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Los portugueses votan en las elecciones legislativas de este domingo sin caras nuevas donde elegir. El conservador Montenegro, hasta ahora en el gobierno, es el favorito. Si Montenegro no tiene mayoría, estará en manos de los socialistas. Sus votantes ven con buenos ojos una alianza con los liberales. La duda es si mantendrá el cordón sanitario con la ultraderecha. Nuno Santos, arrasó en la primarias para suceder al socialista Costa, pero ha ido perdiendo fuelle. No consiguió ganar las pasadas elecciones, y ahora les dan peores resultados.

André Ventura es el líder de la ultraderecha CHEGA, que es la tercera fuerza política y podría subir apoyada en el voto más joven.

Foto: EFE/EPA/ANTONIO PEDRO SANTOS

Este día de reflexión no es nuevo para el pueblo portugués. Llevan tres elecciones legislativas en poco más de tres años. Los conservadores del actual primer ministro, Luis Montenegro, encabezan los sondeos.

Portugal aparece en la prensa internacional como uno de los países que más comicios ha celebrado en los últimos diez años. Desde 2024 ha habido un cambio de rumbo político en el país. Se pasó de una mayoría absoluta del partido socialista a un gobierno minoritario de la derecha. La ultraderecha Chega, que es tercera fuerza, aspira a adelantar a los socialistas, que han perdido gran parte del electorado joven.

La mayoría de los portugueses no quería estas elecciones porque sus problemas siguen sin resolverse: los precios de la vivienda están disparados, la sanidad y la educación cuentan con pocos recursos y muchas familias tienen problemas para llegar a fin de mes.

Foto: Un globo con el rostro del primer ministro de Portugal en funciones (EFE/Carlota Ciudad)

El pasado mes de marzo, el primer ministro Luis Montenegro presentó y perdió una moción de confianza tras verse envuelto en una crisis política causada por sus negocios familiares y un supuesto conflicto de intereses. El presidente portugués Marcelo Rebelo de Sousa decidió convocar elecciones. Unas elecciones marcadas, una vez más, por un caso de corrupción y con una mayor desconfianza de los ciudadanos. Hablamos con Antonio Maia, presidente del Observatório portugués de Economia y gestión del fraude y profesor de Ética en el Instituto Superior de Ciências e Políticas de la Universidad de Lisboa.

Un reportaje de Antía André.

Tras las elecciones de 2024, en Portugal irrumpía la ultraderecha Chega como tercera fuerza acabando con el bipartidismo de conservadores y socialistas, gracias al llamado voto de descontento de la clase media trabajadora y de los más jóvenes.

Para los analistas, los jóvenes han cambiado el rumbo político del país. Prefieren votar a la derecha, repartida entre el partido del conservador de Luis Montenegro, hasta ahora en el Gobierno, los liberales y la ultraderecha. Son también los partidos preferidos por los hombres y los votantes con más formación.

La primera señal de cambio se vio en 2024 cuando se pasó de una mayoría absoluta socialista a un gobierno minoritario conservador. El voto femenino sigue siendo socialista y de izquierdas, pero en los sondeos, a la pregunta de quién cree que va a ganar, más de un 60% responde que AD, el partido de Montenegro. Parece que los escándalos con sus empresas no le pasarán factura.

La primera final de Eurovisión causó sorpresa entre los diez primeros clasificados. Suecia o Países Bajos eran favoritos antes de la gala y siguen siéndolo tras clasificarse. También se habría acertado con Noruega, Polonia o Estonia. Sin embargo, nadie apostaba con que Chipre o Bélgica quedarían fuera, ya que su presentación "fue potente y muy trabajada", según el periodista de RNE especialista en Eurovisión David Asensio.

El televoto, que era quien tomaba la decisión en esta semifinal, dio una plaza para el sábado a otros países menos favoritos como Ucrania o Portugal. En la gala también se vieron algunos fallos como en la cámara durante la actuación de Suiza.

Los datos afirman que fue la primera semifinal más vista de la historia en La1 de Eurovisión.

Los portugueses vuelven a las urnas en un momento de inestabilidad política y con un escenario abierto, aunque las encuestas están dando ventaja al partido conservador que ha estado en el Gobierno. La última legislatura ha durado poco más de un año, el Gobierno cayó cuando el primer ministro en funciones, Luis Montenegro, fue acusado por un conflicto de intereses con sus empresas familiares. A estas elecciones acuden los mismos candidatos y el resultado está en el aire aunque las encuestas dan cierta ventaja a la derecha.

Diego Ventura y Guillermo Hermoso de Mendoza cortan una oreja cada uno en su duelo directo en la corrida de rejones de Sevilla, que ha acabado en empate entre las dos grandes figuras del toreo a caballo. En la Copa Chenel, Carlos Olsina y Sergio Rodríguez, por la Puerta Grande en Algete. A falta de 5 días para el inicio de San Isidro, destaca Cid de María en la novillada de la Feria de la Comunidad de Madrid en Las Ventas. Tertulia con Álvaro Rodríguez del Moral y Paco Moreno sobre la primera semana de la Feria de Abril.

Las manifestaciones del primero de mayo se han repetido por muchos rincones del mundo. Algunas, como en Estambul o en Manila, han terminado con altercados y detenidos.

En Francia, se han contabilizado 269 manifestaciones, en ciudades como Marsella, Lyon o Burdeos. Según la Confederación General de Trabajadores (CGT), se han manifestado más de 250.000 mil personas.

Por su parte, la Federación Alemana de Sindicatos (DGB) ha informado de que alrededor de 310.000 personas se han manifestado en el país por aumentos salariales y mejores condiciones de trabajo. Según la DGB, se han realizado 420 concentraciones y actos en toda Alemania.

En Italia, las organizaciones sindicales CGIL, CISL y UIL han protestado en Roma; en Montemurlo (centro), donde una joven trabajadora murió en 2021 entre los engranajes de una fábrica, y en Casteldaccia (sur), donde otros cinco fallecieron al caer en una bañera industrial. En Portugal, miles de personas se han manifestado para pedir por mejores pensiones y salarios. Los actos se han repetido en ciudades como Coimbra, Oporto, Funchal o Leiria.

El apagón del lunes ha puesto sobre la mesa otro debate: el de la interconexión eléctrica de España con sus vecinos europeos. España, y la península ibérica por extensión, es una isla energética. El sistema eléctrico español solo cuenta con tres corredores eléctricos con Francia.

En España, hay un 3% de interconexión con Portugal y otro 3% con el esto de Europa. Estos números se encuentran lejos del 10% que Bruselas marcó para 2020 y que debía convertirse en un 15% en 2030.

Para el intercambio con Francia hay cinco conexiones, repartidos en tres corredores, a través de los Pirineos. Antes de 2030, se prevé otra bajo el Golfo de Vizcaya. Las interconexiones actuales ayudaron el pasado lunes a inyectar electricidad desde fuera en el sistema eléctrico español.

Estas interconexiones entre países ayudan a que el mercado eléctrico europeo sea más eficiente llevando la energía sobrante de un país a otro donde haga falta. Por otro lado, también sirve para estabilizar los precios para que no sean bajos para los productores ni altos para los consumidores.

Sin esas conexiones, que tardan décadas en terminarse, la principal alternativa para España es el almacenamiento en baterías.