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Los ejecutivos "rescatados" por Obama no podrán ganar más de 500.000 dólares

  • Los "masters del universo" tampoco podrán cobrar bonificaciones
  • Están condicionadas a que el contribuyente recupere el dinero que ha puesto
  • Los recortes no se aplican a las empresas que ya han recibido ayudas
  • El año pasado, los altos ejecutivos se embolsaron más de 18.000 millones
  • Obama estudia un nuevo plan de rescate financiero
  • El secretario del Tesoro avanza que hará falta mucho más dinero para salir de la crisis
  • Obama urge al Congreso a actuar ahora para evitar la catástrofe

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Obama ha impuesto un tope de medio millón de dólares al salario de los altos ejecutivos de aquellas empresas que reciban un rescate financiero extraordinario. No ha cuantificado el adjetivo. Los "masters del universo" tampoco podrán cobrar primas ni bonificaciones, salvo los dividendos normales o compensaciones ligadas a los rendimientos a largo plazo, hasta que las empresas que dirigen salgan adelante y los contribuyentes hayan recuperado su dinero. En todo caso, tendrán que informar detalladamente a los accionistas de su política de primas.

Los recortes salariales no se aplicarán a aquellas empresas que ya han recibido ayudas: los primeros 350.000 millones de dólares que aprobó el Congreso antes de las elecciones presidenciales. Tampoco se aplicarán a las que reciban nuevas inyecciones pero se consideren relativamente saludables.

Son las nuevas restricciones que ha anunciado el presidente de EE.UU para inyectar más dinero público, rescatar el sistema financiero y restaurar la confianza. Y es el aperitivo de la segunda versión del plan de rescate financiero. El secretario del Tesoro, Tim Geithner, ya ha avanzado que "será necesario mucho más dinero para salir de la crisis". Obama ha presionado al Congreso a actuar inmediatamente para evitar la catástrofe.

En la primera versión del plan de rescate, que gestionó la administración Bush, también había límites, aunque deliberadamente laxos. Las entidades rescatadas no podían pagar las elevadas indemnizaciones por despido, conocidas como paracaídas dorados.

Algunas compañías, como Citigroup, tuvieron que reducir en un 40% las bonificaciones a sus principales ejecutivos. Pero en ningún caso se llegó tan lejos como ahora. El argumento era y es que las restricciones desanimarían a las empresas a acogerse al rescate.

El escándalo de las primas

Los topes salariales para los altos ejecutivos son la respuesta de la administración Obama al escándalo de las bonificaciones en Wall Street. El año pasado, los ejecutivos se embolsaron más de 18.000 millones de dólares en primas y bonificaciones. El presidente lo calificó de vergonzoso. Hoy se lo ha vuelto a restregar. "No es admisible premiar a los responsables, y menos con dinero público".

Las primas cobradas son la mitad que el ejercicio anterior pero la sociedad americana se ha escandalizado por el premio que se han dado a sí mismos los responsables del desastre financiero, justo en un ejercicio en el que el PIB ha retrocedido casi el 4% y los despidos rebasan los dos millones y medio.

Además, persisten las dudas sobre si estas primas se han pagado con el dinero que han puesto los contribuyentes para rescatar el sistema financiero y descongelar el crédito, algo que, de momento, no ha sucedido. De hecho, los préstamos han caído el 1% en el cuarto trimestre, y el doble en aquellas entidades que se han acogido al rescate.

Sueldos dorados

Cinco de los gigantes empresariales que han recibido ayudas -Citigroup, Bank of America, AIG, General Motors y Chrysler- pagan bastante más de 500.000 dólares a sus principales ejecutivos.

El presidente de Bank of America, Kenneth D. Lewis, ganó más de 20 millones de dólares en 2007. Casi seis millones fueron en sueldo y primas.

El presidente de Citigroup, Vikram Pandit, se embolsó más de 3 millones de dólares. Richard Wagoner, de General Motors, ganó casi 14 millones y medio, la mayor parte en acciones y opciones. Su salario era de 1,6 millones de dólares.

Más planes

El gobierno de Obama tiene en estos momentos dos planes para reactivar la economía. El Congresos ya ha dado luz verde a la segunda mitad del plan de rescate financiero: 350.000 millones de dólares.

El Senado debate estos días el plan de Rescate y Reinversión de Obama. Son casi 900.000 mil millones de dólares, el triple de lo que se barajó en un principio. Los republicanos votaron unánimemente en contra en la cámara baja y no está claro que vayan a respaldarlo en el Senado si no se recortan sustancialmente las partidas de gasto.

A pesar de que los demócratas cuentan con mayoría absoluta en la cámara alta -58 escaños-, precisan el apoyo republicano para superar los 60 votos. Por debajo de esa cota, los republicanos pueden retrasar indefinidamente la aprobación del proyecto de ley. Les basta con hablar un día tras otro. Es lo que se conoce como filibusterismo parlamentario.

Pero al margen de estos dos planes, el gobierno estudia otro nuevo para estabilizar el sistema financiero. Podría tener que pedir al Congreso entre uno y dos billones de dólares adicionales. Está previsto que Geithner desvele los detalles el próximo lunes, pero el Washington Post avanza que el Gobierno dividirá los activos tóxicos en tres grupos: comprará los peores, asegurará las perdidas de los mediocres y dejará a los bancos los activos más solventes.