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Obama relanza las negociaciones de paz y advierte a los extremistas que no las podrán boicotear

  • El presidente de EE.UU. ya se ha reunido con Netanyahu
  • Ha condenado el asesinato de cuatro colonos israelíes
  • Tiene encuentros con Abás, Mubarak y el rey de Jordania
  • La congelación de los asentamientos se prevé el principal escollo

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Barack Obama condena el asesinato de cuatro israelíes en un ataque cerca de Hebrón

El presidente de EE.UU., Barack Obama ha advertido tras iniciar la ronda de conversaciones con líderes de Oriente Medio en Washington que los extremistas "quieren socavar el proceso de paz" pero ha recalcado que las partes afectadas "nos mantendremos inquebrantables".

Obama ha hecho estas declaraciones al término de la reunión bilateral que ha mantenido con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu,ante el que ha condenado el  asesinato "sin sentido" de cuatro israelíes en un ataque cerca de  Hebrón por parte de milicianos de Hamás.

"Quiero que todo el mundo sepa que Estados Unidos no cesará en su apoyo a la seguridad de Israel y que vamos a responder a este tipo de actuaciones terroristas", ha subrayado Obama, que se ha referido a Hamás directamente para advertirle que su país no  va a cejar en su empejo de asegurar la seguridad israelí ni de obtener una paz duradera.

El líder estadounidense ha querido hacer esta intervención pese a que estaba previsto que hablase solo cuando se reuniese con el resto de interlocutores con el que mantendrá un 'maratón' de encuentros esta tarde: El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abás; el rey Abdalá II de Jordania y el presidente de Egipto, Hosni Mubarak.

Cuando terminen las reuniones se celebrará una cena en la Casa Blanca en  la que también estará invitado el ex primer ministro británico, Tony  Blair, como representante del Cuarteto para Oriente Medio (EEUU, Rusia,  ONU, UE).

Nubarrones en el horizonte

De esta forma, Obama pretende disipar los nubarrones que se ciernen sobre el reinicio de las negociaciones directas, que tras meses de parálisis comenzarán oficialmente este jueves, vuando la secretaria de Estado, Hillary Clinton, reciba en el  Departamento de Estado a Abás y Netanyahu para celebrar una  reunión trilateral.

En el ataque, que se atribuyeron las Brigadas de Azedín Al-Qasam,  vinculadas al movimiento islamista Hamás, murieron cuatro israelíes, dos  hombres y dos mujeres, una de ellas embarazada residentes en el  asentamiento judío de Bet Hagay, en Hebrón. Tanto  palestinos como israelíes condenaron el atentado.

Por su parte, Netanayahu ha lamentado la muerte de los cuatro "inocentes"  y aseguró que "no permitiremos que el derramamiento de sangre de  civiles israelíes quede impune. Encontraremos a los asesinos", ha  declarado antes de reunirse con la secretaria de Estado, Hillary  Clinton.

"No permitiremos que el terror decida dónde viven los  israelíes o la configuración de nuestras fronteras finales. Ese  y otros asuntos se decidirán en las negociaciones de paz que vamos a  celebrar y dejaré claro las medidas de seguridad que son necesarias  precisamente para combatir este tipo de terror", ha subrayado.

El asunto de las colonias

El problema es que, más allá del extremismo de Hamás, hay otra amenaza más duradera y difícil de superar: la moratoria sobre los asentamientos judíos, que Netanyahu ha reiterado que pretende levantar a finales de mes y que los palestinos ya han dicho que condenaría el proceso al fracaso.

El Consejo de Colonos ha decidido retomar las construcciones tras el atentado de este martes y los países árabes invitados a la cumbre de Obama ya han advertido que este tipo de medidas llevan al fracaso su intento de que israelíes y palestinos vuelvan a la mesa de negociación

Además, el propio Gobierno israelí ha dado muestras de tener diferencias internas en sus posiciones negociadoras. Mientras el ministro de Defensa, el laborista Ehud Barak, ha confesado en una entrevista al diario Haaretz que Israel estaría dispuesta a ceder parte de Jerusalén Este a los palestinos, la oficia de Netanyahu se ha encargado de aclarar que su país sigue defendiendo la unidad de la ciudad santa como capital israelí.