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Unos colmillos de mastodonte de cinco metros le dan el premio Guinness a un pueblecito griego

  • Milia, un pueblo de 400 habitantes al norte de Grecia, ha recibido este reconocimiento
  • El tesoro data de tres millones de años y fue encontrado por casualidad
  • Supone un reconcimiento histórico para Grecia y para la paleontología
  • El hito quedará registrado en el libro Guinness de los Récords Mundiales

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En la imagen, las autoridades locales y la representante del Libro Guinness de los Records posan junto a los colmillos más largos del mundo.
En la imagen, las autoridades locales y la representante del Libro Guinness de los Records posan junto a los colmillos más largos del mundo.

Milia, un pequeño pueblo de 400 habitantes en el norte de Grecia, guardaba un secreto de tres millones de años que le ha valido un premio Guinness: un par de colmillos de mastodonte de 400 kilos y cinco metros, los más largos del mundo.

Se trata de "un tesoro paleontológico que puede contarnos mucho del pasado del planeta y ayudarnos a aceptar que un día todas la especies, incluyendo los humanos, se extinguirán", ha dicho el paleontólogo holandés Dick Mol, en la ceremonia del Libro Guinness de los Récords Mundiales.

"Es un día de reconocimiento internacional para Grecia e histórico para la paleontología", agregó la geóloga de la Universidad de Salónica Evangelia Tsoukala, jefa de la excavación del sitio en el que se descubrieron los fósiles, así como de los estudios que vienen realizando desde hace 20 años en el área.

Los fósiles del mastodonte fueron descubiertos por casualidad por trabajadores que excavaban en una loma para sacar arena para obras de construcción en el invierno de 2006. En el pequeño pueblo se ha instalado un improvisado museo que ya ha sido visitado por 11.000 personas.

Una especie de 3 millones de años

Los colmillos de 5,02 metros de largo y 400 kilos pertenecieron a una hembra de la especie 'Mammut borsoni', de seis toneladas de peso, 3,5 metros de alto y unos 30 años de edad, que vivió en un clima casi tropical, en una sabana a las orillas de un gran río que ya no existe, dijo Tsoukala.

A pesar del parecido del nombre, el 'Mammut borsoni' no pertenece a la familia de los mamuts -los elefántidos-, sino a la de los mamútidos, por completo extintos y conocidos como habitualmente como mastodontes.

"Los restos del mastodonte se pudrieron en la ribera del río y los fósiles quedaron esparcidos por varios cientos de metros", ha dicho Mol.

"Estos mastodontes están completamente extintos, no sabemos la razón, pero tenemos que aceptarlo. Tal vez, un día los elefantes de África también desaparezcan porque el planeta está cambiando", ha añadido.

Esta especie de mastodonte, los mayores del mundo, se extinguieron en Europa y Asia hace de 2,5 a 3 millones de años, en cambio los mastodontes norteamericanos, desaparecieron hace sólo 10.000 años.

Un pueblecito nacido para ser famoso

En Milia, en el pequeño edificio que sirve como precario museo, hay una exhibición de fósiles de un mínimo de diez ejemplares prehistóricos hallados en la zona.

Entre ellos destaca el esqueleto de un elefante de la especie Elephas antiquus, de 200.000 años de antigüedad, así como rinocerontes, caballos, felinos, ciervos y otras especies prehistóricas.

Desde que se exhiben los colmillos "estrella", el museo ya ha sido visitado por 11.000 personas y el sueño de Tsoukalas de construir un centro de Paleontología en Milia parece que se hará realidad dentro de un par de años.

"El negocio ha aumentado en la vecindad desde que los extranjeros y la señora Evangelia y su equipo se ocupan de esos fósiles", comentó con alegría a Efe Alexandra, dueña de un pequeño cafe-restaurante frente a la plaza del pueblo, a la espera de que se construya pronto el prometido centro paleontológico.

"Todo paleontólogo que estudia los mastodontes y que se respete a sí mismo debe de pasar por aquí y estudiar los mastodontes de Milia", afirmó Tsoukala.

Descubrimiento sorpresa

"He estado excavando durante más de 40 años, en Siberia, en África, en Australia, en América, y al principio no me creía que se tratase de un descubrimiento tan serio", agregó Mol.

"Era un día de lluvia. Me acerqué al sitio, saqué un cepillo y comencé a buscar un pedazo y.... ¡fueron saliendo más y más, y no sabía donde terminaba!", relató emocionada a Efe la joven geóloga Rula Pappas, integrante del equipo de Tsoukala.

Los habitantes de Milia y los alrededores han encontrado fósiles desde los años 80, lo que atrajo la atención de los expertos y llevó a descubrir en 1996 colmillos de mamut de 4,35 metros de largo.

"Lo que encontré eran osamentas que no eran ni de humanos ni de animales...y mi mujer me regañaba y me decía: ¿qué afán tienes, por qué me traes todos esos huesos a casa? Sería mejor que los tiraras. Pero yo insistía", dijo un pastor, uno de los primeros en encontrar vestigios fósiles.