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Cavendish se anota el primer gran sprint del Tour

  • Óscar Freire acarició el triunfo, pero terminó segundo en el sprint final
  • Alejandro Valverde sufre golpes en la clavícula y una rodilla en una caída sin consecuencias
  • El jueves, primera llegada en alto con un puerto de 11 kilómetros y rampa final del 10%

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Caída sin consecuencias de Valverde

El británico Mark Cavendish, doble campeón del mundo en pista, se impuso al sprint en la quinta etapa del Tour de Francia, que se disputó entre Cholet y Chateauroux, la más larga de esta 95ª edición, con 232 kilómetros de recorrido, en los que se emplearon casi cinco horas y media. El triunfo español estuvo muy cerca, puesto que Óscar Freire (Rabobank) a punto estuvo de adelantar al corredor del Team Columbia. Finalmente, el cántabro terminó segundo, por delante de Erik Zabel (Milram).

La general se mantiene sin cambios, con el alemán Stefan Schumacher liderando la clasificación general, con doce segundos de ventaja sobre el luxemburgués del Team Columbia Kim Kirchen, segundo, y el británico David Millar (Garmin Chipotle), tercero. El primer español sigue siendo José Iván Gutiérrez (Caisse D'Epargne), décimo a 1:01 minutos.

El pelotón apuró hasta el último kilómetro para abortar la larga escapada de tres franceses, Lilian Jegou (Française des Jeux), Nicolas Vogondy (Agritubel) y Florent Brard (Cofidis), que saltaron apenas comenzada la etapa. Neutralizados en los últimos dos kiómetros de la etapa, Vogondy, campeón de Francia, desafió al pelotón y soñó con el triunfo, pero los velocistas lo acabaron engullendo.

Joven, de 22 años, Cavendish representa el futuro más brillante entre los velocistas. Ya tiene dos etapas en el Giro de Italia y en el Tour abre su palmarés. Levantó los brazos por delante de Freire, al que le privó del triunfo, con un tiempo de 5h.27.52 en el trayecto de 232 kilómetros entre Cholet y Chateauroux, a una media discreta de 42,4 kms/hora. El alemán Erik Zabel y el noruego Thor Hushovd también sucumbieron al empuje del ciclista de la Isla de Man, con la cuarta y la quinta plaza respectivamente.

La sexta etapa, que se disputará entre Aigurande y Super Besse, supondrá la primera llegada en alto de esta edición de Tour. La ascensión a Super Besse, puerto de segunda categoría a 2.115 metros de altura, en los últimos once kilómetros. Con una pendiente media del 4,7%, presenta rampas de hasta el 8,4% y una pared en los últimos 1.500 metros al 10% de desnivel. Antes, el Col de la Croix Morand, de tercera categoría, servirá de aperitivo.

El austrialiano Cadel Evans (Silence) afrontará la primera llegada en alto asentado en la cuarta plaza, la primera entre los favoritos, con Menchov a 51 segundos, Oscar Pereiro a 1:01, Cunego a 1:05 y Valverde a 1:06.

Valverde sufre una caída: "No tengo nada preocupante"

Alejandro Valverde sufrió un fuerte golpe en la clavícula y una rodilla a consecuencia de una caída en la que el jefe de filas del Caisse d'Epargne se vio implicado. En el kilómetro 95, se fue al suelo junto al francés John Gadret (AG2R) después de pisar un reflectante en la carretera. El murciano sufrió un fuerte golpe en "la clavícula, rodilla y un gemelo", según fuentes del equipo.

No obstante, a su llegada a la meta de Chateauroux, el ciclista murciano afirmó que no se ha hecho "nada preocupante". "Ha sido uno de esos reflectantes que hay en medio de la carretera, lo he pillado y me he caído. Tengo todo el lado derecho tocado, pero parece que la clavícula está bien", aseguró el murciano que luce llamativas heridas en su brazo.

Precisamente la clavícula es lo que más preocupaba en el equipo Caisse d'Epargne porque es la misma que se rompió Valverde hace dos años. Pero su director, Eusebio Unzúe, envió un mensaje de tranquilidad y señaló que por los síntomas "no hay nada de gravedad".

"No creo que haya problema, a falta de 50 kilómetros ha venido al coche para dar tranquilidad, para decir que no le dolía nada. Si fuese algo grave, habría otros síntomas de dolor o inflamación", señaló el director. El Caisse d'Epargne no descarta someter al ciclista a exámenes complementarios si consideran que puede haber algo de más gravedad.

Una escapada de 220 kilómetros, anulada a 20o metros de meta

Los corredores franceses han tomado el pulso a las escapadas, quieren ser los protagonistas y se les ve interesados en la materia. En el kilómetro 11 Lilian Jégou (Francaise), titular indiscutible en las fugas diarias, el campeón galo Nicolas Vogondy (Agritubel) y Florent Brard (Cofidis) dieron por inaugurada la aventura de la etapa más larga del Tour'08.

Nadie se inmutó en el grupo, que no vio peligro para nadie, en ningún lado, de ahí que la postura del pelotón después de la contrarreloj y en víspera de la primera llegada en alto fuese la de dejar hacer, "laisser faire", que dicen en estas tierras, donde, por fin, se asomó el verano después de días de agua y viento.

Los hombres del líder, del Gerolsteiner de Schumacher, se pusieron las pilas para no perder el liderato en una jornada de esas que se tachan del calendario sin más novedad. Estabilizaron el retraso en torno a los siete minutos hacia el ecuador de la etapa. Por el camino se había quedado el colombiano Mauricio Soler (Barloworld), rey de la montaña hace un año, con las dos manos lastimadas, incapaz de utilizar los frenos, por lo que se bajó "también por cuestiones de seguridad".

El Gerolsteiner, con la inestimable ayuda del Credit Agricole de Hushovd y del Columbia de Cavendish, dejaron la fuga como simple anécdota a 50 kilómetros de meta. Con el cuarteto de avanzadilla a poco más de dos minutos el grupo se limitó a aguantar la calima antes del asalto final a las ilusiones de cuarteto francés.

Con los 177 supervivientes del pelotón a punto de tumbar la fuga, aún resistió Vogondy hasta 200 metros de la raya de meta, pero el campeón galo no pudo evitar el primer esprint masivo del Tour.