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El ministro de Trabajo francés deja el cargo de tesorero de su partido tras la invitación de Sarkozy

  • Woerth seguirá al frente del Ministerio, que aprueba la reforma de pensiones
  • Sarkozy le aconsejó en una entrevista en televisión que dejase el cargo
  • La oposición le acusa de conflicto de intereses en el caso L'Oréal

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Woerth deja el Palacio del Elíseo tras la reunión de ministros en París.
Woerth deja el Palacio del Elíseo tras la reunión de ministros en París.

El minsitro de Trabajo francés, Eric Woerth, ha dimitido como tesorero del partido del presidente, la UMP, tras la polémica desatada po rlas posibles donaciones ilegales de la mujer más rica de Francia y heredera del imperio L'Orèal, Liliane Bettencourt.

Esta dimisión llega después de que Sarkozy anunciase en una entrevista este lunes en televisión que había aconsejado a Woerth que dejase el cargo de tesorero para centrarse exclusivamente en su trabajo.

Woerth se ha limitado a indicar que "sí" abandonará el puesto en el partido pero no ha precisado cuándo lo hará, a la salida del Consejo de Ministros celebrado este martes en París y donde se aprobó el proyecto de reforma de pensiones que él se encargó de defender dentro del Ejecutivo.

El ministro lleva varias semanas en el centro de la atención pública francesa por el escándalo surgido en torno a la multimillonaria Liliane Bettencourt y las sospechas de haber intervenido desde el Gobierno en favor de ésta.

"Vamos a reflexionar, voy a reflexionar", había señalado Woerth ayer al ser preguntado sobre la posibilidad de abandonar el cargo después de que un informe interno de la Inspección General de Finanzas (IGF) le hubiera exculpado de haber favorecido a Bettencourt, la heredera de L'Oréal, como responsable de la política fiscal del Gobierno.

Doble conflicto de intereses

Woerth, un hombre muy próximo a Sarkozy, se encuentra en medio de un conflicto de un doble conflicto de intereses.

Por un lado, cuando era ministro de Presupuesto, entre 2007 y 2010, fue el encargado de mejorar los servicios fiscales y aumentar la recaudación de los más ricos, pese a que estas mismas fortunas son contribuyentes importantes a la UMP, donde era tesorero.

Su mujer, Florence, era empleada de la sociedad que gestiona la fortuna de Bettencourt y que al parecer le ayudaba a evadir dinero al fisco francés, que dirigía su marido.

De hecho, en las conversaciones grabadas por el mayordomo de Bettencourt con su consejera financiera, la millonaria reconocía que tenía cuentas en Suiza e incluso una isla en las Seychelles, algo que no conocía el fisco.

Woerth también estaría salpicado por las acusaciones de Claire T., ex contable de Bettencourt, que sugería que había recibido 150.000 euros en efectivo para financiar la campaña presidencial de Sarkozy, algo ilegal en Francia.