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Tokio, sin pasión por los aros olímpicos

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A volunteer stands next to flags during a parade for the Tokyo 2016 Olympic bid, in Tokyo
Un voluntario de la candidatura de Tolio 2016.

Tokio, que en 1964 fue la primera ciudad asiática en acoger unos JJOO y los hizo de forma brillante, lo tiene difícil esta vez. Veremos si los japoneses se guardan algún as en la manga para sorprender a última hora a los miembros del COI y hacer decantar la balanza a su favor. Veremos. 

A su favor, una ambiciosa propuesta de desarrollo sostenible con planteamiento a largo plazo -sin ánimo de guasa, esto incluye también el "reciclaje" de muchas de las instalaciones utilizadas en 1964- . La cercanía de la villa olímpica con las sedes de competición, todas ubicadas en un radio de 8 kilómetros. Y una amplísima capacidad hotelera.  No olvidemos que la ciudad obtuvo bastante buena nota en la última evaluación y fue calificada como una de las candidaturas más completas [Consulta las claves de la candidatura]. Así que ... todo es posible. 

Pero obviando la regla no escrita de rotación continental, lo cierto es que Tokio 2016 compite contra sí misma. Cero ambiente en las calles, muchos de sus ciudadanos se muestran indiferentes y un 23 % hasta se manifiesta abiertamente en contra de ser sede olímpica. 

Como saben que éste es uno de sus puntos débiles a última hora, tan a última que igual no llegan, saldrá de Tokio un avión hacia Copenhague con doscientos ciudadanos-dicen que organizados de forma espontánea- para apoyar su candidatura. Quien sí estará es su nuevo Primer Ministro, Yuko Hatoyama. No podía fallar tras el anunciado desembarco de altos mandatarios que asistirán a la Ceremonia.

Pero por el momento, aquí, en casa, una réplica de 18 metros del Robot Gundam y Riyo Muri, Miss Universo 2007 son sus caras más visibles de promoción. ¿Otro signo de apuro? En fin...

Hoy por curiosidad, el equipo de TVE desplazados a Tokio estos días, hemos visitado un templo sintoísta. Queríamos ver si, a modo de sprint, había mucha gente colgando de los árboles esos delicados papelitos con deseos. Claro... no sabemos qué ponían! Pero, por supuesto, yo he colgado el mío.