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Los emisarios de Pekín y el Dalai Lama acuerdan abrir una nueva ronda de consultas sobre el Tibet

  • Es el primer encuentro tras las revueltas del pasado 14 de marzo
  • El Gobierno chino no varía su postura pese a la presión internacional
  • Analistas internacionales creen que se trata de "un acto de escaparatismo"

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Una reunión para acordar volver a reunirse. Así puede resumirse la esperada reunión entre representantes del Gobierno chino y del Dalai Lama celebrada en la ciudad china de Shenzhen, al sur del país.

Éste es el primer encuentro entre ambas partes tras las revueltas tibetanas del 14 de marzo y llega tras las protestas en todo el mundo por la situación en Tíbet, que han acompañado al recorrido de la antorcha olímpica.

De la reunión, que se ha celebrado a puerta cerrada y cuyo contenido y desenlace no ha trascendido, sólo se sabe que ambas partes han acordado abrir una nueva ronda de diálogo, según ha informado la agencia estatal china Xinhua.

La agencia cita a fuentes anónimas presentes en el encuentro, al que han acudido los emisarios del Dalai Lama, Lody Gyari y Kelsang Gyaltsen, y Zhu Weiqun y Sitar, del Departamento de Trabajo del Frente Unido del Partido Comunista de China (PCCh), sin capacidad de decisión.

Estas fuentes han añadido que los emisarios del lider tibetano "expresaron sus puntos de vista sobre cuestiones relevantes e informarán de forma sincera sobre el encuentro al Dalai Lama".

Los funcionarios chinos han recordado a los tibetanos que "los tumultos del 14 de marzo han supuesto nuevos obstáculos para la reanudación de contactos y consultas con el bando del Dalai Lama".

Un encuentro cara a la galería

Aunque algunos analistas señalan que el encuentro es una respuesta de Pekín a la presión internacional, el contenido de esta información evidencia que el Gobierno chino no ha variado su postura sobre el Tibet y el Dalai Lama.

"El Dalai Lama debe dejar de intentar dividir China y de tramar, de incitar a la violencia y de interrumpir y sabotear los Juegos Olímpicos de Pekín para crear las condiciones adecuadas para una nueva ronda", señaló anoche la agencia oficial Xinhua.

Desde que Pekín anunciara el encuentro, "por la insistencia de los representantes del Dalai Lama", los medios oficiales no han dejado de atacar al líder espiritual y político tibetano en el exilio, por lo que numerosos analistas creen que el de ayer es un "acto de escaparatismo" para acallar a la opinión pública internacional.

Tenzin Taklha, portavoz del Dalai Lama, ha aclarado que algunos detalles del encuentro serán desvelados cuando los dos emisarios regresen a la India, y ha criticado los ataques de Pekín al líder espiritual por no favorecer "un ambiente apropiado para el diálogo".

El gobierno tibetano exiliado en Dharamsala calificó el encuentro de ayer como "consultas informales", y no una "séptima ronda de diálogo".