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La vida sexual del presidente sudafricano a debate, tras reconocer un hijo extra-matrimonial

  • A pesar de ser polígamo, Jacob Zuma ha tenido un hijo fruto de otra relación
  • ONGs dicen que es un "mal ejemplo" para un país que está combatiendo el sida

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El presidente sudafricano, Jacob Zuma, asiste a una sesión en el Foro de Davos.
El presidente sudafricano, Jacob Zuma, asiste a una sesión en el Foro de Davos.

¿Es la vida sexual de un jefe de Estado un asunto privado?

En Sudáfrica, tras el último escándalo sexual del presidente Jacob Zuma, son muchos los que responden que no.

Zuma, polígamo confeso, acaba de reconocer que ha tenido un hijo fruto de una relación extra-matrimonial. Y esta declaración ha desatado la polémica en un país en el que más de cinco millones de personas tienen sida.

Los medios de comunicación, organizaciones en defensa de los derechos de la mujer, así como ONGs que se encargan de prevenir el VIH, denuncian la falta de responsabilidad del presidente sudafricano, y le acusan de ser "un mal ejemplo".

Mientras el Gobierno predica el uso del preservativo y la fidelidad a una pareja estable, al presidente no le basta con sus tres esposas y mantiene relaciones sexuales con Sonono Khoza, de 39 años e hija del organizador del Mundial de Fútbol de Sudáfrica, con la que ha tenido una niña.

Y más ella del debate sobre este 'escarceo' sexual de Zuma, que tiene ya 20 hijos, los sudafricanos se cuestionan si en un país en el sida es una enfermedad que causa estragos, la poligamía debería ser permitida.

¿Cuestión cultural o discriminación sexual?

El Gobierno rechaza cualquier crítica al presidente por su condición de polígamo porque su actitud siempre ha sido "transparente" y porque es una "cuestión cultural", tal y como recoge la BBC.

"Es anti-africano discutir sobre asuntos privados públicamente. Es normal para un hombre en nuestra cultura estar casado pero tener hijos fuera del matrimonio", afirma Moses Twala, del Kara Heritage Institute, en una entrevista para la cadena británica.

Las críticas a la poligamia son defendidas por partidarios de Zuma como una muestra de "intolerancia cultural" o como una actitud de "superioridad cultural" contra la población negra.

Sin embargo, el planteamiento de la poligamia como una tradición no es aceptada por muchos sudafricanos que consideran que esta forma de régimen familiar perpetúa la desigualdad entre hombres y mujeres.

"Sólo porque la poligamia sea parte de algunas culturas, no significa que sea buena para la sociedad", defiende el agente de seguridad, Goden Mushawana.

Aunque su compañero de trabajo, Tebogo Motshabi, discrepa y defiende una opción familiar que está respaldada en la Constitución.