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Cuando fuimos campeones

Responsabilidad, estrés y mucha emoción; así recuerdan el Mundial de Sudáfrica 2010 los enviados especiales de RTVE

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Así vivieron el Mundial de Sudáfrica los enviados especiales de RTVE

Ha pasado más de una década pero ninguno de los más de 20 profesionales que acudieron como enviados especiales de RTVE al Mundial de Sudáfrica 2010 es capaz de no arquear las cejas y mirar al infinito cuando se nombra al país africano que acogió la victoria mundialista de España.

Imposible olvidarse de lo vivido desde que partieran de Madrid, a principios de junio, hasta su regreso, después de la final del Soccer City de Johannesburgo del 11 de julio. Fortuna por ser uno de los elegidos, responsabilidad por la importancia de lo que iba a suceder, estrés por el volumen de trabajo y el desfase horario respecto a España y, por encima de todo,  emoción por ver in situ a la Roja como campeona del mundo. Estos serían tal vez los sentimientos que más han arraigado en la memoria de esos profesionales. Ah, y el frío. Ese frío de Potchefstroom o especialmente del día de la final que ninguno esperaba que se iba a sufrir cuando embarcaba camino de África.

RTVE ha preparado un amplio despliegue de cara al Mundial. TVE, RNE y RTVE.es echan el resto para trasladarles a sus casas toda la información relativa a la gran fiesta del fútbol mundial.

"Recuerdo que mucha gente me decía que me tenía que preparar para pasar calor en Sudáfrica y todo lo contrario. Yo soy friolera y me llevé abrigo pero recuerdo el 11 de julio como uno de los días que más he sufrido de frío en mi vida. Y no fui la única ese día en aquel andamio donde TVE había preparado un set, a escasos 800 metros del estadio donde se disputaba la final. Cuando el partido se fue a la prórroga no sentíamos ya ni las manos ni los pies, yo me temía que íbamos a los penaltis así que el gol de Iniesta no puedo decir si me hizo más feliz por la victoria o por saber que ya no habría penaltis". Es la confesión de María Acevedo, la enviada especial de RTVE.es que viajó a Sudáfrica.

"Los recuerdos de Sudáfrica son imborrables. Hicimos en equipo un trabajo increíble antes de volar con el resto de la expedición y el especial que teníamos era muy potente. Recuerdo que al llegar nos enteramos de que Del Bosque iba a prohibir a los jugadores usar las redes sociales o participar en encuentros digitales y yo me quise morir. Al final se pudo solucionar porque todos los días surgían historias que funcionaron muy bien como la de un español que viajó en Vespa o la que se hizo sobre la residencia donde estaba alojada la selección", rememora.

Un Mundial de fútbol es siempre un gran reto informativo y TVE ha querido estar a la altura con el mejor despliegue previsto para Sudáfrica

"El gol de Iniesta hizo justicia al trabajo de todos los que estábamos allí"

Silvia Barba es una de las reporteras más experimentadas en la sección de Deportes del Telediario. Con varias Eurocopas y varios Mundiales en su mochila, no duda en señalar la cita de Sudáfrica como la más especial. "A día de hoy todavía me emociono al recordar lo sucedido allí. Creo mucho en el karma y pienso que con el gol de Iniesta se hizo justicia con un equipo y un cuerpo técnico, el de Del Bosque y el de Luis Aragonés, que se lo habían trabajado mucho. El gol de Iniesta fue justiciero no solo con sus compañeros sino para todos los que estábamos allí, incluidos los enviados de TVE. A nivel profesional, lo de Sudáfrica es lo más importante que yo he hecho nunca", confiesa la castiza periodista.

Su habitual reportero gráfico, Paco Arosa, también vivió la experiencia aunque en aquella ocasión no con Silvia sino con Rubén León. Recuerda lo divertido del trabajo en el país africano debido al buen carácter de los ciudadanos locales. "Nosotros no cubríamos tanto la información deportiva y buscábamos ofrecer otra visión de las ciudades, de las gentes, etc. Fueron rodajes muy chulos", explica antes de que le cambie el gesto cuando se le recuerda las vuvuzelas. "Aquello era inaguantable, insoportable, estábamos todos hartos. No se podía hacer nada en los estadios y alrededores antes, durante y después de los partidos. Es un sonido que te aburre", asevera Arosa.

Precisamente con Arosa de por medio está grabada la imagen que nunca se le borrará de la memoria a Carlos Pérez, operador de vídeo en TVE. "Yo la imagen del gol de Iniesta, abrazándome con Paco Arosa allí junto a unos de una televisión extranjera sin importar que llevábamos más de un mes lejos de casa, no la olvidaré jamás", recuerda.

"Estar narrando la victoria de España en un Mundial fue un regalo"

Antes de que la Roja debutara en el Mundial de Sudáfrica, en aquel fatídico duelo ante Suiza, el narrador de Radio Nacional de España, Antonio Muelas, repitió varias veces una frase: "El destino nos debe una". Aunque después del partido todo pintaba negro, al final ese destino acabaría pagando su deuda con el fútbol español el 11 de julio. "Se dio una conjunción de talento con algo parecido al estar tocado con la varita mágica para que España ganara ese Mundial. Recuerdo que el día de la final, en el estadio estaba inundado de emoción por lo que iba a acontecer. Y al mismo tiempo me sentía embargado por la responsabilidad, había opciones de ser campeones pero nosotros estábamos allí trabajando y no podíamos dejarnos llevar por la emoción. Luego el miedo a que no falle la voz... era un cúmulo de sensaciones", rememora Muelas.

"Jamás había llegado a imaginar que España ganaría un Mundial y que por fin sucediera y yo pudiera estar allí para contarlo es un regalo que me hizo esa selección", afirma un narrador que hacía dúo con su inseparable técnico de sonido, Ope Hernández. Una de esas personas que ya se olía algo cuando montó en el avión de Barajas.

"Yo creo que todos los que montamos en ese avión, en el que volábamos junto a los jugadores, teníamos la sensación de que algo bueno iba a pasar. No sé por qué. Estuvimos casi dos meses fuera de casa porque antes de Sudáfrica estuvimos en Suiza con unos amistosos y el volumen de trabajo y de responsabilidad era tal, que yo es lo que más recuerdo ahora mismo. Yo había trabajado en muchas otras cosas de gran importancia política o deportiva pero como aquello no ha habido nada. Abríamos los boletines a las 6 de la mañana y entrábamos en el último de la medianoche y todo sabiendo que si rompías algo, era probable que no lo pudieras reemplazar por encontrarte allí en Potchefstroom. Fue fundamental el buen rollo y el compañerismo que teníamos entre los compañeros técnicos de todos los medios españoles desplazados", advierte Hernández.