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Un juez de EE.UU. decide si 'rescata' a un reo tras 20 años en el corredor de la muerte

  • Tory Davis debe demostrar su inocencia para evitar la inyección letal
  • El Supremo ordenó revisar su caso tras cambiar su testimonio los testigos
  • Organizaciones pro derechos humanos se movilizan para lograr su absolución

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Durante los casi veinte años que ha pasado en el corredor de la muerte, Troy Davis se habrá preguntado en muchas ocasiones por qué tuvo que estar aquella noche de verano de 1989 en ese aparcamiento del Burguer King de Savannah (Georgia, Estados Unidos)

Justo allí un policía blanco fuera de servicio murió tiroteado al tratar de ayudar a una persona sin hogar que estaba sufriendo un asalto. Sí, Troy estaba allí, nueve testigos lo refrendaron y lo señalaron como el responsable del asesinato. No había arma ni huellas, pero eso fue suficiente. Pena de muerte.

Y, sin embargo, este miércoles tiene una oportunidad única de 'volver' al mundo de los vivos tras 20 años en el purgatorio de la muerte programada por el Estado, que le ha puesto hasta en tres ocasiones fecha de caducidad a su vida. La última fue cancelada solo dos horas antes de la inyección letal.

Decisión del Supremo

La culpa la tiene una decisión casi sin precedentes del Tribunal Supremo el pasado mes de agosto, que pidió una última oportunidad para el reo antes de que el estado de Georgia le diese muerte debido a que la mayoría de los testigos se han retractado de sus testimonios y han denunciado presiones de la Policía.

Además, muchos de ellos apuntan a uno de los dos testigos que mantienen su testimonio, Sylvester 'Red' Coles, como el responsable.

"Se deben examinar los elementos que no se han podido presentar en el proceso y que establecen claramente la inocencia", señalaba el Alto Tribunal no sin división interna.

A partir de las diez de la mañana hora local (16:00 hora peninsular española) el juez federal de la localidad sureña William Moore celebrará una vista extraordinaria que permitirá a los abogados de Davis -que sigue en el corredor de la muerte- "presentar inmediatamente sus pruebas", ya que se ha leido todo el sumario y conoce las transcripciones del proceso, las apelaciones y los testigos.

Demostrar su inocencia

El problema es que ya no se tratará de un juicio normal: ahora no es el Estado el que tiene que probar su culpabilidad sino Davis el que tendrá que dejar claro a través de los testimonios rectificados que es inocente, lo cual dificulta seriamente su situación al tratarse de unos hechos que ocurrieron hace 20 años.

Más aún, Moore ha permitido a los investigadores de Georgia presentar dos informes sobre ropas manchadas de sangre recogidas en la casa de la madre de Davis y que en su momento fueron vetadas por los diferentes tribunales al considerar que se obtuvieron de manera fraudulenta.

Sea cual sea la decisión de la vistilla, este no será el final de la historia. Si al terminar la misma el juez -que puede prolongarla varios días- considera que hay elementos nuevos que prueban la inocencia de Davis,  puede remitir de nuevo la causa al Supremo con sus consideraciones o tomar una decisión él mismo.

Por contra, si no considera probada de manera clara la inocencia del reo -aunque corra el riesgo de ordenar la muerte de un inocente- el camino de su ejecución volvería a aclararse, aunque los abogados de Davis volverían a recurrir.

Más allá de la decisión, la vista del miércoles se ha convertido en una oportunidad de oro para los grupos contrarios a la pena capital, que escenificarán este martes con una vigilia su apoyo a Davis y su rechazo a la pena capital.

Solidaridad internacional

Amnistía Internacional ha declarado el 22 de junio el Día Global de Solidaridad con Troy Davis al considerar que su propia historia muestra el sistema legal americano puede llevar a la muerte de un inocente.

Desde el juicio con un jurado que no tuvo pruebas físicas ni un arma en el año 91 pasando por los recursos en los años 90, cuando el presupuesto de atención legal a los condenados en el corredor de la muerte se redujo en dos tercios (dejando a dos abogados para ocuparse de los casos de 80 reos).

Además, en las sucesivas vistas celebradas ningún tribunal ha querido volver a escuchar a los testigos que se han retractado y que han detallado las presiones de la Policía de Savannah para lograr un culpable que había matado a uno de los suyos.

Aunque, como reconoce Laura Moye, activista de Amnistía Internacional que ha visitado estos días a Davis junto a su hermana y sus sobrinas, "su vida ha sido una montaña rusa desde que fue implicado en la muerte del Policía hace 21 años".

Y es que, desde el corredor, Davis ha recibido el apoyo del premio Nobel Desmond Tutu, del Papa Benedicto XVI, del ex presidente Jimmy Carter y del Parlamento Europeo mientras los tribunales confirmaban su condena.

"Al menos detecté esperanza, la esperanza que ha conservado durante 19 años en el corredor de la muerte", señala Moye.