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Costa de Marfil está al borde del "genocidio"

  • Así lo ha declarado el nuevo embajador de Ouattara ante la ONU
  • Los rebeldes del norte estan dispuestos a intervenir con la CEDEAO

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Los disturbios políticos tras las controvertidas elecciones presidenciales de Costa de Marfil han llevado al país de África Occidental al "borde del genocidio", según ha declarado su nuevo embajador en las Naciones Unidas.

La situación es tan preocupante que la ONU teme un ataque al Hotel Golf de Abiyán, sede de Alassane Ouattara, legítimo vencedor de las últimas elecciones, por parte de los seguidores del presidente saliente, Laurent Gbagbo, que se niega a abandonar el poder. 

"Un ataque contra el Hotel Golf puede causar un brote de violencia a gran escala que reviva la guerra civil",  ha declarado el secretario general de la ONU en un comunicado, Ban Ki-moon.

El portavoz de Ban, Martin Nesirky, ha recordado que la misión de mantenimiento de la paz de la ONU en el país tiene permiso para utilizar "todos los medios necesarios para proteger a su personal, a funcionarios de Estado y otros civiles presentes en el hotel ".

Los líderes mundiales han aumentado la presión sobre Gbagbo, para apoyar a su rival Ouattara, reconocido como el legítimo vencedor de las elecciones del pasado 28 de noviembre,  tanto por la comunidad internacional como por el Consejo Electoral Independiente.

Yusuf Bamba, designado como embajador ante las Naciones Unidas por Ouattara, se ha referido a su mentor como el legítimo gobernante de Costa de Marfil.

"Él ha sido elegido en unas elecciones libres, justas, transparentes y democráticas. El resultado ha sido proclamado por la Comisión Electoral Independiente y certificado por la ONU", ha señalado Bamba una conferencia de prensa este miércoles.

"Para mí, el debate ha terminado, ahora estamos hablando de cómo y cuando el señor Gbagbo dejará el cargo", ha sentenciado Bamba.

"Violaciones masivas de derechos humanos"

El embajador ha condenado las "violaciones masivas de los derechos humanos" tras las elecciones, que han dejado más de 170 muertos durante las manifestaciones callejeras.

"Por lo tanto, uno de los mensajes que trato de comunicar durante las conversaciones que he llevado a cabo hasta el momento es que estamos al borde del genocidio. Algo hay que hacer", ha expresado a los periodistas Bamba, quien planea reunirse con todos los miembros del Consejo de Seguridad.

"Tengo la intención de reunirme con los 15 miembros. Me reuniré con todos ellos para explicarles la gravedad de la situación ... Esperamos que la ONU sea creíble y evite las violaciones y que las elección sean robadas al pueblo", ha añadido.

Por su parte, el asesor especial del secretario general de Naciones Unidas para la Prevención de Genocidios, Francis Deng, ha denunciado el "alto grado de irresponsabilidad" de algunos líderes políticos de Costa de Marfil y se reconoció "gravemente preocupado" por la situación que se vive en ese país.

En un comunicado emitido junto al asesor especial para la Responsabilidad de Proteger, Edward Luck, ambos han llamado la atención sobre "los indicios de que algunos líderes están incitando a la violencia entre diferentes partes de la población marfileña en favor de sus propios intereses políticos".

Preocupación en la ONU

Ambos han recordado que "hay informaciones, que hasta el momento no se han podido confirmar, de violaciones de los derechos humanos por parte de Laurent Gbagbo y de las fuerzas bajo son control, así como del uso de un lenguaje incendiario para incitar al odio y la violencia".

"Estas implicaciones, especialmente peligrosas, son completamente inaceptables", añaden en su comunicado.

Deng ha destacado que las "acusaciones de que las viviendas en Abiyán de políticos opositores a Gbagbo han sido marcadas para identificar su etnia son preocupantes".

Por ello, ha recordado a las partes "su responsabilidad de proteger a todas las personas de Costa de Marfil, con independencia de su etnia, nacionalidad o religión".

Las elecciones del 28 de noviembre fueron concebidas con el objetivo de reconciliar Costa de Marfil, el primer país productor de cacao, tras la guerra civil que comenzó en el 2002. Sin embargo, la disputa sobre los resultados ha provocado violentos enfrentamientos en las calles y amenaza con reabrir el conflicto.

La Asamblea General de la ONU reconoció a Ouattara como legítimo presidente de Costa de Marfil por unanimidad al decidir que la lista de diplomáticos que éste presentó ante el organismo fuera la única representación oficial de Costa de Marfil ante las Naciones Unidas.

Posible intervención militar

El bloque de países del África Occidental, CEDEAO, ha amenazado con usar la fuerza para derrocar a Gbagbo,  si no deja el poder de forma pacífica, y los rebeldes que controlan el norte del país tras la guerra civil han asegurado que participarán en cualquier intervención de este tipo.

"Vamos a luchar al lado de la fuerza de la CEDEAO para eliminar a Laurent Gbagbo del poder", ha señalado el portavoz Affousy Bamba este jueves en una conversación telefónica con la agencia Reuters. "Estamos esperando la decisión de la CEDEAO".

Ghana, por su parte, se ha desmarcado de cualquier intervención militar, ya que no dispone de militares suficientes para enviar a Costa de Marfil.

Una delegación de tres jefes de Estado africanos volverá a Costa de Marfil la semana que viene en un nuevo esfuerzo por persuadir a Gbagbo, presidente desde el año 2000, a ceder el poder a Ouattara o a afrontar el riesgo de la "fuerza legítima".

El presidente de Nigeria, Jonathan Goodluck, presidente de la CEDEAO, ha señalado que la decisión se tomará después de las conversaciones y ha agregado que espera una solución pacífica.

Estados Unidos y la Unión Europea han impuesto sanciones a Gbagbo y a su círculo más cercano, mientras que el Banco Mundial y el banco central regional del África Occidental han reducido su financiación en un intento de debilitar su control del poder

Unos 19.000 marfileños han abandonado el país y se han refugiado en Liberia y la ONU se prepara para que el número se duplique. el número a casi el doble.