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Las lluvias torrenciales enfangan la ayuda a los 2,5 millones de desplazados en Birmania

  • Una nueva tormenta tropical azota al delta de Irrawaddy, la zona más castigada por el 'Nargis'
  •  La ONU advirtió de su llegada hace dos días
  • La junta militar eleva el número de víctimas hasta 43.000

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Red Cross volunteers transport a wounded person to hospital near Bogalay
Voluntarios de la Curz Roja transportan entre la lluvia a una persona herida a un hospital cercano a Bogalay, en el delta del río Irrawaddy.

Llueve sobre mojado en el delta de Irrawaddy. La región birmana más devastada hace dos semanas por el paso del ciclón Nargis ha sufrido nuevas lluvias torrenciales que entorpecen aún más las tareas de socorro a los casi dos millones y medio de damnificados que hay en la zona, según datos de Naciones Unidas.

Se espera que estos nuevos aguaceros vuelvan a inundar el delta del río Irrawaddy, donde cientos de cadáveres siguen flotando en el lodo putrefacto, según testigos y las agencias de ayuda humanitaria.

Vastas áreas del delta continúan aisladas desde el paso de Nargis y a ellos todavía no ha podido llegar material de emergencia.

Hace dos días, la ONU advirtió de la posibilidad de que se esté formando otro ciclón tropical en el norte del mar de Andamán, que entraría en el sur de Birmania, pero no ofreció más detalles. Por su parte, la Organización Meteorológica Mundial pronostica fuertes lluvias hasta el fin de semana.

Más víctimas

La Junta Militar ha admitido hasta el momento un total de 43.318 muertos, unos 1.400 heridos y casi 28.000 heridos por el ciclón, aunque la Federación Internacional de la Cruz Roja calcula entre 68.833 y 127.990 víctimas mortales, y Naciones Unidas habla de más de cien mil fallecidos y de 1,6 a 2,5 millones de damnificados.

Mediante su poderoso aparato de propaganda, el régimen sigue ocultando a la población la auténtica magnitud del desastre y no deja de divulgar imágenes del jefe de la Junta Militar, Than Shwe, y otros generales, dando ayuda a los damnificados.

Sin embargo, no muestra ni menciona los miles de cadáveres que todavía flotan en el agua putrefacta del delta del Irrawaddy.