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Diez años a bordo de la Estación Espacial Internacional

  • La NASA celebra el décimo aniversario de la llegada de los primeros tripulantes
  • Tendría que haberse terminado en 2003, y todavía sigue en construcción
  • La ISS tendrá un gran valor para futuros asentamientos en el espacio

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La Estación Espacial Internacional en su configuración actual, tras la visita del Atlantis en la misión STS-132 en mayo de 2010
La Estación Espacial Internacional en su configuración actual, tras la visita del Atlantis en la misión STS-132 en mayo de 2010

La NASA celebra hoy miércoles el décimo aniversario de la llegada de los primeros tripulantes a la Estación Espacial Internacional (ISS). Aunque en realidad fue el 2 de noviembre del 2000 cuando llegaron a bordo de la Estación Bill Sheperd, Yuri Gidzenko y Sergei K. Krikalev como miembros de la Expedición 1, la agencia espacial estadounidense ha decidido adelantar la celebración de la llegada de los primeros tripulantes, probablemente para no solaparse con el lanzamiento del Discovery en su última misión el próximo día 1.

El décimo aniversario es, por cierto, una bonita fecha redonda, pero en realidad la ISS tiene ya desde el pasado día 25 de octubre el récord del programa espacial permanentemente tripulado más largo.

Y es que desde ese día supera los 3.644 días del récord de la Mir, aunque esta conserva todavía el récord de permanencia de un astronauta en el espacio, con los 437 días y 18 horas de Valeri Polyakov.

La herencia de la Mir

Pero a pesar de este detalle anecdótico, lo cierto es que la Mir, y más en concreto el programa Shuttle-Mir, representaron un importante primer paso en la construcción de la Estación Espacial Internacional, ya que a lo largo de los su cuatro años, que incluyeron 11 misiones y casi 1.000 días en el espacio para astronautas estadounidenses, la NASA adquirió una experiencia que luego resultó de mucha ayuda con la puesta en marcha de la Estación Espacial Internacional.

La ISS es además un ejemplo de cooperación internacional, ya que de alguna forma representa la unión de los proyectos de la estación espacial estadounidense Freedom, la rusa Mir-2, el laboratorio espacial japonés Kibo, y el europeo Columbus, que por separado probablemente no habrían llegado a ningún sitio debido al enorme coste que hubieran supuesto.

Fue presentada en sociedad en septiembre de 1993 por Al Gore, vice presidente de los Estados Unidos, y Viktor Chernomyrdin, el primer ministro ruso, y los planes en aquel entonces apuntaban a que estaría terminada en 2003, aunque en la actualidad sabemos que esto no ocurrirá antes de principios de 2011. Retrasos en la construcción de los módulos que la componen, en especial el año y medio de retraso del módulo Zvezda, y sobre todo el desastre del Columbia en febrero de 2003, son los causantes de esto.

El desastre del Columbia fue uno de los causantes del retraso en su construcción

De hecho, después de la pérdida del Columbia se revisó el diseño de la ISS y se programó una nueva secuencia de lanzamientos que preveía tener la Estación terminada en 2010, y que de no ser por el retraso sufrido por el Espectrómetro Magnético Alpha, en esta ocasión parece que sí podrían haberse cumplido los plazos.

Aún así, cuando el AMS esté montado en su sitio, y a pesar de los recortes y cambios habidos en su diseño, la Estación Espacial Internacional incorporará aproximadamente el 80% de los componentes previstos originalmente.

¿Hasta cuando se mantendrá operativa la ISS?

El problema de todos estos retrasos es que han hecho que la fecha en la que va a estar terminada la ISS sea muy próxima a la prevista inicialmente para su retirada de servicio, 2015.

Pero los responsables de las distintas agencias involucradas, conscientes de esto, se reunieron ya en marzo de este año y anunciaron que no ven ningún problema técnico para mantenerla en funcionamiento al menos hasta 2020.

Los problemas, sin que realmente sea una sorpresa, podían ser más bien de índole económica, pero el compromiso es intentar reducir los costes de operación de la ISS, y estos planes además van viento en popa con el recién alcanzado acuerdo en el congreso de los Estados Unidos de aprobar la financiación para su parte del programa hasta ese año.

De hecho, se habla incluso de intentar mantener la Estación en servicio hasta 2028, cuando se cumpliría el 30º aniversario del lanzamiento de de Zarya, su primer módulo, aunque para esto habría que ver la forma de certificar el correcto funcionamiento de los componentes de esta hasta entonces.

El coste global del programa -probablemente la ISS sea el objeto más caro construido en la historia- es precisamente el origen de las críticas más fuertes que este recibe, sobre todo porque no está muy claro que las investigaciones científicas que se han hecho a bordo no pudieran haber sido hechas mediante satélites artificiales no tripulados o en otros entornos como los aviones que realizan vuelos en caída libre para las distintas agencias espaciales.

Por esto está también en la agenda de los responsables del programa procurar aumentar la cantidad y calidad de la ciencia que se hará a bordo en el futuro. Pero lo que no se puede negar es que la experiencia obtenida a lo largo de todos estos años en montar y mantener en funcionamiento algo tan complejo como la ISS serán indudablemente de mucho valor si aspiramos a mantener una presencia humana en el espacio.

La tierra es la cuna de la humanidad, pero no podemos vivir siempre en la cuna

De hecho también se está pensando en usarla como plataforma de pruebas de nuevas tecnologías que nos puedan servir para abandonar las proximidades de la Tierra, e incluso utilizarla como una especie de astillero espacial en el que ensamblar otras naves que emprenderían esos viajes.

Y aquí cabría todo un debate acerca de si esta es necesaria o no, en especial después de los increíbles logros de las misiones espaciales no tripuladas en los últimos años, pero como dijo el pionero de la astronáutica Konstantín Tsiolkovski, "La tierra es la cuna de la humanidad, pero no podemos vivir siempre en la cuna".