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EE.UU. reina por fin en el basket femenino

  • El conjunto femenino de baloncesto se impone por 65-92 en la gran final
  • Desde Atlanta'96 nunca se había coronado campeonas olímpicas
  • Las australianas han errado mucho en el tiro
  • La pívot Lisa Leslie se hace con su cuarto oro consecutivo, bajo distinta bandera

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El equipo estadounidense de baloncesto se ha impuesto al conjunto de Australia por 65-92 en la final de los Juegos Olímpicos de Pekín. Un triunfo que permite colgarse su cuarto oro consecutivo a la pívot Lisa Leslie, esta vez con la camiseta estadounidense.

Las oceánicas aguantaron el tipo ocho minutos (13-14) y, durante los siete siguientes, las estadounidenses sellaron la quinta cumbre del escalafón desde Seúl'88 en una constatación irreprochable de la hegemonía absoluta que ejercen en el rectángulo olímpico y que, además, eleva a Leslie a la categoría de mito, con cuatro metales dorados de tacada, sólo uno menos -el bronce de Barcelona'92- conseguidos por Teresa Edwards, la baloncestista -incluido el torneo masculino- que más medallas ha logrado en la historia de los Juegos -cinco-.

Estados Unidos rompió el choque con las jugadoras del banquillo. Las titulares abrieron la senda de la cima pequinesa a través de un parcial de 2-11 (de 13-14 m.8 a 15-25 m.11) y sus sustitutas, en una noche difícil para el equipo 'boomer', que jugó con Penny Taylor y la capitana Lauren Jackson tocadas por problemas físicos, quebraron el eje de la contienda.

La tanda norteamericana subió hasta un 4-20 (17-34 m.15) mientras la formación oceánica se desangraba en unos porcentajes de tiro pírricos, atrancados en el entorno del 25% de acierto o, mejor dicho, de desacierto (15/56 en tiros de campo al final del tercer cuarto).

Las campeonas del mundo, no obstante, ofrecieron una muestra de su carácter y clase al imponerse en el tercer tramo (24-22 y 54-69 en el tanteo). La fiesta, de cualquier modo, se cocía entre las filas estadounidense con todo merecimiento.

El equipo de Anne Donovan ha ganado todos los partidos que ha jugado, ha conquistado el oro desde el respeto a si mismo y a cada rival que se le ha cruzado por el camino -hasta con Mali, loable debutante olímpico procedente de un país con escasos medios, pero mucho honor- sostuvo el ritmo de principio a fin-. Gloria a las estadounidenses y un trono en el Olimpo para Lisa Leslie.