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Cuatro horas de trabajo para una bajada de un minuto

  • Los técnicos preparan la suela del esquí en función de la temperatura de la nieve
  • Tardan unas cuatro horas en dejar las tablas listas para el descenso

Ver también: Especial: Juegos Olímpicos de Vancouver  2010

  

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Así se preparan las tablas para una competición de esquí

En el esquí alpino de competición, el podio se decide en cuestión de poco más de un minuto. Es el tiempo que tardan las esquiadoras en bajar por la pista de Whistler que acoge estos días las pruebas de los Juegos de Vancouver. Sin embargo, detrás de cada una de esas bajadas se encuentran centenares de horas de entrenamientos y muchas más, si cabe, de preparación del material.  El esquí es un deporte en el que además de los esquiadores, compiten los skimen, las personas encargadas de poner a punto las tablas antes de cada prueba.

"Llevo cinco años como skiman profesional, dos de ellos con Maria, y más de 29 esquiando", explica Luca Amistadi,  el hombre encargado de poner a punto las tablas para Rienda, la española que tiene más victorias en la Copa del Mundo de esquí y que en estos Juegos participará en el super gigante femenino que se disputará el martes.

Para esta competición, y sólo para disputar una prueba, la española ha viajado hasta Vancouver con siete pares de esquíes. "Tres son para entrenamientos, otros tres para competir y unos más que está probando", expica Luca. "Todavía no hemos decidido con cuáles competirá el martes, lo haremos la noche de antes en función de cómo vayan los entrenamientos", dice, en una entrevista en el cuarto de Whistler donde almacenan las tablas y botas y donde cada tarde los skimen de cada equipo pasan horas dejando el material listo para las carreras y los entrenamientos de la mañana siguiente.

"Tardo unas cuatro horas diarias en dejar todo a punto", relata. Un proceso minucioso que comienza mirando la información de la temperatura y humedad de la nieve en cada tramo de las pistas, y que cada día reciben los skimen para poder hacer su trabajo. "En función de esa temperatura decidimos qué cera ponemos a los esquíes, aunque luego siempre podemos hacer pequeños retoques o variaciones unas horas antes de la bajada", explica.

El skiman primero da cera a los esquíes y luego la retira con una rasqueta de plástico, para dejarlos completamente lisos, con lo que la velocidad que pueden alcanzar las tablas es mayor. Luego toca afilar los cantos, con piedras que consiguen cada uno de ellos de forma personal y van 'domando' a su gusto. "Yo suelo utilizar primero una lija y luego estas dos piedras, que tienen en su composición algo de diamante, y que son perfectas para lijar y afilar los cantos", cuenta.

Luca, que fue esquiador profesional de joven, procede de Bardoneccia (Italia), región de donde vienen también no sólo el entrenador actual de Maria José, Walter Ronconi -que fue antes skiman de María, sino también otros skiman conocidos del circuito internacional, como el de la estadounidense Julia Mancuso.

Los skimen trabajan habitualmente con las tablas para dejarlas perfectas la noche antes de la competición, pero luego son los primeros en subir a la pista, unas horas antes de la prueba, para probar in situ el estado de la nieve. "Normalmente yo subo muy pronto y hago una bajada para ver si está todo como tiene que estar, cómo está la nieve y si hace falta cambiar algo, pues puedo echar algunos productos -ceras en frío o spray- de última hora. Luego ya llega María y es su turno, yo sólo me quedo ahí, en el cajón de salida, para darle ánimos y verla bajar", cuenta. El miércoles será su día, y su sueño, colarse entre las mejores en unos Juegos Olímpicos.