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Desastre de Austria en las pistas de esquí alpino

  • Sólo el equipo femenino ha conseguido medallas en esquí alpino
  • Desde que se marchó Herman Maier, los austríacos no han logrado medallas

Ver también: Especial: Juegos Olímpicos de Vancouver 2010

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El descenso 'gigante' de Rebensburg

Austria ha batido en Vancouver un récord negativo. Por primera vez en unos juegos olímpicos se va sin conseguir ningún metal en ninguna de las cinco disciplinas masculinas. Las mujeres palian el desastre con cuatro medallas, 1 de oro, 1 de plata y dos de bronce. El hecho sin embargo, no es del todo nuevo. Dentro del último ciclo olímpico ya estuvo a punto de vivir esta misma situación, aunque a última hora le salvaron las pruebas técnicas o Herman Maier.

En los primeros juegos desde 1998 sin la presencia de "Herminator", los esquiadores austríacos llegaron a Vancouver como favoritos a medallas, en todas las disciplinas. Pero fallaron en las pruebas de velocidad: el descenso y el supergigante. Mario Scheiber se quedó a las puertas de la medalla en el descenso. A 21 centésimas (5,69 metros) y en cuarto lugar. Walchofer, Kroell y Grugger, los otros especialistas del Wunderteam, acabaron muy retrasados respecto del nuevo campeón olímpico, el suizo Didier Defago.

Había que esperar al supergigante.  Michael Walchofer, líder de esta especialidad en la Copa el Mundo era la gran esperanza. Pero se convirtió en otro gran fiasco cuando terminó en el puesto 21 a 1,66 (casi 40 metros) del imparable Aksel Lund Svindal de Noruega. Sin Herminator, rey del supergigante, medalla de plata en Turín 2006, Austria perdía una nueva oportunidad de medalla. Quizá en la combinada.

Benjamin Raich debía salvar los muebles. No del todo fino en el descenso y poco contundente en el eslalon, Raich, el mejor austríaco en esa prueba, sólo pudo ser sexto a 1,21 segundos del ganador Miller. Con el fin de las pruebas de velocidad, Austria vivía una situación parecida a la deTurín 2006 y a los mundiales de Are 2007 y Valdisere 2009, en la que las chicas ganaban medallas y los chicos no, aunque a última hora siempre salvaban los muebles con triunfos rotundos en las disciplinas técnicas.

Austría estuvo muy cerca de la medalla en el gigante, pero se tropezó con el poderío noruego representado en Jansrud y Svindal, junto a la final elegancia de nuevo campeón olímpico, el suizo Carlo Janka. Hirsher, Bauman y Raich, los tres grandes gigantistas del equipo, se quedaron en las posiciones 4º, 5ª y 6ª respectivamente. Hirsher, para colmo de males, finalizó a sólo ocho centésimas del bronce. El eslalon, como pasó en las finales mundiales anteriores, debía ser la prueba que salvara el expediente.

En Turín 2006 Austría cumplió sobradamente. Copó el podio con Raich, Herbst y el excéntrico Rainer Schoenfelder en las tres primeras posiciones. Aquí en Vancouver tenía más y mejores opciones. El líder de la Copa del Mundo de la especialidad, Reinfred Herbst; el campéon del mundo, Manfred Pranger; el campeón olímpico en Turín, Benjamin Raich y la nueva estrella austríaca, el joven de 20 años, Marcel Hirsher. Todas fallaron. Pranger se salió en la primera manga. Herbst y Hirsher se quedaron lejos de los tiempos de mellada y Raich, 3º en la primera manga, acababa perdiendo tiempo y metal, ante el croata Kostelic y el sueco Myhrer. Raich se quedaba a sólo cinco centésimas del bronce. Un desastre total para Austria. Algo comparable a nivel futbolístico, a que Barça o Real Madrid bajen a segunda división

Hay razones para explicar el fracaso. Fallaron sus velocistas; cedieron sus esquiadores más técnicos ante el empuje de fenómenos como Svindal, Miller, Janka o Kostelic. Y, por fin, aquellos que solían resolver en el último minuto como Raich o Pranger se vieron superados por gente potente como Razzoli, que ganó el eslalon a lo Tomba o el sueco Myhrer.

Tampoco ha habido esta vez un Herman Maier para echar una mano. Austría sólo se lleva las medallas de las chicas. El oro de Fischbaher en supergigante, dos bronces de Elisabeth Goergl (empata con su madre Trudi Hecher, bronce en descenso en 1960 y 1964) y la plata de Marlies Schild (la novia de Benjamin Raich) en el eslalon. Poco bagaje para la mayor potencia de esquí alpino mundial y el equipo que más medallas ha ganado de la historia en los juegos. Con cuatro medallas, sale de los Juegos en crisis profunda. Aunque bien es verdad que otros países quisieran esta crisis para sí.