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Djokovic, eliminado de Roland Garros

  • Kohlschreiber, número 31 de la ATP, se impone en tercera ronda al serbio por un triple 6-4
  • El alemán, que nunca había llegado tan lejos en París, se verá las caras con Robredo

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El alemán Philipp Kohlschreiber ha protagonizado una de las sensaciones de la séptima jornada de Roland Garros después de eliminar al serbio Novak Djokovic, semifinalista en las dos últimas ediciones, en tres sets, por un triple 6-4.

Djokovic, semifinalista en Madrid y finalista en Montecarlo y Roma, afrontaba el torneo como una de las grandes amenazas de Nadal para conquistar su quinto título en la arcilla de París después de lo demostrado sobre todo en la capital de España. Era además el principal obstáculo para que se repitiera una final entre el actual número uno del mundo y el número dos, Roger Federer, con quien el serbio se habría encontrado en semifinales

Sin embargo, el cuarto cabeza de serie encontró en Kohlschreiber, número 31 del mundo y cuyo mejor resultado en Roland Garros había sido la segunda ronda en 2006 y 2007, a un oponente mayúsculo que le dominó siempre desde el fondo.

"No me dio muchas oportunidades pero yo tampoco trabajé por ellas. No puedo explicar por qué... Como se suele decir, fue un mal día en la oficina", explicó un decepcionado Djokovic tras su eliminación más prematura del Abierto francés desde 2005.

Djokovic, que se encontraba con un cómodo 4-1 en el primer set, se topó con un intercambio de fieros tiros cruzados de su rival. Cambiaron las tornas, y en el segundo set, con un 5-1 en contra, el serbio pudo salvar tres puntos de set y remontar. Incluso, con un 5-4, parecía que el número cuatro del mundo estaba en condiciones de plantar cara por la victoria. Pero el alemán se hizo fuerte con su servicio y también se llevó la segunda manga.

Nada iba como estaba previsto, y el propio Djokovic se burlaba de su mala suerte cuando celebró ponerse por delante 3-2 en el tercer set. Sin embargo, Kohlschreiber, ganador de un título sobre tierra en Munich en 2007, hizo la rotura definitiva en el noveno juego para llevarse con su servicio el tercero y el partido.

"No hay ninguna excusa", manifestó el serbio, de 22 años. "Físicamente, me encontraba bien. La presión está siempre ahí, pero ya he probado que la sabía superar. El tenis es un deporte muy duro, hay un montón de jugadores muy competitivos que no tienen nada que perder", explicó. Por su parte, justificó que no estuvo cómodo. "Nunca encontré mi ritmo, jugué muy pasivo. Estoy muy decepcionado por el partido que hecho, aún más que por la derrota en sí misma".

De este modo el germano se convierte en el rival de octavos de final del español Tommy Robredo, quien hoy eliminó al argentino Máximo González en cuatro sets.