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El presidente ruso, Vladimir Putin, y el estadounidense, Donald Trump, se reúnen hoy en Alaska para negociar el final de la guerra en Ucrania. Una reunión por Ucrania sin Ucrania porque no va a estar el presidente Volodimir Zelenski ni tampoco ningún otro mandatario. Les contaremos que el lugar elegido para la reunión no ha sido al azar, y analizaremos también qué hay sobre el terreno para tratar de entender hacia dónde pueden ir las negociaciones.

Hace hoy cuatro años los talibanes tomaban el control de Kabul, la capital de Afganistán. Cuatro años en los que las mujeres y las niñas han perdido todos sus derechos. Hasta su voz está prohibida. Vamos a estar en Bolivia que este domingo celebra elecciones y hablaremos de un momento histórico que se produjo tal día como hoy, la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial.

Cinco cara a cara entre Donald Trump y Vladímir Putin sin dejar grandes decisiones, pero desde el primero, en Hamburgo en 2017, quedó patente la especial sintonía entre ellos. Trump llevaba seis meses en la Casa Blanca y sus asesores y los servicios de inteligencia investigaban a Putin por supuesta injerencia en las presidenciales de 2016 para desprestigiar a Hillary Clinton.

Trump hizo caso omiso de su círculo más próximo y meses después en un Foro del Asia Pacífico en Vietnam siguió apoyando al presidente ruso. La bilateral de Helsinki de 2018 le valió numerosas críticas. La más fuerte llamaba a Trump "el caniche de Putin". Se reunieron a puerta cerrada, con la única compañía de los traductores, y en la comparecencia conjunta posterior, Trump dejó en evidencia al FBI y la CIA. Creía a Rusia cuando Putin decía que no habían intervenido. En 2018 iban a reunirse durante la cumbre del G20, pero se limitaron a mirarse. Trump canceló la bilateral por la captura rusa de un barco militar ucraniano.

Un exagerado apretón de manos es de la última reunión, en 2019, en Japón. No dejaron de bromear ante la prensa. Para muchos expertos, esa conexión se debe a que Trump admira a los tipos duros y autoritarios, porque se identifica con ellos.

Foto: ANATOLY MALTZEV

Centenares de personas han protestado a las puertas de la base militar de Fort Richardson, donde se encontrarán Donald Trump y Vladímir Putin. Una gran bandera ucraniana refleja el rechazo a la presencia del presidente ruso.

Antes de la llegada de los dos presidentes llegaban las delegaciones. Entre los primeros, el ministro de exteriores ruso, Sergei Lavrov, con fama de ser uno de los negociadores más duros de la diplomacia internacional. Alaska y la base Richardson tienen especial importancia porque el territorio fue ruso hasta 1867. De la reunión depende el futuro de la guerra de Ucrania, pero temas como los recursos del ártico y otros acuerdos comerciales podrían ponerse también sobre la mesa.

Foto: REUTERS/Nathaniel Wilder

El presidente estadounidense, Donald Trump, llegó a la Casa Blanca asegurando que acabaría con la guerra en Ucrania en las primeras 24 horas de su mandato. Lo que iba a ser una solución rápida se ha prolongado por siete meses, con un alto el fuego anunciado en marzo que nunca se materializó. Ni las amenazas de sanciones a Moscú ni sus gestos de admiración hacia su homólogo ruso, Vladímir Putin, han frenado la escalada. Los ataques diarios rusos han pasado de decenas a centenares en todos los frentes.

Desencantado, Trump ha admitido en la última semana que “no es nada fácil” lograr un acuerdo, y ha reconocido que Putin “quiere seguir con la guerra”. En la víspera de su encuentro en Alaska, el mandatario se enfrenta a una realidad muy distinta a la que imaginaba. De momento, su buena relación con el líder ruso no ha servido para detener la violencia, y las expectativas de un final rápido se han desvanecido.

Foto: WILL OLIVER/EPA

La cumbre en Alaska favorece diplomáticamente al presidente ruso, Vladímir Putin. Como presunto criminal de guerra con una orden de arresto por la Corte Penal Internacional, carece de libertad de movimiento. Solo viaja a países aliados o que no reconozcan dicho organismo, como es el caso de Estados Unidos. La reunión en dicho territorio le permitirá hacer un viaje seguro cruzando desde Siberia el estrecho de Bering, una frontera helada entre ambos países, Rusia y EE.UU., comparten.

Además, ambos mandatarios se verán en una base militar estadounidense en Anchorage, clave durante la Guerra Fría por su proximidad para detectar vuelos soviéticos. La presencia de Putin en Alaska también implica un tanto simbólico que se apunta el presidente estadounidense, Donald Trump. El territorio fue la única colonia rusa de ultramar hasta que los zares la vendieron a Estados Unidos en el S.XIX.

Los líderes europeos y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, han instado a Donald Trump a que no ceda ante Vladímir Putin en la reunión que mantendrán el viernes en Alaska. En una reunión virtual, los dirigentes europeos han trasladado al presidente estadounidense la necesidad de negociar un alto el fuego en Ucrania y han recordado que Kiev debe estar presente en cualquier negociación sobre la guerra.

FOTO: REUTERS / LIESA JOHANNSSEN

En una rueda de prensa tras finalizar la videollamada entre líderes europeos y los presidentes estadounidense, Donald Trump, y ucraniano, Volodímir Zelenski, el canciller alemán, Friedrich Merz, ha señalado que los países de la UE han trasladado a Trump que la negociación con Putin debe contar con Ucrania y culminar en un alto el fuego.

El presidente ucraniano ha subrayado que el objetivo sigue siendo reforzar la presión internacional contra Rusia y asegurar un alto el fuego duradero. "Desde el miércoles de la semana pasada hemos mantenido negociaciones intensas con distintos líderes europeos. Todos quieren lo mismo: la paz en Europa y en el mundo. Hemos mantenido una posición común y acordado cinco puntos que ha mencionado Merz", ha informado.

IMAGEN: EFE/EPA/FILIP SINGER

Mientras se ultiman los preparativos para la cumbre entre Trump y Putin este viernes, los cristianos ortodoxos de Alaska se reúnen para rezar por la paz en Ucrania. "Nuestra esperanza es que Dios toque el corazón de los involucrados y que eso conduzca a un alto el fuego", señala el arzobispo Alexéi.

El martes, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, hablaron por teléfono para concretar algunos de los detalles de una reunión que se ha planificado con prisas y que no da garantías de que lleve al fin de la guerra. Desde Washington lo ven como un ejercicio para que Trump escuche los planteamientos de Putin, lo que adelanta que la reunión no dará con un acuerdo definitivo para terminar el conflicto.

Para el presidente estadounidense, Donald Trump, la cumbre es una oportunidad para mostrarse al mundo como un gran pacificador. Entretanto, en el campo de batalla, las fuerzas rusas han lanzado una ofensiva imprevista contra Dobropillia, al este de Ucrania. Un ataque que podría estar dirigido a aumentar la presión sobre Kiev antes de posibles conversaciones bilaterales.

Foto: KERRY TASKER

Varios países europeos, entre los que no se encuentra España, se reúnen de forma virtual con Donald Trump antes de su encuentro con Putin para tratar la guerra de Ucrania y reclamar su espacio en las conversaciones que se lleven a cabo para acabar con el conflicto. En Las Mañanas de RNE Ignacio Molina, investigador principal del Real Instituto Elcano, da su punto de vista al respecto. "La posición de España frente a la administración Trump y frente al gasto militar en los últimos meses ha tenido un perfil propio y tal vez eso haya afectado".

Molina trata la importancia que tiene para el presidente de Estados Unidos el hecho de acabar con la guerra en Ucrania. "Quiere acabar con la guerra para apuntarse un éxito, pero claro, acabar a cualquier precio con una guerra que no ha empezado Ucrania, y que además la forma de acabar es cuánto territorio va a ceder Ucrania hacia el que le ha agredido, es una manera muy inquietante de plantear una solución de paz", argumenta el investigador.

"Al final lo que se impone es la fuerza bruta en lugar del derecho internacional [...] Y eso es una victoria para Putin y una derrota para todos aquellos que piensan, o pensamos, que esa no es la manera de gobernar el mundo", concluye Ignacio Molina.

En el frente de guerra ente Rusia y Ucrania, las fuerzas ucranianas han logrado pequeños avances territoriales en la región de Sumy, mientras el Ejército ruso ha capturado un nuevo asentamiento en Dónetsk. Tan solo unos días antes de la reunión entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y ruso, Vladímir Putin, los movimientos en las líneas son frenéticos.

En todo momento, Trump ha insistido en que tanto Kiev como Moscú tendrán que ceder territorio para alcanzar la paz. Sin embargo, Rusia es el único país que controla regiones del contrario, por lo que para Kiev una negociación de esta clase se reduce a recuperar parte de los territorios conquistados por Moscú. Zelenski ha dejado claro que no está dispuesto a aceptar este requisito y ha afirmado que Putin no se está preparando para acabar con la guerra. Por otro lado, hasta 26 líderes de la Unión Europea (excepto Hungría) han exigido un alto el fuego antes de iniciar conversaciones de paz.

Foto: SOFIIA GATILOVA/REUTERS