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Cinco meses de protesta en una grúa: "Llegué a temer por mi vida los días de tormenta"

  • Doney Ramirez reclama que paguen a la empresa para la que trabaja
  • La empresa deudora alega una suspensión de pagos que no se cree
  • "Lo más duro, no poder estar con mis hijos y el calor que hace"

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Cinco meses de protesta en una grúa: "He llegado a temer por mi vida los días de tormenta"

Más de cinco meses lleva el colombiano Doney Ramirez subido a una grúa a 40 metros de altura en el centro de Pozuelo de Alarcón (Madrid). Asegura que ha temido por su vida los días de mal tiempo y que lo peor ha sido estar sin sus hijos. Reclama a la constructora 'Ploder Uicesa' que pague una deuda de 150.000 euros a la empresa para la que él trabaja, Jigar S.A., que se encargó de la estructura del parking de las obras, un proyecto contratado por el Ayuntamiento de la localidad.

El gerente de Jigar S.A., Arturo Sandín, ha explicado a RTVE.es que la empresa gestora de las obras "alega una situación concursal" para no pagarles. "Se trata de una empresa unifamiliar propiedad de Luis Galvez Murciano, considerado uno de los hombres más ricos de España". "Son propietarios de una infinidad de empresas (...), si no nos puede pagar con esa que nos pague con otra", afirma Sandín. RTVE.es ha contactado con 'Ploder Uicesa' para conocer su versión, pero afirman que no hay nadie que pueda atender este tema porque "todo el mundo está de vacaciones".

Doney no lo entiende: "Si una empresa se declara en suspensión de pagos es porque no tiene dinero, y ésta se ha declarado en esta situación pero continúa con las obras", opina. Al colombiano no le parece lógico que no les puedan pagar los 150.000 euros que les deben si han cobrado 27 millones por el trabajo.

El trabajador explica que aunque sólo sea un empleado de la empresa y no el dueño, se ha movilizado porque "el que no paguen les perjudica a todos". El propietario, Sandín, admira la entrega de Doney. "Es como el Cid Campeador, exclusivo y único", dice.

Un día a día "muy duro"

¿Para asearme?..., pues como puedo con el agua embotellada que me suben

Doney Ramírez afirma que lo más duro es no poder estar con sus hijos, pero no es lo único. Este martes cumplía cinco meses en una grúa en la que para cualquier persona sería difícil permanecer tan sólo una hora. "Se hace muy difícil estar aquí arriba con esta temperatura", dice del calor.

"¿Para asearme?..., pues como puedo. Con el agua embotellada que me suben y para dormir, en una carpa" de plástico que en principio servía para combatir el frío. Y es que en cinco meses las inclemencias meteorológicas han variado mucho, tanto, que ha soportado hasta tormentas eléctricas en un 'gigante de metal' a 40 metros de altura y a la interperie.

"He llegado a temer por mi vida en el mes de junio cuando hubo esas tormentas tan fuertes. Pensé que el viento me iba a sacar de la grúa", confiesa a RTVE.es. El trabajador además denuncia que para impedir que otros trabajadores suban y se unan a la protesta, han bloqueado la parte inferior de la grúa. Ahora "no es que no pueda subir nadie, sino que si me pusiese malo yo tampoco podría bajar".

El apoyo vecinal se disipa

Doney ha explicado que ha habido mucho apoyo y solidaridad por parte de los vecinos de Pozuelo. "Me mandan mensajes al teléfono y me animan a que siga con la protesta". Además, aunque él no puede leerlos al no disponer de internet, se ha creado un grupo de apoyo en Facebook que cuenta ya con más de 2.700 miembros.

Nos está perjudicando porque esa grúa atrasa las obras

Liliana, residente en Pozuelo, afirma que "es espeluznante la situación de este señor". "Los días de viento me asomaba a la ventana y pensaba que este hombre se caía. Se te hiela la sangre, la verdad", asegura.

Esta vecina explica que los comercios de la plaza se entregan con Doney, pero algunos han dejado de hacerlo. "Ese hombre de la grúa ya sobra. Al principio le dábamos fruta pero ya no. Nos está perjudicando porque esa grúa -que ya debería haberse desmontado- atrasa las obras", afirma enfadada la dependienta de una frutería.

El gerente Sandín ha explicado que al principio todo eran aplausos y manifestaciones de apoyo, pero que ahora muchas de esas personas les "giran la cara".

Casos como para subirse a todas las grúas de Madrid

Arturo Sandín opina que éste no es un caso aislado y que el sector de la construcción en España está mal por empresas de este tipo, que no pagan sus deudas "haciendo desaparecer a las empresas más pequeñas".

Afirma que en las obras que gestiona 'Ploder Uicesa' en Pozuelo, concretamente en la plaza del Padre Vallet, hay 4.000 afectados y que "no hay ni uno solo" que les haya apoyado. "Hay muchos casos como éste, tantos como para hacer cola y subierse a todas las grúas de Madrid", asevera.

Sandín ha pedido al Ayuntamiento, responsable de la construcción, que intervenga para hacer que les paguen o que les dé el dinero directamente a ellos, pero no han obtenido respuesta. "Parece que el alcalde vaya al 50%", protesta.

El Ayuntamiento, a través de un comunicado oficial -ya que no hace declaraciones-, asegura que "no tiene deuda alguna con ninguna de las empresas que han trabajado o trabajan en la obra" y que "sus pagos están al día". Afirman que les preocupa la seguridad de Doney y que por eso "solicitó hace meses a la Delegación de Gobierno que actuase para que bajase". La Delegación remitió al Ayuntamiento al juez porque se necesita una orden judicial, "pero el juez aún no se ha pronunciado en ese sentido".

El propietario de Jigar S.A. explica que gestiona varias obras y que hay más en las que le deben dinero, pero que en ésta en concreto ha tenido la "suerte" de que la grúa está situada en la plaza del pueblo, y eso ha generado más expectación. "Hay tres opciones: que nos paguen, que nos bajemos de la grúa por nosotros mismos o que nos obliguen a bajar por medio de una orden judicial", algo que de momento no pueden hacer porque "nuestra situación es legal".

"El final que yo le veo a esta obra, que está a punto de terminar -en octubre, según el Ayuntamiento-, es que si la quieren entregar tendrán que quitar la grúa, y para quitarla tendrán que pagarnos a nosotros", afirma Doney por su parte.