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Implantes cerebrales a partir de seda

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Ciencia al Cubo

El nacimiento de perritos fluorescentes, la muerte de una chimpancé calva, qué son las neuronas espejo, el origen de los ojos azules o por qué nos salen canas. De la mano de América Valenzuela, en 'Ciencia al Cubo' pueden escuchar las historias más variopintas sobre temas científicos de actualidad. Emisión en Radio 5: Lunes a viernes 10:07; Sábados 09:22 / 17:52 / 21:06; Domingos 09:22 / 17:55

La seda es uno de los tejidos más apreciados en la industria textil. Su suavidad, delicadeza, y hermosa caída hacen las delicias de los diseñadores de moda desde hace siglos. Ahora tiene una nueva utilidad muy alejada del patronaje: sirve como implante cerebral.

El implante es a grandes rasgos una minúscula pegatina (de un derivado de la seda) extremadamente fina y transparente, y que lleva incorporados los circuitos, los electrodos que actuan sobre el cerebro.

Cuando se implanta, la pegatina de seda se disuelve y desaparece al entrar en contacto con el cerebro. Y de esta manera los electrodos quedan perfectamente ajustados al órgano sin dañarlo ni causar inflamación. Y además, en un futuro precisamente por ser tan fino y flexible, este implante podría alcanzar regiones del cerebro que hasta ahora resultan inaccesibles.

El implante lo ha creado un equipo de neurocientíficos estadounidenses y los detalles más técnicos de la investigación los pueden encontrar en la revista 'Nature Materials'. Su primer objetivo es usar estos nuevos dispositivos en pacientes con parálisis.

El dispositivo de momento solo se ha probado en gatos

Los electrodos recogerían los impulsos eléctricos de su pensamientos y los traducirían en movimientos, algo que ya se ha hecho con éxito en personas con brazos biónicos, o con tetraplejia, que han podido mover el cursor de un ordenador con solo pensarlo, por poner solo un par de ejemplos.

Los científicos también quieren también desarrollar una versión enrollada del implante, para que la perforación del cráneo a la hora de introducirlo en el cerebro sea más pequeña. Y no descartan la posibilidad de crear también versiones para implantes cocleares y de retina.

No obstante, por el momento, el dispositivo no se ha probado con personas. Solo lo han hecho en la superficie del cerebro de gatos.

CIENCIA AL CUBO

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