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Obama estudia cómo salir de Afganistán

  • Obama habla de una estrategia de salida
  • La decisión más dura que ha tomado ha sido enviar más tropas a Afganistán
  • El objetivo es asegurarse de que Al Qaeda no pueda atacar a EE.UU
  • Obama vuelve a defender a Geithner ante las críticas de los medios
  • El presidente duda de la legalidad del impuesto sobre las primas

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Estados Unidos debe buscar una salida a la guerra en Afganistán, ha dicho Obama en una entrevista con la cadena de televisión CBS. "Debe haber una estrategia de salida, no podemos estar a la deriva permanentemente". 

Esa estrategia no pasa de forma inmediata por la retirada de las tropas norteamericanas en Afganistán. Estados Unidos lleva el peso de la operación internacional y su Presidente ha ordenado reforzar los efectivos con 17.000 soldados. No ha sido un plato de gusto, reconoce Obama: "las decisiones que llegan a mi mesa oscilan habitualmente entre lo malo y lo peor; y la más dura hasta ahora ha sido enviar más tropas a Afganistán".

Para poder abordar una retirada en el plazo de tres o cuatro años, la prioridad de Obama es "asegurarnos de que al Qaeda no pueda atacar el territorio ni los intereses de Estados Unidos y sus aliados". Una estrategia en principio más modesta que la doctrina Bush, que aspiraba a promover la democracia, asentar el gobierno y desarrollar la sociedad civil. La realidad actual es una administración corrupta por el narcotráfico, asediada por los talibanes y con unas elecciones el próximo mes de agosto.

Reservas sobre el impuesto a las primas y nueva defensa de Geithner

Como reconoce Obama, las complejidades de Afganistán se quedan pequeñas ante las de la situación económica. Este lunes, anunciarán los detalles del plan para rescatar los activos tóxicos de las entidades financieras. La clave es doble: implicar a los inversores privados a través de incentivos, como préstamos a muy bajo interés, y adquirir los títulos hipotecarios mediante subasta, lo que permitirá asignar un precio razonable a algo que hoy por hoy, carece de valor.

Sin embargo, arrecian las críticas de analistas, economistas y columnistas que dudan del éxito del plan, cuestionan la compresión del Presidente sobre la cólera que sienten los americanos sobre las primas de Wall Street y ponen a caldo la actuación del secretario del Tesoro, Tim Geithner. El fuego cruzado viene nada menos que del New York Times, cuyo editorial fue determinante para que dimitiera Tom Daschle en su momento.

Obama se ha visto obligado a defender a mano derecha económica por enésima vez esta semana. Si Geitner le presentara la dimisión, cosa que no ha hecho ni Obama le ha pedido, le diría: "lo siento, compañero, pero todavía tienes el trabajo". El Presidente reconoce que llevará más tiempo del que le gustaría para que el plan de rescate financiero funcione. Y señala que necesitará la colaboración de Wall Street, a cuyos ejecutivos recomienda que vuelvan a la realidad.

En este sentido, es significativo que Obama haya dado un toque de atención sobre los nuevos impuestos que redacta el Congreso para recuperar el dinero de las primas de AIG. "No se deben aprobar leyes que apunten a un puñado de individuos y no se debe utilizar el código tributario para castigar a la gente". Obama comprende el enfado popular, pero señala que hay que encontrar maneras de solucionar el problema de forma legal y constitucional, y que no obstaculicen los esfuerzos para estabilizar el sistema.