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Kenia reina en la cuarta jornada de atletismo al conseguir cuatro medallas

  • El keniano Kipruto vence en la carrera hegemónica de este país, los 3.000 obstáculos
  • Su compatriota Jelimo, de solo 18 años, gana por sorpresa en los 800 metros
  • Además, otros dos kenianos han conseguido medalla
  • El panameño Saladino cumple con el guión y se cuelga el oro el longitud
  • La retirada de Liu Xang conmociona a China y Bolt se lo toma con calma en 200

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ATLETISMO
La keniana Pamela Jelimo, de 18 años, celebra el oro al terminar la final femenina de 800 metros.

Kenia ha dado un golpe de autoridad en la pista de 'El Nido' de Pekín al lograr cuatro medallas -dos de oro, una de plata y una de bronce- en la cuarta jornada de competición en atletismo.

En principio, era algo previsible, teniendo en cuenta que se disputaba la final de su prueba 'totem', los 3.000 metros obstáculos, donde había conseguido hasta hoy ocho medallas de oro, siete de plata y dos de bronce.

Esta vez el encargado de lograr la victoria ha sido el campeón mundial Brimin Kipruto, que ha tenido que esforzarse hasta la última recta para batir al francés de origen argelino Mahiedine Mekhissi y a otro keniano, Richard Kipkemboi Mateelong, mientras que el defensor del título, Ezekiel Kemboi, sólo pudo ser séptimo.

Sin embargo, la verdadera alegría para el país africano la dio Pamela Jelimo, una atleta de 18 años que con solo cuatro meses de experiencia en 800 metros, le ha dado su primera medalla de oro olímpica femenina en pista con un golpe de autoridad en la última vuelta que la condujo victoriosa a la meta en 1:54.87 (récord mundial júnior), por delante de su compatriota Janeth Jepkosgei y de la marroquí Hasna Benhassi.

Las atletas de Kenia nunca habían ganado una medalla de oro en la pista y, de hecho, hasta este año nunca habían estado en una final femenina de 800, una prueba que entró en el programa olímpico en Amsterdam'28.

Victoria de Saladino

En el resto de finales del día, destaca la victoria del abanderado panameño Irving Saladino, que refrendó su hegemonía mundial en el salto de longitud y dio a su país el primer oro olímpico con una marca de 8,34, discreta para él pero inaccesible para sus adversarios.

La plata fue para el sudafricano Khotso Mokoena, campeón mundial bajo techo en Valencia, con 8,24, y el bronce para el cubano Ibrahim Camejo, con 8,20, en una final con cuatro atletas de habla española.

La otra final, la de disco femenino, tuvo como vencedora a Stephanie Brown Trafton, que se convirtió en la primera estadounidense que gana este título olímpico desde los Juegos de Los Ángeles'32, cuando ganó Lillian Copeland. Su primer lanzamiento, de 64,74 metros, le bastó para llevarse el oro.

La cubana Yarelis Barrios, bronce en los Mundiales de Osaka y campeona panamericana y de la Universiada en 2007, logró la medalla de plata con un tiro de 63,64, y completó el podio la ucraniana Olena Antonova con 62,59.

Bolt, cara; Liu, cruz

En las series clasificatorias, destacó sobre todo la caída del ídolo chino Liu Xiang, que tuvo que abandonar, aquejado de fuertes dolores en el tendón de aquiles derecho, cuando se disponía a correr la sexta serie de 110 metros vallas.

Xiang, llamado a disputar al cubano Dayron Robles uno de los grandes duelos de los Juegos de Pekín, salió cojeando a la pista y entre gestos de dolor se apostó en los tacos de salida, pero tras una salida nula, renunció a competir con lágrimas en los ojos.

Mientras tanto, la cara amable del atletismo volvió a ofrecerla Usain Bolt. Dos días después de dar a Jamaica el primer oro olímpico de su historia en 100 metros con un nuevo récord del mundo (9.69), volvió al trabajo en el estadio Nacional de Pekín para pasar, con el menor gasto posible, la primera ronda de 200, su distancia predilecta.

Por la tarde, Bolt se impuso en la primera carrera de la segunda ronda en 20.29, cuarto mejor tiempo. Desde su triunfo en la final de 100, no ha hecho más que dormir mucho y relajarse, según dijo.

En  la distancia inmediatamente superior, los 400 metros, sólo cinco atletas rompieron la barrera de los 45 segundos y, curiosamente, cuatro de ellos en la misma serie, la segunda, ganada por el bahamés Chris Brown con un tiempo de 44.79.