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Sarkozy crea una ayuda social para animar al parado a trabajar e inculcar el "respeto" al trabajo

  • El RSA será para empleados a tiempo parcial y trabajadores de bajos ingresos
  • Sarkozy quiere que resulte más rentable trabajar que recibir ayudas
  • La polémica viene por la financiación: una nueva tasa sobre patrimonio e inversiones
  • La medida ha levantado ampollas en el partido del propio presidente, el conservador UMP
  • La izquierda se ha visto sorprendida por la propuesta y le da su respaldo

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El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha anunciado la creación de una nueva ayuda social, el denominado "ingreso de solidaridad activa" (RSA, en sus siglas en francés), que pretende animar a los parados a trabajar y que hará a "Francia respetar el trabajo". La polémica viene de la mano de la financiación de esta ayuda, que supondrá crear una nueva tasa sobre los ingresos del patrimonio y de inversiones financieras.

"Quiero que se le dé la espalda a los abusos del asistencialismo para que entremos en una sociedad que respete el trabajo", ha dicho Sarkozy al anunciar la ampliación a todo el país del RSA, que hasta ahora se ha experimentado en 34 departamentos de Francia.

El RSA pretende alentar a parados y desfavorecidos a reinsertarse en el mundo del trabajo combinando ayudas y sueldo, hasta un cierto nivel, para que trabajar sea más rentable que recibir ayudas

Consiste en un complemento salarial de un mínimo de 450 euros destinado principalmente a personas que cojan un empleo a tiempo parcial o a trabajadores "pobres" para aumentar sus ingresos. También contempla la conservación de una ayuda del Estado a quienes vuelvan a la vida activa a partir de julio de 2009 -cuando entra en vigor-, mientras que hasta ahora un parado francés dejaba de cobrar subsidios al volver al mercado laboral.

Coste de la medida

Desde comienzos de 2009 se aplicará el nuevo impuesto, del 1,1%, a los "ingresos del capital" (inmobiliarios, dividendos y plusvalías de acciones, contratos de seguros de vida) para financiar el sobrecoste de 1.500 millones de euros anuales que costará generalizar el RSA. Este mecanismo ha sido ideado por el Alto Comisario a las Solidaridades Activas, Martin Hirsch, uno de los símbolos de la "apertura" del conservador Sarkozy a la izquierda.

"Considero que es normal, en un esfuerzo de solidaridad, que todos contribuyan a sacar a más de tres millones de nuestros compatriotas de la pobreza o la exclusión", ha afirmado el jefe de Estado en un discurso en Laval, en el oeste de Francia.

La iniciativa, que el Parlamento debatirá a partir del próximo 22 de septiembre, ha levantado ampollas en el partido conservador gobernante, UMP, del jefe de Estado, y suscitado fuertes críticas por parte de la patronal, aseguradoras, ahorradores y economistas.

La oposición de izquierdas, que ha acusado a Sarkozy y su Gobierno conservador de hacer "regalos a los ricos" con su paquete de rebajas fiscales del verano de 2007, no puede sino respaldar la medida, que le ha sorprendido. Así, el líder del Partido Socialista (PS), François Hollande, cree "legítimo financiar los ingresos de los más modestos con una contribución de los más ricos", pero exige que el nuevo impuesto esté excluido del "escudo fiscal" para los más acomodados.

El RSA, que debería beneficiar a 3,7 millones de hogares, reemplazará al actual "ingreso mínimo de inserción" (RMI), implantado hace años y que, para Sarkozy, es "un fracaso" al no sacar de la exclusión a muchos de sus beneficiarios.