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Medvedev prohíbe las vacaciones de lujo a sus funcionarios y exige permiso por escrito

El presidente ruso quiere evitar el derroche de sus ministros en tiempo de crisis

Tendrán que informarle por escrito del destino y las fechas del viaje

Los constantes viajes al extranjero levantan ampollas en la opinión pública

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"Querido presidente, le solicito por escrito permiso para irme de vacaciones al extranjero." Bajo esta fórmula deberán pedir sus vacaciones los altos funcionarios rusos al presidente Dmitri Medvedev, que intenta evitar así que éstos escojan destinos especialmente lujosos en tiempos de crisis, según informa el diario digital Gazeta.ru.

El inquilino del Kremlin, molesto el derroche en la reciente visita de tres altos cargos al lujoso centro de esquí alpino francés de Courchevel y que desató ríos de tinta en la prensa rusa, ha prohíbido a los altos funcionarios de la Presidencia y el Gobierno descansar en balnearios de lujo. Además, deben informar por escrito sobre el lugar y plazos en que quieren tomarse las vacaciones o libranzas.

La medida decretada por el líder ruso afecta al jefe del gabinete de la Presidencia y sus adjuntos, a los asesores de Medvédev y al secretario del Consejo de Seguridad del Kremlin y sus sustitutos.

También es extensiva a los ministros del Gobierno subordinados directamente al presidente, que son los titulares de Asuntos Exteriores, Defensa, Interior y Seguridad.

Despilfarro y lujo, en tiempos de crisis

La prensa de sociedad dio una profusa cobertura al descanso en Courchevel del intendente del Kremlin, Vladímir Kozhin; el jefe del Servicio de Guardaespaldas de la Presidencia, Yevgueni Múrov, y el presidente del Comité Olímpico Ruso, Leonid Tiagachov.

Courchevel, con sus famosas y costosas "veladas rusas" de Año Nuevo, atrae inminentemente la atención de la prensa desde que hace dos años la policía francesa detuviera allí al multimillonario Mijaíl Prójorov durante una operación contra la prostitución.

Según fuentes de "Kommersant", Medvédev se molestó por el hecho de que personas de su entorno escogen para su descanso lujosos sitios, donde atraen la atención de la prensa y corren el riesgo de verse implicadas en algún escándalo.

Esos viajes perjudican la imagen del país y pueden despertar el descontento popular en tiempos de la actual crisis financiera global, cuyo impacto es especialmente doloroso en Rusia tras el desplome de los precios mundiales de los hidrocarburos.

Las visitas de altos funcionarios a lujosos balnearios y residencias pueden entrar en contradicción con la nueva legislación anticorrupción rusa, que a instancias de Medvédev formuló por primera vez las situaciones de conflicto de intereses.