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Fracasa el primer intento por taponar el pozo de petróleo en el Golfo de México

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Fracasa el primer intento de sellar el pozo petrolífero siniestrado en el Golfo de México

El primer intento de colocar una caja de acero y cemento sobre el pozo submarino de petróleo para canalizar el vertido en el Golfo de México no funcionó, debido a que se formaron cristales de hielo que taponaron la cúpula de la estructura, según ha informado la empresa BP, responsable del pozo.

"No podemos decir que hayamos fracasado (con la caja), pero sí que puedo decir que los intentos que hemos desarrollado hasta ahora no han funcionado", ha dicho en rueda de prensa el director de operaciones de British Petroleum (BP), Doug Suttles.

La instalación de esta caja, de unas 100 toneladas de peso y la altura de un edificio de tres plantas, es una de las grandes esperanzas para canalizar el vertido incontrolado de este pozo, que deja cada día en el mar unos 800.000 litros de petróleo.

La petrolera BP trabaja a contrarreloj para colocar una campana de acero sobre el orificio que expulsa el crudo en el Golfo de México, tras la explosión del pozo en Abril.

La caja tiene en la parte superior una cúpula, de la que sale una tubería a través de la cual se bombearía el petróleo hacia un barco en la superficie, con capacidad para acumular hasta 128.000 de barriles de crudo (20,4 millones de litros).

Costosa operación

Anoche, tras una larga y costosa operación, se pudo finalmente colocar la caja sobre el pozo de petróleo, a 1.500 metros de profundidad, pero hubo que apartarla a un lado al comprobarse que, debido a las bajas temperaturas, se estaban formando cristales de hielo que taponaban la cúpula.

"La apartamos a un lado mientras decidimos como solucionar este inconveniente que ha surgido", ha dicho el directivo de BP, quien ha recordado que la instalación de esta estructura era una iniciativa que nunca se había llevado a cabo a tal profundidad, por lo que era lógico que surgieran problemas.

En paralelo, BP está avanzando en la perforación de un pozo alternativo, cerca del otro, que serviría para inyectar un líquido más pesado que el petróleo que actuaría como una especie de tapón e impediría que el crudo siga fluyendo a la superficie.

Se calcula que en la actualidad hay flotando en el Golfo de México unos 31 millones de litros de petróleo. La enorme mancha de crudo ha comenzado ya a tocar algunas zonas de la costa de Luisiana.