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La ex mujer de Maximino Couto asegura sentirse "aliviadísima"

  • El preso ha sido encontrado muerto en su celda
  • Maximino Couto mostraba un comportamiento "normal"
  • Iba a ser trasladado este miércoles a otra cárcel fuera de Galicia
  • Estaba acusado de matar a su pareja durante un permiso penitenciario
  • Cumplía condena por un delito de violencia de género
  • Su ex mujer ha dicho sentirse "aliviadísima"

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El asesino de Pontevedra se suicida

Herminia Buceta, la ex pareja del preso Maximino Couto, que ha sido encontrado muerto este miércoles en su celda, ha asegurado sentirse "aliviadísima" tras enterarse de la noticia. "Ahora mis hijos y yo, y toda la gente que esta persona tenía amenazada, vamos a poder descansar tranquilos. Nos lo merecemos", subrayó Herminia Buceta.

No obstante, admitió que le daba pena "que hubiera acabado así", colgado de una sábana en la ventana de una celda del módulo de ingresos. Tras indicar que alguna vez pensó que "esto podía podía pasar, porque si fue capaz de hacer todo lo que hizo, también podía quitarse la vida", Herminia Buceta señaló que Couto "podía vivir tranquilamente sin llegar a estas cosas y sin hacer las barbaridades que hizo". "No sé qué le pasaba por la cabeza", aseveró.

Herminia Buceta, que tuvo los numerosos problemas durante el tiempo que duró la convivencia con su marido, recordó que el pasado día 29 de noviembre cuando Maximino Couto asesinó presuntamente a su actual pareja tenía también intención de matarla a ella, pero se salvó porque no la encontró en casa.

"Esta vez se suicidó, pero esta gente cuando sale de la cárcel coge otra pareja y vuelve a matar, y estamos siempre así, sin que nadie haga nada", lamentó, al tiempo que pidió un cambio "profundo" para evitar esta lacra. "Por mucho que salgas en los medios de comunicación y denuncies tu caso, hables y te cabrees, si las leyes no cambian, las víctimas no podemos hacer nada", concluyó.

No estaba sujeto al protocolo de suicidio

Couto iba a ser trasladado hoy a otra prisión fuera de Galicia y, según destacaron varios sindicatos, no estaba sujeto al protocolo de suicidio, pues mostraba un comportamiento "normal".

Instituciones Penitenciarias ha señalado, por su parte, que "desde que ingresó" en el centro penitenciario, por un delito de violencia de género, Couto estaba siempre acompañado por otro preso, pero desvinculó este hecho del citado protocolo de suicidio y precisó que era "difícil evitar" lo sucedido.

Por su parte, tanto la representante de CSI-CSIF en la prisión de A Lama Berta Fernández, como el delegado de Acaip en el penal, confirmaron que el reo no estaba sujeto al protocolo de suicidio "porque ni mostró arrepentimiento de los hechos, ni se preveía que se iba a suicidar".

En este sentido, Fernández puntualizó que Couto tampoco presentaba actitud depresiva y realizaba una vida en prisión "con total normalidad".

Tenía un "comportamiento normal"

Al respecto, el sindicato de prisiones Acaip reiteró que Couto "no estaba en prevención de riesgo de suicidio" y recalcó que cuando regresó a la prisión tras el crimen del día 29 "entró amenazante" y dijo al juez que "quería terminar el trabajo".

Por ello, comentaron que el acompañamiento de otro preso se puede deber, o bien a que la prisión está saturada o a la posibilidad de atender que sufriera achaques, ya que era una persona mayor.

Además, el representante de Acaip confirmó que Couto, que tenía un "comportamiento normal", se encontraba en el módulo de ingresos porque estaba previsto en la jornada de hoy su traslado a la prisión de Dueñas, en Palencia.

Su compañero de celda descubrió el suicidio

Según comentó la representante sindical de CSI-CSIF, Couto y su compañero estuvieron hablando por la noche -el contenido de la charla está bajo secreto de sumario, según precisó- y posteriormente se metieron en la cama. A las 6.00 horas, cuando se levantó el otro interno se encontró a Maximino colgado de un trozo de sábana, tras lo que avisó a un funcionario, según indicó Instituciones Penitenciarias.

Berta Fernández precisó que los funcionarios hacen rondas visuales cada dos horas en las zonas comunes, pero no entran en las celdas "porque hay que garantizar por ley ocho horas de descanso nocturno".