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El primer ministro francés reúne a su Gobierno para reconducir las deportaciones de gitanos

  • Piide que no se criminalice la inmigración y que se actúe "sin laxitud ni exceso"
  • Miembros de la derecha le piden que actúe para equilibrar la situación
  • El Consejo de Europa arremete contra las deportaciones 

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El primer ministro francés, François Fillon, ha convocado una reunión de urgencia y por sorpresa con los ministros de Interior, Inmigración, Justicia y Asuntos Europeos para tratar la polémica de la expulsión de gitanos rumanos con el objetivo de dejar claro que su ejecutivo no quiere "instrumentalizar" la inmigración y de tender puentes con la Comisión Europea, a quien le pide iniciativas comunitarias sobre la cuestión.

Fillon ha anunciado que este miércoles, cuando acudirán en visita dos ministros rumanos para tratar las expulsiones, se pondrá en contacto con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso para abordar esta cuestión y las posibles iniciativas destinadas a mejorar la situación del colectivo romaní.

Para el jefe del Gobierno galo, es necesario "profundizar en el trabajo de coordinación con las autoridades rumanas y búlgaras y acentuar las iniciativas a nivel europeo".

Estas palabras de Fillon rompen el prudente silencio que había mantenido hasta ahora sobre las deportaciones impulsadas por su 'jefe', el presidente francés, Nicolás Sarkozy, con los ministros de Interior, Brice Hortefeux, y de Inmigración, Eric Besson, como lugartenientes

La intervención de Fillon, el miembro del Gobierno mejor valorado, llega después de que las deportaciones de los gitanos le hayan granjeado fuertes críticas al ejecutivo tanto de la oposición como de la Iglesia católica y de la misma derecha, que pone en duda que este tipo de medidas respeten las esencias de la República.

Conformes a la ley

En este sentido, el comunicado emitido por el Palacio de Matignon -la oficina del primer ministro- destaca "la necesidad de actuar con firmeza, continuidad y justicia, sin laxitud pero sin exceso" ya que "el deber del estado es asegurar el respeto a la legalidad republicana".

En una explicación más técnica que política, el primer ministro, añade la nota, recordó a sus invitados que las acciones emprendidas para acabar con la "ocupación ilegal" de terrenos y reconducir a los gitanos en situación irregular a sus países de origen "son conformes a la legislación francesa y europea". La mayoría de las deportaciones son "voluntarias", según el primer ministro.

Casualidad o no, esta misma mañana el ex primer ministro Jean-Pierre Raffarin, se había dirigido específicamente a Fillon para que interviniese en favor de "los valores de equilibrio" de la Unión por la Mayoría Presidencial (UMP), el partido de Sarkozy, ante lo que ha denominado como "deriva derechista".

Las críticas contra las expulsiones han seguido arreciando a nivel internacional.  La Comisión Europea (CE) contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI) del Consejo de Europa ha denunciado este martes que "en las últimas semanas las declaraciones de responsables de alto rango, además de las acciones llevadas a cabo por el Gobierno" francés "han estigmatizado" a los gitanos de origen extranjero en ese país.

El ECRI denuncia que los integrantes de esa comunidad "se presentan colectivamente como autores de infracciones penales" y se les caracteriza como "los únicos responsables" de abusos a la reglamentación europea en materia de libertad de circulación.

Ese organismo del Consejo de Europa, que se dice "profundamente preocupado por el trato que reciben actualmente los romanís inmigrantes en Francia", expresa su "decepción por una evolución particularmente negativa".