC en dos horas. Aseguran desde el diario que además este tren gastaría 10 veces menos combustible que un avión.

Este tren como se suele decir, vuela, pero en esta ocasión no es una expresión: el tren vuela de verdad, levita sobre sus raíles. Lo hace gracias la superconductividad. Es una propiedad que se descubrió hace relativamente poco, en 1933, solo la tienen algunos materiales.

Es francamente revolucionaria, y hace solo 25 años (en 1986) que se descubrió un superconductor con una T crítica aceptable como para poder utilizarla.

Los superconductores pierden repentinamente la resistencia eléctrica por debajo de cierta temperatura, la llamada temperatura crítica, que suele ser muy baja, por debajo de los -200 grados centígrados.

En ese momento sostienen de manera indefinida corrientes eléctricas, que generan campos magnéticos que pueden hacer levitar un imán, por ejemplo, sobre ellos. Por eso, estos trenes en vez de ruedas tienen imanes y las vías están hechas de materiales superconductores enfriados por debajo de su temperatura crítica.

Un paso más

Hoy ya hay trenes que circulan con este tipo de tecnología. Por ejemplo, el tren maglev de Shangai. Alcanza los 580 kilómetros por hora, aunque habitualmente circula a 250, que no es poco.

Pero el prototipo chino ha incluido en su diseño un detalle más, que es el que ha hecho que la velocidad aumente vertiginosamente: el tren viaja en un tubo al vacío. De esta forma, el rozamiento desparece.

Si este tren se hiciera realidad podría viajar a ras de tierra, elevado sobre raíles o bajo mar, porque estaría siempre confinado en su tubo de vacío. Entre los otros países que están estudiando esta tecnología figuran Estados Unidos y Suiza.

Por el momento es solo un sueño, porque construir circuitos de tubos de vacío por todo un país supone una inversión astronómica. Eso sí, si algún día sucede, estos trenes disminuiría de manera muy significativa las emisiones de gases contaminantes.

CIENCIA AL CUBO

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