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Los alemanes deciden si 'liberan' a Merkel o la atan de nuevo a la Gran Coalición

  • Un tecnicismo electoral podría dar la mayoría a la coalición de CDU y liberales
  • Los socialdemócratas se recuperan en los sondeos y La Izquierda crece
  • La negativa a aliarse con los ex comunistas limita al SPD
  • Los liberales han cerrado la puerta a una coalición con SPD y Verdes
  • La balanza hacia una u otra coalición dependerá de los indecisos 

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Merkel se perfila como ganadora en las elecciones alemanas

Si los indecisos no lo remedian y tras semanas de aburrida campaña electoral, la clave sobre cuál será el socio de gobierno de Ángela Merkel durante los próximos cuatro años es probable que esté no en la voluntad popular de los alemanes que votan este domingo, sino en un tecnicismo electoral calificado como inconstitucional.

A este punto ha llegado la situación de una campaña electoral en la que la apuesta de la gran favorita, la actual canciller, por un nuevo acuerdo con los liberales que le haga 'salir de la jaula' socialdemócrata de los últimos cuatro años ha pasado ser ser casi segura a una opción más en el complicado panorama electoral alemán.

La decisión de su partido, la CDU/CSU, de centrar su mensaje en simplemente en Merkel -que atrae a los votantes socialdemócratas como Blair lo hizo con los conservadores- sin apostar por reformas estructurales más allá de una tímida bajada de impuestos ha dado la iniciativa a su rival socialdemócrata, Frank-Walter Steinmeier, que considera que tiene "el viento de espalda".

"Quien puede remontar también es capaz de adelantar", ha proclamado ante miles de seguidores y curiosos en su mitin de cierre de campaña en la Puerta de Brandenburgo de Berlín.

La remontada del SPD

Steinmeier ha pasado de lograr un histórico -por lo bajo- 22% en los sondeos a encaramarse a un esperanzador 25-26%, aún insuficiente para amenazar la primera plaza del partido de Merkel pero un buen síntoma de cara a repetir el puesto de vicecanciller, aunque ha negado hasta la extenuación que tenga esta intención.

En realidad, a su partido no le queda otra opción que esa para seguir estando en el gobierno, que tiene ministros socialdemócratas desde la victoria de Gerhard Schröeder en 1998.

Según los últimos sondeos publicados, la CDU/CSU tiene en torno a un 35% -un porcentaje similar al de hace cuatro años- que, sumado a los liberales del FDP -la llamada coalición negro /amarillo-, que tienen en torno a un 13% le daría un 48%, un punto superior a los 25 del SPD, el 10% de Los Verdes y el 12% de La Izquierda.

En manos de Merkel

El problema es que la competencia del bloque de izquierdas es solo negativa: el SPD ha rechazado formalmente formar cualquier coalición a nivel federal con los ex comunistas y disidentes socialdemócratas de La Izquierda, auténtica sensación de la campaña y que están aglutinando el creciente voto antisistema del país con posiciones como su rechazo de la presencia en Afganistán, contra la que está la mayoría de los alemanes.

En este sentido, cobra especial importancia la campaña de Al Qaeda para atemorizar al votante alemán con un posible atentado después de las elecciones si no retira sus tropas del país asiático.

Descartada la coalición de izquierda por el SPD y la fórmula semáforo (rojo, amarillo, verde) por los liberales debido a sus diferencias en política económica con los socialdemócratas, la pelota de la gobernabilidad está en manos de Merkel y su partido.

La canciller ya ha dicho que prefiere gobernar con los liberales para fomentar un ambicioso programa de reformas -no concretadas- que sería frenado por las resistencias socialdemócratas.

Los mandatos adicionales

Sin embargo, con la exigua diferencia que tiene esta fórmula en los sondeos -y el previsible arreón final del votante socialdemócrata, que se ha producido en las dos últimas citas electorales- cada vez parece más probable que la balanza se inclinará a una coalición de centro-derecha o una gran coalición por los llamados mandatos adicionales.

La figura de estos mandatos ha sido cuestionada por el Tribunal Constitucional (TC) porque, en su forma actual, puede producir el paradójico efecto de que un partido gane un escaño como consecuencia de la pérdida de votos.

Merkel ha dicho ta que hará coalición con el FDP, aunque su mayoría este basada sólo en eventuales mandatos adicionales lo que ha hecho que algunos socialdemócratas acusen a la canciller de querer imponer su voluntad política por encima de la constitución.

Un complejo sistema electoral

Los mandatos adicionales son resultado del sistema electoral mixto que funciona en Alemania que combina la elección de diputados por mayoría simple, en circunscripciones unipersonales, con otra por voto proporcional con la presentación de listas de los partidos en los 16 estados federados (Laender).

Siguiendo el sistema mixto alemán, la mitad de los 598 diputados que deberá tener el próximo Parlamento Federal (Bundestag) serán elegidos por voto directo en las 299 circunscripciones distribuidas en todo el territorio alemán mientras que la otra mitad saldrá de las listas de los partidos.

Puede darse el caso -y ahí es cuando surgen los mandatos adicionales- de que el número de mandatos directos obtenidos por un partido en un estado federado sea mayor que el número de escaños que le corresponden a la lista regional en el Parlamento.

En ese caso, el número total de diputados del Parlamento se aumenta para dar cabida a los diputados elegidos directamente que no entrarían al Bundestag por proporcionalidad.

Estos mandatos adicionales distorsionan en mayor o menor grado la composición del Parlamento favoreciendo a los grandes partidos, el Socialdemócrata (SPD) y la Unión Cristianodemócrata (CDU), que suelen repartirse la gran mayoría de los mandatos directos.

En este caso, los expertos calculan que la CDU se podría hacer con 12 de los 17 mandatos adicionales que se calcula que se crearán. En términos de porcentaje, la unión de CDU y FDP podría estar hasta tres puntos por debajo del bloque de izquierdas para construir una mayoría en el Bundestag.

En última instancia, los hasta un 40% de indecisos pueden hacer que los próximos cuatro años siga Steinmeier en su cargo o le sustituya el liberal Westerwelle mientras Merkel espera segura de su victoria.