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Livni gana por un estrecho margen las elecciones en Israel, pero Netanyahu aún puede gobernar

  • El gobernante Kadima ha ganado por un solo escaño de diferencia al Likud 
  • La extrema derecha desplaza de la tercera posición a los laboristas
  • La alianza los ultras, que reivindican "tener la llave", daría el gobierno a Netanyahu
  • Los palestinos consideran que este resultado "paraliza" el proceso de paz

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El partido Kadima, liderado por  la ministra de Asuntos Exteriores Tzipi Livni, ha ganado por un estrecho margen las elecciones legislativas en Israel al líder derechista Benjamin Netanyahu, quien no obstante podría formar gobierno en alianza con las formaciones religiosas y la ultraderecha, que asciende al tercer puesto.

En sus primeras palabras en la noche electoral, Livni ha llamado a su rival a formar una coalición. "Te ofrecí antes de fijar estas elecciones unirte a un gobierno de unidad nacional bajo mi dirección para afrontar los problemas que tiene Israel, y lo rechazaste. Hoy el pueblo ha elegido Kadima", ha dicho para pedir a Netanyahu que reconsidere su postura.

El líder de la oposición, Benjamin Netanyahu, también ha cantado victoria: "Estoy convencido de que seré el próximo primer ministro".

Con el 99,5% del voto escrutado, Kadima, partido de centro, obtiene un 23% de los votos por el 21% el Likud, lo que se traduce en 28 escaños par Kadima por 27 para Likud. A pesar de su espectacular aumento -en el Parlamento saliente tenía sólo 12 escaños-, Netanyahu no ha consolidado su ventaja en los sondeos y como se apuntaba en las últimas jornadas, ha sufrido el empuje del ultraderechista Avigdor Lieberman, cuyo partido Israel Beitenu se sitúa en tercera posición desplazando a los Laboristas de Ehud Barak.

En concreto, Israel Beitenu obtiene un 12% (15 escaños), por el 10% de Barak (13 escaños). El descalabro de los laboristas (pierden seis escaños) es tal que casi les superan también los ortodoxos del Shas (9% y 11 parlamentarios). Un escalón por debajo, otros grupos sionistas y ultranacionalistas, así como los partidos árabes, serán claves para alcanzar los 61 escaños de la mayoría absoluta (sobre un total de 120).

Provisionalmente, la distribución de escaños en el nuevo parlamento israelí queda así:

  • Kadima (Adelante), centro-derecha: 28 escaños
  • Likud (Unión), nacionalista: 27 escaños
  • Israel Betenu (Israel es Nuestro Hogar), ultranacionalistas: 15 escaños
  • Partido Laborista, socialdemócrata: 13 escaños
  • Shas (Guardianes de la Torá Sefardíes), ultraortodoxos: 11
  • Yahadut haTorá (Judaísmo Unido de Biblia), ultraortodoxo: 5
  • Ra'am-Ta'al (Lista Arabe Unida), partido árabe: 4 escaños
  • Unión Nacional, ultranacionalista: 4 escaños
  • Hadash (Frente por la Igualdad), árabes y judíos: 4 escaños
  • Meretz (Vigor), pacifista: 3 escaños
  • Hogar Judío, nacionalista religioso: 3 escaños
  • Balad (Asamblea Nacional Democrática), árabe: 3 escaños

Ascenso de la extrema derecha

Con el apoyo de Lieberman y las formaciones religiosas, Netanyahu tendría más fácil que Livni la formación de gobierno. El líder ultra Lieberman ya ha anunciado su preferencia por un gobierno "nacionalista" y "de derechas", aunque no ha descartado "ninguna opción". "Tenemos la llave", se ha felicitado.

Según la tradición, el jefe del Estado de Israel, un cargo que en la actualidad ocupa el presidente Simón Peres, militante de Kadima, encarga la formación del gobierno al líder del partido más votado en las elecciones generales.

El dato de participación, según las estimaciones, ha sido mayor de lo previsto pese al mal tiempo, lo que en principio ha beneficiado a Kadima, cuya líder puede convertirse en la primera mujer que gobierna Israel desde Golda Meir. Livni sucede en el partido a Ehud Olmert, quien a su vez tomó el relevo de Ariel Sharon cuando este quedó postrado en coma.

Escepticismo en Palestina

Los que ya han anunciado su decepción con el resultado electoral han sido los palestinos a través de Saeb Erekat, negociador jefe de la Autoridad Nacional Palestina, que considera que ni Livni ni Netanyahu serán incapaces de lograr la paz y que el resultado "paraliza" el proceso.

"Teniendo en cuenta la coalición que formará cualquier primer ministro, el próximo gobierno será incapaz de cumplir lor requerimientos de la paz", ha denunciado. 

"Si el nuevo gobierno israelí continúa expandiendo los asentamientos, bloqueando carreteras y obstruyendo la solución de dos estados, no tendremos otra opción que no considerarlo un compañero para la paz", ha concluido.