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Dimite un alto cargo militar por el escándalo del vuelo del 'Air Force One' sobre Nueva York

  • El presidente de EE. UU., Barack Obama, ha aceptado la dimisión
  • La renuncia se ha proucido tras la conclusión de una investigación interna

El alto funcionario ha dicho que la polémica le ha hecho "imposible" continuar en su cargo

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Handout of Air Force presidential aircraft, part of the fleet used by U.S. presidents, is pictured above the Statue of Liberty in New York
El 'Air Force One' sobrevuela la estatua de la libertad en Nueva York.

El director de la oficina militar de la Casa Blanca, Louis Caldera, ha presentado su dimisión por el vuelo a baja altura del avión presidencial con fines fotográficos sobre la ciudad de Nueva York, el pasado 27 de abril, que causó el pánico en la ciudad de los rascacielos.

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En un comunicado, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, ha indicado que el presidente de EE.UU., Barack Obama, ha aceptado la dimisión de Caldera, uno de los funcionarios hispanos de mayor rango en el Gobierno.

La renuncia se ha proucido tras la conclusión de una investigación interna ordenada por Obama sobre lo sucedido y que estuvo encabezada por Jim Messina, el jefe adjunto de Gabinete de la Casa Blanca.

Caldera, ex secretario de Defensa para el Ejército, se había atribuido la responsabilidad de autorizar ese vuelo.

En su carta de dimisión, distribuida este viernes por la Casa Blanca, el alto funcionario ha indicado que la polémica le ha hecho "imposible" continuar en su cargo.

Obama, que según la Casa Blanca se puso "furioso" cuando se enteró de ese vuelo y del pánico que causó entre los habitantes de Nueva York, describió el hecho como un "error" y aseguró que "no volverá a ocurrir". Susto en el cielo de NUeva York

El vuelo del avión presidencial y de un caza F-16 que lo escoltaba, cuyo propósito era la toma de fotografías cerca de la estatua de la Libertad, se produjo al inicio de la jornada laboral en Nueva York y causó gran temor en una ciudad que fue blanco de ataques terroristas con aviones comerciales el 11 de septiembre de 2001.

Miles de empleados en el barrio financiero abandonaron sus oficinas, se evacuaron edificios y las agencias policiales y de emergencia recibieron numerosas llamadas que avisaban de que los aviones volaban demasiado bajo.

El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, ha dicho que el Gobierno no le avisó de la maniobra aérea y que se enteró cuando empezó a recibir mensajes en su móvil que le preguntaban qué ocurría.

Bloomberg ha añadido que si le hubieran avisado "les habría dicho de inmediato que no lo hicieran".