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Un presunto miembro de Segi dice que hizo un esquema de explosivos de "borrachera"

  • Oier Urrutia fue detenido en abril de 2009 en Vitoria junto a David Hernández
  • El fiscal pide 17 años para ambos por su presunta integración en ETA

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El presunto miembro de Segi Oier Urrutia ha reconocido este miércoles que elaboró de su "puño y letra" un esquema con instrucciones para fabricar un artefacto explosivo que fue hallado por la Policía en su domicilio, aunque lo hizo de "borrachera" para "hacer el tonto" en el bar Galtzagorri, de Vitoria, que regentaba.

Así lo ha manifestado el acusado durante el juicio celebrado en la Audiencia Nacional, en el que el fiscal Daniel Campos ha elevado a definitiva su petición de 17 años de prisión para Urrutia y David Hernández por delitos de integración en organización terrorista y terrorismo.

Ambos fueron detenidos en Vitoria y enviados a prisión por el juez Baltasar Garzón en abril de 2009 en una operación policial contra la violencia callejera de ETA.

Urrutia ha admitido a preguntas del fiscal que se inventó las proporciones de las distintas sustancias para fabricar un artefacto explosivo durante una "borrachera" y que las anotó de su "puño y letra" en una libreta con el anagrama de ETA -que intervino la Policía el 2 de abril de 2009 en su domicilio-, aunque "para nada" pretendía usarlo en una acción de violencia callejera.

También ha reconocido que en el bar que regentaba desde junio de 2008 había una talla de madera con una pegatina de la banda terrorista que él mismo confeccionó "cuando tenía 15 años", así como una bolsa con petardos, pastillas de queroseno, carteles y fotos de presos etarras que eran del "anterior dueño".

Pese a que ha negado pertenecer a la organización juvenil ilegalizada y haber participado en actos de "kale borroka", salvo en una pegada de carteles de Segi, ha declarado que compró una camiseta con su anagrama porque "era bonita".

Mientras, Hernández, que ejercía como camarero en el establecimiento desde enero de 2009, también ha negado ser miembro de Segi y ha insistido en que su labor se limitaba a trabajar tres tardes a la semana e irse "después a casa".

Ha asegurado que en el local estaba la talla de madera con la pegatina de ETA, así como los petardos, el tirachinas, el puño americano y la pistola de gas, aunque no "tenía ni idea" de por qué se encontraban allí.

Hernández, responsable de "custodiar" el material

Sin embargo, según el representante del Ministerio Público, Hernández era el responsable de "custodiar" todo el material encontrado en el bar, al que ha calificado de una "base logística para Segi" para celebrar reuniones y "actos de captación y enaltecimiento y de recaudación de fondos" para ejecutar sus acciones.

Para Campos, la explicación de Urrutia de que el esquema del artefacto "fue una especie de juego fruto de una borrachera se contradice" con la tesis policial de que los porcentajes anotados -20% de queroseno sólido, 45% de pólvora, 15% de ácido sulfúrico y 30% de metralleta- constituyen las "proporciones adecuadas para hacer un aparato de gran eficacia".

Todos los efectos hallados, ha insistido el fiscal, -que también solicita la clausura definitiva del bar- están a disposición de los taldes (grupos) "Y" de Segi para "crear graves daños y desperfectos".

"Es inaceptable que se constituyera una base logística de Segi y al frente de ella no hubiera personas comprometidas con la organización", ha recalcado Campos para argumentar la "obvia vinculación" de los dos acusados con Segi.

Por su parte, la defensa de ambos ha reclamado su libre absolución y ha criticado la "petición absolutamente desproporcionada" del fiscal, que ha hecho además una interpretación "errónea" al equiparar la responsabilidad al frente del bar de Urrutia y de Hernández y ha añadido que, aunque el primero ha ofrecido una explicación "extravagante" de los hechos, "es cierta" y no se le puede acusar de integración.