La inseguridad, la inmigración y la economía agitan el avispero electoral en la carrera presidencial de Chile
- La delincuencia es la principal preocupación de los chilenos y eje de los discursos políticos de “mano dura”
- La comunista Jara parte con ventaja en aunque se prevé una segunda vuelta ante un candidato de la pujante ultraderecha
Chile acude este domingo a las urnas por undécima vez en apenas cinco años. Y desde ahora, el voto es obligatorio. Un cansancio electoral que no supera al que gran parte de la sociedad sufre por el que ha sido el tema estrella de la campaña: la delincuencia. Porque pese a que se trata del cuarto país más seguro de América Latina según el Global Peace Index 2025, la violencia es considerada la mayor preocupación para sus ciudadanos. Seguida por el desempleo y el control de la inmigración.
Y en un tablero político polarizado, con una derecha y ultraderecha dividida pero boyante y una izquierda que rinde cuentas tras cuatro años de Gobierno, el discurso sobre el crimen, su relación con la migración y el nivel de mano dura para enfrentarlo han sido los asuntos clave. También la situación económica.
“Son preocupaciones que existen todavía y que no se han resuelto: las listas de espera para el sistema de salud, el tema del empleo, sobre todo el femenino, que se ha deteriorado en el último tiempo… Hay demandas que siguen manteniéndose y si el tema de seguridad baja, estas otras materias van a volver a cobrar impulso en el futuro”, cuenta a RTVE.es Andrés Dockendorff, profesor del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile.
Según el Centro de Estudios Públicos, el 48 % de los ciudadanos cree que la situación económica es mala o muy mala, y solo el 29 % cree que mejorará en el próximo año. Chile es uno de los miembros de la OCDE —junto a Países Bajos— donde más cayeron los ingresos reales por habitante en el segundo trimestre del año, un 0,6 %, por el incremento de la inflación, que acumula el 3,4 % en lo que va de año. Y de acuerdo con la consultora Ipsos, casi la mitad de los hogares chilenos no logra llegar a fin de mes. A esto se suma la preocupación por el desempleo, actualmente en el 8,5 %.
La académica de la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile Isabel Castillo señala que se trata de unas elecciones “muy marcadas por el protagonismo de la derecha”, con varios candidatos con opciones de llegar a una segunda vuelta y con una serie de temas en la agenda política y social “tradicionalmente asociados" a los discursos de los líderes de ese espectro ideológico: "el crimen, delincuencia, la migración irregular y la economía”.
Se espera segunda vuelta
Este domingo, ocho candidatos medirán sus fuerzas en la primera vuelta electoral, en la que más de 15,7 millones de ciudadanos están llamados para elegir a su próximo jefe de Estado para el período 2026-2030, además de renovar la Cámara de Diputados y la mitad del Senado.
En la terna presidencial convergen la comunista Jeanette Jara, postulante única de la coalición de izquierdas que sustenta al Gobierno de Gabriel Boric —quien no puede optar a la reelección— y siete nombres de la oposición. De estos, los tres que más destacan en los sondeos van desde la derecha más tradicional, encarnada por Evelyn Matthei, pasando por la ultraderecha de José Antonio Kast y el libertario Johannes Kaiser, que harán de esta cita electoral una suerte de primarias de las que saldrán el nombre del conservador que disputará una eventual segunda vuelta contra Jara, favorita según las encuestas con en torno a 30 % de intención de voto pero lejos del 50 % necesario para ganar en primera.
Kast, abogado y exdiputado ultracatólico y líder del Partido Republicano, acumula en torno al 20 % de los votos. Es la tercera vez que prueba suerte y tiene todas las papeletas para ser quien pase a la siguiente fase. Aunque en los últimos meses ha visto mermada su popularidad por la irrupción de Kaiser, youtuber y diputado, el ‘Milei chileno’, que en agosto congregaba el 7 % de apoyos y a principios de noviembre ya sumaba más del 15 %. Le sigue Matthei, exministra de Trabajo del fallecido expresidente Sebastián Piñera y exalcaldesa de Providencia. Opacada por la ultraderecha, intentará por segunda vez ser presidenta con alrededor del 14 % de intención, tras haber estado rozando el 19 % en julio.
Los ocho candidatos a la Presidencia chilena se preparan para el último debate antes de las elecciones del domingo EFE/ Elvis González
Impulsar el crecimiento
El año pasado el PIB de Chile creció al 2,6 % y se estiman cifras parecidas para este año. Y tanto a izquierda como a derecha asumen que hay que impulsar el crecimiento, aunque de diversas maneras.
"Vamos a hacer que cada familia chilena pueda llegar tranquila a fin de mes, ese es mi compromiso, ese es mi sello: dignidad, trabajo decente y buenos salarios", indicó Jara este martes en su cierre de campaña en el que aseveró que no solamente hay en juego una candidatura presidencial, sino un "proyecto de país”. La izquierdista, que ha declarado que “suspenderá o cancelará” su militancia comunista si es elegida, intentando asumir un perfil más socialdemócrata por representar a una coalición más amplia, tiene entre sus principales promesas establecer un “salario vital” de 750.000 pesos (unos 690 euros).
La candidata presidencial de la coalición de izquierdas que gobierna Chile, Jeannette Jara REUTERS/Pablo Sanhueza
Esta abogada y administradora pública cuenta con el impulso de haber sido ministra del Trabajo y Previsión Social del Gobierno de Boric, desde donde se promulgaron algunas de sus medidas sociales más populares, como la reforma de las pensiones, la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales y la subida del salario mínimo.
En las derechas, los tres proponen recortes que van desde los 6.000 millones de dólares de Kast ”sin cortar ningún beneficio social” hasta los 8.000 millones de Matthei y los entre 12.000 y 15.000 millones de Kaiser.
El discurso de "mano dura"
Más del 87 % de los chilenos perciben un aumento de la delincuencia en el último año según la más reciente Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana. La Fiscalía de Chile revela que en 2024 los homicidios disminuyeron un 2,7%. Pero advierte de que se registró la cifra más alta de asesinatos de niños y adolescentes y "un importante aumento" en la participación de extranjeros como víctimas y como verdugos. La mayoría de los imputados siguen siendo chilenos, pero la proporción de extranjeros se duplicó y uno de cada cinco investigados por homicidios son inmigrantes, principalmente venezolanos y colombianos. Los delitos que más crecieron fueron los secuestros y las extorsiones, a los que los ciudadanos no estaban tan acostumbrados.
"Seguridad, seguridad, seguridad. Esa es la prioridad que hoy tienen los chilenos", señala Dockendorff. Quedan en un segundo plano el grueso de temas que pusieron patas arriba el país hace seis años durante la ola de protestas en las que se clamó contra la desigualdad social, el modelo económico y la clase política.
"En 2019, cuando fue el estallido social, se hablaba de la desigualdad o problemas en las pensiones. Hoy día algunos de esos temas siguen existiendo, pero ha cobrado mucha prominencia el tema de la seguridad”, añade el profesor. Y recuerda que el "encauzamiento" que se hizo de las protestas fue la propuesta de redactar una nueva Constitución. Pero ese proceso fracasó dos veces en plebiscito, primero en 2022 con un texto de orientación más de izquierda y otro en 2023 más de derecha.
“Las personas tienden a asociar el deterioro de la seguridad con la situación migratoria. Pero hay una paradoja, porque a las mismas personas cuando les preguntas sobre su día a día, en su interacción con los migrantes, la visión que tienen ahí es mucho más positiva”, agrega.
El tema de la inseguridad ha sido uno de los principales quebraderos de cabeza del actual Ejecutivo. “Al contrario de lo que algunos creen, la seguridad pública no es un tema ni de izquierdas ni de derechas, es un derecho de las personas el vivir y dormir tranquilas", señaló Jara en uno de los debates televisivos frente a sus adversarios. Promete que no le "temblará la mano" para perseguir a los delincuentes y que tirará del hilo en las rutas del dinero sucio.
“Ha tenido que empezar a hablar de este tema, que le puede en principio resultar incómodo, porque si uno mira las votaciones en el Congreso desde su bancada, la del Partido Comunista, han votado en contra de las políticas de seguridad del Gobierno de Boric en varios casos. Entonces es un tema probablemente en el que ella no se siente tan cómoda como en otras materias, como la reforma de las pensiones o en materias sociales”, asevera el profesor de la Universidad de Chile.
De reinstaurar la pena de muerte a poner minas antitanques
Son Kast, Kaiser y, en menor medida, Matthei, los que proponen las medidas más duras. Una competencia de quién da más. Mientras Kast ha llegado a proponer levantar un muro en las fronteras y avisa de que invitará a irse a los 360.000 migrantes irregulares, Kaiser va más allá al sugerir, por ejemplo, la reinstauración de la pena de muerte para delitos graves.
“Este país no se está cayendo a pedazos, se está cayendo a balazos y va a volver a ser el país de los chilenos”, remarcó este miércoles, y prometió deportaciones masivas de migrantes en situación irregular.
El populista Franco Parisi, del Partido de la Gente, ha llegado a sugerir colocar minas antitanque y antiblindados en la frontera norte para frenar la inmigración ilegal, el narcotráfico o el tráfico de personas.
El candidato presidencial del Partido Nacional Libertario de Chile, Johannes Kaiser EFE/ Elvis González
La alargada sombra de Pinochet
Esta es la primera vez que hay dos candidatos ultraderechistas con opciones de pasar a segunda vuelta y que los tres principales postulantes de la derecha defienden, con más o menos rotundidad, la dictadura de Pinochet (1973-1990).
Aunque en esta campaña Kast ha querido mostrar una cara más moderada, para atraer mayor espectro de votantes dentro de la derecha, anteriormente ha defendido el Gobierno militar e incluso ha llegado a decir que, si estuviera vivo, Pinochet votaría por él.
En esta carrera electoral, el republicano ha relegado públicamente, al menos por ahora, las propuestas más extremas que sí defendió abiertamente en el pasado, como las políticas de género y el aborto, cuya derogación proponía en 2021 y ahora no consta en su programa.
Y Kaiser, exmiembro del partido de Kast, detalló hace unos días cuál es una de las principales diferencias con su antiguo compañero: “Yo impulso la pena de muerte. José Antonio está en contra”. En julio pasado, y consultado por si apoyaría un golpe similar al de Pinochet, el libertario se mostró rotundo: “Sin dudas, absolutamente. Con todas las consecuencias, lamentablemente, y de eso es algo que tenemos que hacernos cargo”.
Tazas con imágenes de los candidatos presidenciales José Antonio Kast y la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), en una tienda de Chile AFP/Rodrigo Arangua
Por su parte, Matthei, hija de uno de los generales miembros de la Junta Militar golpista de la dictadura, llegó a expresar en abril pasado, cuando era favorita en los sondeos, que el golpe de 1973 “era necesario”. “Si no, nos íbamos derechito a Cuba. No había otra alternativa”, sentenció.
Isabel Castillo no cree que el negacionismo de la dictadura haya aumentado en la sociedad: "Yo pensaría que no. Es algo que mueve cierto nicho, pero sí se ha sincerado más. El pinochetismo estaba algo más oculto y Kaiser lo ha vuelto a sacar de manera muy abierta".