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Tenis | Masters 1000 de Madrid

Nadal despacha cómodamente a Davydenko en su debut sobre la tierra batida azul

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Rafa Nadal, sobre la pista azul del Madrid Open
Rafa Nadal, sobre la pista azul del Madrid Open

Rafa Nadal avanza con autoridad a los octavos de final del Masters 1000 de Madrid tras ganar cómodamente al ruso Nikolay Davydenko por un doble 6-2. Su rival en la siguiente será también español y zurdo, pues Fernando Verdasco derrotó al colombiano Alejandro Falla con remontada (6-7, 6-4 y 6-4).

El que no falla es Nadal, que hasta este miércoles había sido la voz más discordante con la polémica pista de tierra batida azul. El tono de su queja no ha resultado directamente proporcional a su adaptación a la pista, a la vista del resultado.

Mientras la organización busca el porqué de tanto resbalón, el manacorense se limita a adaptarse al terreno mejor que nadie. Mejor que un rival al que se le temía por los antecedentes. Aún así, se quejó en declaraciones a pie de pista de que no es fácil el equilibrio. "Hay que aguantarse porque no va a ser roja mañana", dijo resignado. La diferencia es que él resbala mejor que nadie, con la precisión de un patinador sobre hielo.

Davydenko era hasta la fecha una de las 'bestias negras' en el palmarés de Rafa. Seis enfrentamientos de los diez anteriores los había ganado el ruso y todos, eso sí, sobre cemento.

Las dos últimas derrotas se produjeron en Doha, torneo que sirve a los tenistas para preparar la temporada. Más dolorosas fueron la dos que le infligió en 2009, un año aciago para Nadal en su segunda mitad.

El de Severodonezk, ciudad ucraniana, comenzó ganando el primer juego, pero Rafa fue de menos a más con su derecha. Algo a lo que suele tenernos acostumbrados en tierra batida.

Pero donde mostró mayor contundencia fue con su servicio. Un 70% de primeros saques y un 80% de puntos ganados con él; un muro infranqueable para el restador. Si, para colmo, el rival regala su servicio con hasta cinco dobles faltas, apaga y vámonos.

Ni rastro de la 'bestia negra' y sí de la naranja, la que desquicia al rival y le obliga a cometer un error tras otro. Davydenko comenzó a regalar 'breaks' como rosquillas y solo reaccionó con 5-1 y dos puntos de set en contra en el primero. Para entonces Nadal le había endosado cinco juegos consecutivos.

En el segundo set, doble falta de Davydenko para regalar una rotura nada más empezar y de nuevo el saque contundente de Rafa. El español terminó el partido con seis 'aces', una estadística más propia de un partido de cemento.

Porque eso es lo que parece la pista del Madrid Open con ese color azul, y Nadal ha sabido conjugar mejor que nadie hasta esta jornada las características de ambos juegos.

El público se apiadó de Davydenko y le pidió en algunos compases que reaccionara, en vista de que el español no necesitaba ánimos. Pero solo le bastó para ganar otros dos juegos, igual que en el primer set.

Una hora y veinte minutos es lo que aguantó sobre la pista, fundido por el sol de Madrid, que por fin empieza a ser abrasador, y por un Nadal que no quiere volver a ceder un torneo en su superficie favorita; aunque no le guste el color.

"Un torneo fantástico, pero no de tierra"

La adaptación es la clave. Así lo dejó entrever Nadal en rueda de prensa, en la que insistió en sus críticas hacia la pista elegida por la organización. No obstante, también quiso dejar claro que le motiva mucho jugar y ganar en Madrid, ante su afición.

"Es un torneo fantástico, uno de los mejores y para mí es aún más especial. Mi ilusión aquí es quizá mayor que en el resto de torneos", aseguró. Pero al mismo tiempo reclamó un mejor trato para los tenistas españoles: "Que las condiciones sean adecuadas y que sean similares a las de tierra batida, que tan bien se nos ha dado históricamente. Tenemos muy pocas oportunidades a lo largo del año para jugar en casa".

El manacorense deja claro que el Madrid Open "es fantástico, tiene muy poco margen de mejora. Pero si se juega en verano, yo no tendría ningún problema". Críticas que no han afectado a su relación con Manolo Santana, director del torneo, ni con su amigo Carlos Moyá, codirector. "Ellos saben mi opinión, pero mi opinión cuenta lo mismo que la del resto".

Esto está un 'pelín' lejos de ser una pìsta de tierra

"Esto está un 'pelín' lejos de ser una pìsta de tierra. He pedido a la ATP jugar con zapatillas de hierba, pero no me han dejado. Novak -Djokovic- lo dijo de una forma graciosa. Al final nos adaptamos y si pierdo será porque no he sido lo suficientemente bueno", añadió, aunque ya le empieza a incomodar hablar sobre el tema.

En lo meramente técnico, aseguró que el partido fue muy bueno "en estas extrañas circunstancias. En tierra suelo restar tres o cuatro metros más atrás y recuperar. Aquí tengo que restar más adentro y no puedo dejar que el rival lleve la iniciativa".

Una estrategia que no le fue mal, visto el resultado. Pero no acepta que se diga que Davydenko está en su ocaso: "Lleva una carrera fantástica, con unos resultados envidiables. Esto no es para siempre, pero Davydenko tiene un talento muy grande para estar muy arriba".

Me espera un partido difícil contra Verdasco

Y una premonición, la de su rival de este jueves. Sin haber terminado el partido de Verdasco contra Falla dijo que probablemente "me espera un partido muy difícil contra Verdasco". Minutos después se confirmaba.