Enlaces accesibilidad

España viaja a Serbia en busca de un oro que le daría el billete olímpico

  • Hungría, Rusia y Francia examinarán la solidez de los españoles
  • En 2006, la selección española consiguió su tercera plata

Por
ESPAÑA TUNEZ
El jugador de la selección española de balonmano, Julen Aguinagalde (i) intenta batir al portero de Túnez Majed Hamza, en el partido del Torneo Internacional de España.

La selección española de balonmano viaja a Serbia dispuesta a lograr el único billete disponible para los Juegos Olímpicos de Londres, lo que obligaría a los de Valero Rivera a colgarse un oro por el que no pelea desde 2006, cuando conquistó en Suiza su tercera medalla de plata en la máxima competición continental.

Un reto mayúsculo, que pondrá a prueba la evolución del conjunto español, que no sólo deberá refrendar su excelente actuación en el pasado Mundial de Suecia, donde España cosechó el bronce, sino dar un paso más y superar el escalón que le separa de Francia y Dinamarca, las dos máximas favoritas para alzarse con el título europeo.

Para ello, la selección volverá a confiar en su solvente defensa, la mejor arma del equipo español, que ha encontrado en su asfixiante 5-1, con unos intensísimos Cristian Ugalde y Roberto García en el puesto de avanzado, el pilar sobre el que cimentar sus aspiraciones de triunfo en un Europeo, en el que se enfrentará a una durísima primera fase.

Hungría, Rusia y, sobre todo, Francia, vigente campeona olímpica, mundial y continental, examinarán la solidez del conjunto español, que no podrá contar en Serbia con una de sus máximas estrellas, el portero Arpad Sterbik, intervenido recientemente de una pequeña afección cardiaca.

Ausencia que dará, todavía más si cabe, una mayor relevancia al trabajo defensivo, uno de los puntos donde más se nota la labor de Valero Rivera, y en el que España contará con la novedad de Gedeón Guardiola, sustituto de última hora de Rubén Garabaya, que deberá confirmar en Serbia las buenas sensaciones que ha dejado durante la fase de preparación.

Fortaleza defensiva que posibilitará a la selección española mostrar otra de sus tradicionales armas, un veloz contragolpe, en el que ejercerán como punta de lanza los rapidísimos extremos entre los que figura Víctor Tomás, uno de los motores emocionales del equipo, que regresa a una gran competición internacional tras perderse por lesión el pasado Mundial.

Pero el contragolpe no será el único argumento ofensivo del conjunto español, que cuenta con una polivalente primera línea en la que destaca el central del Barcelona Raúl Entrerríos, que no sólo llega al Europeo en un extraordinario momento de forma, sino que además parece haber asumido definitivamente el liderazgo de la selección.

La visión de juego del asturiano convertirá al menor de los Entrerríos en el mejor socio del pivote Julen Aginagalde, otra de las piezas clave en los esquemas ofensivos de Valero Rivera, que suple la falta de un gran lanzamiento exterior con un trabajado juego combinativo.

Una faceta en la que tendrá un papel protagonista el imaginativo Daniel Sarmiento, que debutará en el Europeo en una gran competición internacional, tras ganarse el puesto con su magnifica actuación en la pasada Supercopa de Naciones, en la que España se alzó con el triunfo final tras imponerse a rivales de la talla de Suecia, Dinamarca y Alemania.

Triunfo que ratifica la solvencia del conjunto español, que necesitará de la experiencia de jugadores como Alberto Entrerríos o Iker Romero para superar una no menos durísima segunda fase en la que previsiblemente peleará con Croacia, Islandia y Noruega por un puesto en las semifinales.

Último paso antes de llegar a una final, que podría valer a la selección, siempre que el rival fuese Francia, para asegurarse el pasaporte a Londres sin necesidad de acudir a los preolímpicos, en los que España ya tiene plaza fija y como anfitrión, gracias al tercer puesto logrado en el Mundial de Suecia.

Dinamarca y Croacia al asalto del trono francés

Asentada en la leyenda desde que en 2010 se convirtió en el primer equipo en encadenar el título olímpico, mundial y continental, la selección francesa deberá demostrar en Serbia que conserva el hambre de victoria que le permitió ceñirse el pasado año una nueva corona mundial, en una temporada en la que el gran objetivo de los galos son los Juegos Olímpicos de Londres.

Motivación que no les faltará ni a Dinamarca, ni a Croacia, los dos grandes aspirantes a derrocar al equipo francés, que además de la revancha por las derrotas en las finales de los Mundiales de Suecia, en el caso de los nórdicos, y de Croacia, así como en la del Europeo de Austria, en el de los balcánicos, buscarán en Serbia el billete olímpico que ya tiene asegurado Francia.

Una terna en la que también aspira a colarse la selección española, bronce en el Campeonato del Mundo de Suecia 2011, que encabeza el segundo escalón de una nómina de candidatos entre los que también figuran Polonia, Islandia o Serbia, que tratará de aprovechar al máximo su condición de anfitrión.

Si bien el primer objetivo de los de Veselin Vukovic será asegurarse una de las dos plazas que aún quedan libres en los torneos preolímpicos, la misma meta con la que arrancará el Europeo la selección alemana, que tratará de frenar en Serbia el declive que inició desde que se proclamó campeón del Mundo en 2007 en su país.

Al igual que la antaño temible Rusia, que tras ni tan siquiera clasificarse para el Mundial de Suecia, tiene en el Europeo la última oportunidad para no perder definitivamente un tren olímpico, que el conjunto ruso, heredero directo de la Unión Soviética y la Comunidad de Estados Independientes, nunca ha dejado escapar.

Juegos Olímpicos en los que tan sólo obtendrá plaza directa en el Europeo de Serbia el equipo campeón, o bien el subcampeón, siempre que Francia prolongue su reinado y logre su tercer cetro, el segundo consecutivo, algo que únicamente ha conseguido la mítica selección sueca de los noventa, que encadenó el oro en los Europeos de Italia 1998, Croacia 2000 y Suecia 2002.

Un reto que, sin duda, motivará a los de Claude Onesta, que desde hace tiempo parecen competir con la historia dada su superioridad, como confirman sus triunfos en los Juegos de Pekín, los mundiales de Croacia 2009 y Suecia 2001, así como en el Europeo de Austria 2010, tras encajar una sola derrota, ante Croacia (19-22) en la segunda fase del Campeonato del Mundo disputado en el país balcánico.

Supremacía que la selección francesa ya trabaja para prolongar después de los Juegos Olímpicos de Londres, donde previsiblemente dirán adiós al equipo nacional jugadores como Jerome Fernández o los hermanos Gille, como confirma el cada vez mayor protagonismo que van adquiriendo los jóvenes Xavier Barachet y William Accambray.