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El Festival de Gijón comienza con un homenaje a Ángela Molina

  • La actriz habla de Buñuel y almodóvar con toda naturalidad
  • Fatih Akin se la juega con su nueva película Soul kitchen
  • La película Francesca ha provocado las críticas de Alessandra Mussolini
  • Un mal día para pescar es el único título español a concurso

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Ángela Molina en el Festival de cine de Gijón

Aquí estamos, en Gijón, donde ha sido un día chispeante y no sólo por las gotitas de lluvia que han caído. La luz de Angela Molina y la fuerza de Fatih Akin han llenado el Festival de buenas sensaciones y buena onda.

Son dos seductores natos,cada uno en su estilo, que encajan perfecto en este certamen que se mantiene joven a los 47,donde además no hay que llevar etiqueta porque no hay alfombra roja.

Una de las grandes actrices de nuestro cine

Angela Molina, que ha recibido el homenaje del Festival, esos premios a la carrera que paradójicamente,obligan, a ella también,a entrar en el valle de las sombras del pasado,es como jabón natural, no hay truco en ella. Más allá del valor incalculable que tiene el que pueda rememorar su experiencia con Buñuel o la naturalidad con la que habla de Almodóvar.

Me ha emocionado oírle contar como fue su último encuentro con Pilar Miró, en un cine, viendo Rompiendo las olas de Lars Von Trier, poco antes de que la realizadora falleciera y les quedara pendiente la colaboración que acariciaban.

Con esa imagen de aire que tiene y que hace que parezca que está más en las nubes que en la tierra, nos soltó una frase magistral.

Dice Angela Molina que lo que más curte para aguantar las inclemencias de una profesión tan inestable y poder guardar el equilibrio es "aprender a valorar lo que te dan y aprender también a perder". Hay que anotarlo.

Uno de los directores más interesantes de los últimos años

En cuanto a Fatih Akin, al que vamos siguiendo desde que irrumpió con Contra la pared, lo suyo más que una rueda de prensa parecía una conferencia sobre el cine europeo.

Tiene clarísimo que hay que derribar los muros que separan cinematogràficamente a los países europeos para dar,juntos,respuesta al cine de Hollywood que bloquea las carteleras. Es uno de los autores más interesantes que han despuntado en los últimos años.

Tiene mucho talento, una mirada directa sobre las cosas y sobre todo, como me dijo Hanna Schygulla un día hablando de él, pasión por contar historias, lo que hoy en día no abunda. Con Soul kitchen se la ha jugado, porque girando en redondo sobre si mismo, se ha liberado de tanta tortura y ha añadido a su cine un componente de alegría, música y color que le viene muy bien.

Es un placer siempre coincidir con él. No os perdaís su película cuando se estrene en marzo.

Polémica en la sección a concurso

En cuanto a las películas de concurso, hemos visto las primeras, Francesca, película con polémica porque las quejas de Alejandra Mussolini que se vió insultada,impidieron que se proyectara en Venecia.

La verdad es que esta historia de una joven que planea emigrar a Italia, es carne de festivales, es el cine de la angustia, una película que deja al espectador tan apaleado como los propios protagonistas.

En el otro plato de la balanza, hemos vuelto a los tiempos escolares con Les beaux gosses ,una película con acné juvenil, cuitas de dos adolescentes con las hormonas en danza que viven, en la Francia mestiza de Sarkozy, algo tan clásico como primeras chicas, primeros besos y primeros desengaños.

El Festival da entrada este domingo a la única película española este año en el concurso, Un mal día para pescar de Álvaro Brechner con Gary Piquer quienes, riéndose del título, van pescando premios, el último en Mar del Plata.

Empezaron recorrido en Cannes en la semana de la crítica e igual acaban en Hollywood, es la apuesta de Uruguay para los Oscar. Es un placer coincidir y charlar con ellos,siempre tan simpáticos e ingeniosos.

También en el Jurado hay personas con las que da gusto conversar, la cineasta argentina Lucia Puenzo o Andrés Gertrudix, un actor con una madurez que asombra, treinta años bien aprovechados.

Desde luego parece que los elijan porque en todas las personas de las que vamos hablando coincide la calidad profesional con la humana,una combinación a menudo más difícil de encontrar que la de la caja fuerte en las películas de gansters.