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El Reino Unido renunciará a usar bombas de racimo

  • El primer ministro británico ha tomado la decisión en contra de la cúpula militar
  • Más de un centenar de países negocian en Irlanda un tratado contra este tipo de armamento
  • España apoya limitar su uso, aunque se opone a una prohibición total

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El primer ministro británico, Gordon Brown, ha anunciado que el Reino Unido va a renunciar al uso de bombas de racimo en sus fuerzas armadas, a pesar de la renuencia de otros paises como Estados Unidos y Rusia. El anuncio de Brown trata de impulsar la firma de un acuerdo contra este tipo de armamento, que más de un centenar de países negocian en Irlanda.

"Hemos decidido, tras muchas discusiones, que retiraremos todos los tipos de bombas de racimo. Creo que esto impulsará las negociaciones que están teniendo lugar" en Irlanda, ha señalado Brown, en referencia a las conversaciones que mantienen 109 países y más de 200 ONG para elaborar un texto que ponga fin al uso, fabricación, distribución y almacenamiento de este tipo de municiones.

"Creo que será un gran paso adelante para hacer del mundo un lugar más seguro", ha subrayado el primer ministro británico en su comparecencia ante la prensa en Downing Street, al explicar una decisión que su Ejecutivo ha tomado en contra de la cúpula militar británica.

Borrador de acuerdo

Los países y organizaciones reunidos en Dublín -entre los que no se encuentra Estados Unidos- ya han elaborado un borrador del futuro tratado, aunque quedan por resolver dos puntos importantes: la cooperación militar de los firmantes con los países que no firmen el acuerdo y la posibilidad de que los no firmantes, por ejemplo Estados Unidos, conserven silos de bombas de racimo en país signatarios.

Los participantes en las negociaciones seguían discutiendo la pasada noche la cuestión de si las tropas de los países que suscriban el tratado pueden llevar a cabo operaciones conjuntas con otros que no están dispuestos a hacerlo.  Negarse a ello equivaldría a violar otros compromisos contraídos, por ejemplo, con la OTAN, lo que tendría graves implicaciones prácticas.

Mientras Francia ha anunciado la retirada inmediata del servicio operativo de sus proyectiles M26, que representan más del 90% de sus existencias de bombas de racimo, países como Estados Unidos, Israel, Rusia, China, India y Pakistán no participan en las negociaciones del acuerdo.

España aboga por limitar su uso

Este mismo miércoles, el general Yevgueni Buzhinski, jefe del departamento de cooperación internacional del ministerio de Defensa de Rusia, ha reiterado que las Fuerzas Armadas rusas no renunciarán a las bombas de racimo y a las minas antipersona. "Estamos en contra de la prohibición total de las municiones de racimo y de las minas antipersona, y a favor de la evolución [tecnológica] de esos armamentos", ha declarado en Moscú.

El Gobierno español, por su parte, ha reiterado su oposición a que el tratado internacional prohíba totalmente el uso, fabricación y almacenamiento de bombas de racimo: "Un buen tratado debe incluir excepciones a la prohibición total que estén claramente reguladas e inspiradas por preocupaciones humanitarias, no por preocupaciones de carácter militar o industrial", ha señalado el subdirector general de No Proliferación y Desarme en el Ministerio de Asuntos Exteriores, Ignacio Sánchez de Lerín, que encabeza la delegación española en Dublín.

Estas armas son muy polémicas porque diseminan bombas muy pequeñas en una amplia zona, muchas de las cuales no explosionan al hacer impacto y pueden ser activadas más tarde si las pisa o toca algún civil.