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Tokyo 2020

Los olímpicos españoles que no nacieron aquí

Por
Deportistas nacionalizados

Hay españoles que tienen rasgos asiáticos, hablan indio o no nacieron en España. De los 321 deportistas que representan a nuestro país en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, más de una veintena han obtenido la nacionalidad, poco más del 6 %. Sin embargo, en España la población nacida fuera de nuestras fronteras representa más del 11 %, según el INE.

De las 154 medallas que España ha ganado a lo largo de la historia de los Juegos Olímpicos, 24 las han conseguido españoles nacidos fuera de nuestras fronteras. Este mapa muestra los países de origen de los 22 medallistas nacionalizados. Pero esta diversidad también se hace patente con los deportistas racializados que han nacido en España, como la tenista de mesa María Xiao o la atleta Ana Peleteiro. Aún hoy, algunos de estos deportistas cargan con estereotipos o sufren comentarios xenófobos.

Murciano hasta la médula

Mohamet Katir nació en Marruecos hace 23 años. A los cinco ya vivía en España, después de que su padre se jugara la vida en una patera para conseguir una vida mejor. Hoy representa a España en los Juegos Olímpicos en la prueba de 1500 metros, aunque llegar hasta aquí no ha sido fácil. Una pista de tierra improvisada en un descampado y una vida sin papeles son parte de esta historia.

Katir empezó, como la mayoría de los chavales, dándole a la pelota, pero no era su fuerte. Un día, viendo cómo corría, su profesor de educación física le animó a que se apuntara al club de atletismo. Así lo hizo y, tras los disgustos del balompié, empezó a disfrutar como un loco mientras ganaba sus primeras carreras. Vivía en Mula, Murcia, donde creció como niño y deportista. Entrenar allí era de por sí una carrera de obstáculos: no había pista de atletismo y solía hacerlo en un descampado de tierra. Para las tiradas largas y series tenía que ir al monte o a la Sierra Espuña.

Era principios de 2019 cuando ganó la prueba de 3000 metros del Campeonato de España en pista cubierta; lo tuvo que hacer como atleta invitado porque, aunque llevaba años reclamándola, aún no tenía la nacionalidad española. No pudo celebrar aquella victoria como se merecía. Se quedó sin medalla por no tener papeles.

La suerte de Katir cambió pocos meses después, tras obtener la nacionalidad española. Ahora sí, pudo representar a España en distintos campeonatos o batir récords, tal y como ha ocurrido este 2021. El joven de Mula ha conseguido lo imposible, ha batido tres récords de España en tan solo 33 días: el de 1500, 3000 y 5000 metros. En una entrevista en una web de atletismo este mes de julio, el plusmarquista Isaac Viciosa comentó que le “hubiera gustado que lo hubiese batido un atleta con apellidos castellanos”. Un comentario xenófobo que tuvo lugar hace apenas dos semanas y que hizo arder las redes. Tras el polémico comentario, Isaac Viciosa publicó una carta tratando de explicarse.

No es el único atleta al que se ha reconocido la nacionalidad y que estará en los Juegos. Una de las principales opciones de conseguir una medalla en 110 metros vallas es Orlando Ortega, nacido en Cuba, y que fue plata en Río 2016. También estarán el lanzador de disco Lois Maikel Martínez González, Adel Mechaal en 1500 metros y Ayad Lamdassem El Mouhcine corriendo la maratón.

El boxeador incansable

Cuando Gazi Jalidov tenía ocho años, él, su madre y sus hermanos huyeron de la violencia de la república rusa de Daguestán. Dejaban atrás su familia, su casa y sus amigos. Tras dos años de peregrinaje por Europa se instalaron en Logroño como refugiados políticos donde recibieron la noticia más dura de sus vidas, su padre había muerto. Aquel golpe forjó la personalidad de Jalidov que encontró en el boxeo una manera de canalizar sus emociones.

No tardó en despuntar en este deporte y, aunque sufrió serias lesiones en su mano derecha, siguió entrenando cada día, sin rendirse. Si por algo destaca de Jalidov es por ser un deportista incansable, como recordaba ayer su entrenador, José Ignacio Barruetabeña, excampeón de España en peso supermedio.

En Tokyo 2020, ganó al australiano Paulo Aokuoso en primera ronda en el mítico Kokugikan Arena, considerado el templo del sumo. Con ello se clasificó para los cuartos de final contra un competidor muy complicado, el ruso Iman Khataev. Tras un reñido combate, el boxeador de logroño ha sido eliminado, pero aún le queda una larga carrera por delante.

El Profeta

Entre los boxeadores españoles en Tokyo 2020, Enmanuel‌ ‌Reyes ‘El Profeta’ también nació lejos de aquí, en Cuba. Tras recorrer media Europa desde Rusia, vivir en varios centros de refugiados o esconderse en un piso en Moscú durante meses por miedo a ser detenido, Reyes llegó a A Coruña, donde vivía parte de su familia.

La Federación Española de Boxeo le ayudó a conseguir los papeles y ahora era uno de los favoritos para conseguir medalla en la categoría de peso pesado tras ganar en octavos de final al subcampeón olímpico, el kazajo Vasili Levit. Pero la medalla tendrá que esperar porque será el cubano Julio de la Cruz, a quien se ha enfretado el viernes 30, el que irá a la semifinal.

Entre 1994 y 2019, España concedió la nacionalidad por carta de naturaleza a 92 deportistas. A través de esta vía, el interesado debe demostrar qué circustancias excepcionales le hacen merecedor de la nacionalidad y, con ello, se obviarían los requisitos que exigen a cualquier otra persona. En 2020 Enmanuel Reyes consiguió la nacionalidad por carta de naturaleza.

Moha Gerehou, periodista y autor de Qué hace un negro como tu en un sitio como este apunta que, "con las nacionalidades y residencias hay siempre una cuestión de utilidad que se ve claramente en el caso de los deportistas. Cuando un deportista sirve para una utilidad, como representar a la selección española en fútbol, los trámites que a la gente le cuesta años se hacen incluso en semanas. En esto, los JJ.OO. no son una excepción". El peligro, reconoce Gerehou, es que obtener la nacionalidad "se ve como un premio y no como un derecho". Tener los papeles significa vivir con derechos y "no puede depender de unos intereses concretos en un momento concreto", apunta el periodista.

La rodilla de Roxana

Para una gimnasta como Roxana Popa, cada parte de su cuerpo tiene que funcionar como un reloj suizo: a la perfección. Pero su rodilla le ha dado tanta guerra que, durante un tiempo, dejó el deporte. Como su pasión venía de lejos, con cuatro años empezó a entrenar en Rumanía, donde nació, y al final le pudo pudo más el amor por el deporte que las frustraciones. Popa llegó con seis años a España, país al que representa desde muy pequeña, y pronto la llamaron la nueva Nadia Comăneci. Pero aquel futuro prometedor se vio truncado con sus primeras lesiones y, con ellas, llegó la desesperanza.

Por culpa de un grave problema de rodilla, no pudo competir en Río 2016. Por eso, estos Juegos Olímpicos significan tanto para ella. Estuvo hablando en ‘Los juegos de ellas’ sobre cómo afrontar todos golpes y saber seguir adelante.

El jueves 29 compitió en la final de gimnasia artística en la que ocupó el puesto 22, dando una lección de tesón y compromiso con el deporte tras sus numerosas operaciones de rodilla.

Una española cansada de recordarlo

La jugadora de tenis de mesa Galia Dvorak se enfada cuando siguen aludiendo a ella como la deportista ucraniana con pasaporte español, aunque lleve viviendo aquí desde que era un bebé y sepa muy poco de Ucrania.

En ‘Los juegos de ellas’, un formato preparado por el Lab de RTVE con motivo de Tokyo 2020 en el que se habla sin tapujos con mujeres deportistas de élite, opina sobre ello.

Lo mismo le ocurre a sus compañeras María Xiao, de Barcelona, y Sofía-Xuan Zhang, de Girona, a las que se hace constantemente referencia origen, aunque nacieron en España.

Un mito del balonmano español

El mítico jugador de balonmano Talant Dujshebaev tiene ahora 53 años y en su cuello cuelgan medallas olímpicas rusas y españolas. La Federación Internacional de Balonmano le considera el segundo mejor deportista del siglo XX. Llegó a Santander en 1992 y cuatro años más tarde, ya en la selección española, ganó el Europeo y la plata en los Juegos de Atlanta. Los inicios no fueron fáciles porque “no todo el mundo veía con buenos ojos que alguien de fuera ocupara la plaza de un jugador nativo”, recuerda. Pero con el tiempo y el trabajo las cosas fueron cambiando cuando "tras la medalla en el Europeo de Sevilla en el 96, todo fue a mejor".

Dujshebaev tiene hoy dos hijos jugando en la selección española de balonmano, Dani y Álex, que nacieron en Santander. Cuando cumplieron 18 años tuvieron la posibilidad de unirse a la selección rusa pero "fue algo que ni se planteó en casa, ellos son españoles y querían seguir representando a la roja".

El exjugador de balonmano cree que “ahora las cosas son distintas. Con la globalización hay muchos deportistas representando a países en los que no han nacido pero que sienten 100% suyos”. La consecuencia son unos Juegos Olímpicos donde el color de la piel, los rasgos o el lugar de nacimiento no dicen nada sobre el país al que representan los atletas. Un camino sin retorno donde los valores olímpicos están más presentes que nunca y, como dice Dujshebaev, "un paso adelante del que nadie hablará dentro de 20 o 30 años porque estará totalmente normalizado”.