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"Hogares Compatidos" nace hace diez años el la ciudad de Valencia y tiene como punto de partida la falta de recursos económicos y la soledad.

El último informe de Cáritas -hecho por la Fundación FOESSA, Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada- estima en 100.000 los mayores en riesgo de exclusión social en la Comunidad Valenciana. Según el INE, en la Comunitat hay 232.000 mayores de 65 años solos, la cifra más elevada en una década.

Sobre este sustrato nace "Hogares Compartidos", que ha conseguido transformar la vida de 50 personas.

La idea de ayudar así a mayores partió de Pilar Pardo, exdirectora de residencias, y Amparo Azcutia, trabajadora social.

Los demandantes de vivienda son mayores sin casa en propiedad o en situaciones personales que urgen techo. Acuden a la entidad, abonan un porcentaje en función de sus ingresos y la organización gestiona los pagos a los dueños. "Hay personas con bajas pensiones no contributivas, otros que vivían en habitaciones alquiladas, en albergues, o rotando sin estabilidad entre casas de hijos o de amigos" nos cuentan Amparo Azcutia.

Carmen Lázaro Antonio Soler, dos de los que comparten piso gracias a "Hogares Compartidos", nos explican en Por tres razones que ahora pueden llegar a fin de mes y sentirse acompañados. "Somos una familia".

Noticia Documentos TV 
  • Los cooperantes sienten un deseo irrefrenable de ayudar al prójimo que, a veces, resulta difícil no confundirlo con egoísmo
  • Trabajadores humanitarios y sus familias hablan abiertamente de compromiso, motivaciones, miedos y emociones
  • Ya puedes ver el preestreno de 'Egoísta' en RTVE Play

Muchas personas que hoy acuden a los bancos de alimentos nunca se imaginaron que un día necesitarían ayuda para cubrir sus necesidades básicas. Con la subida del precio de la cesta de la compra, también les cuesta cada día más a las organizaciones:ven que sus presupuestos dan para mucho menos y las ayudas escasean.

Foto: EFE/Raúl Caro

Un acto en el Congreso celebra los 50 años de actividad de Médicos sin Fronteras, que piden atención a los conflictos donde siguen siendo necesarios, como el de Siria. Repasan su trabajo su coordinador en esta zona, su directora Marta Cañas y la periodista Rosa María Calaf.

Fran Sevilla y Carlos Mesas,  enviados especiales de RNE a Ucrania, visitan la sede de la ONG Mission Kharkiv con su fundador Rostislav Filippenko. Se encuentra en Járkov y reparten medicinas, material oncológico, objetos para superar las duras temperaturas como calentadores y estufas, y tratar de ayudar a los ucranianos a sobrevivir.

A pesar de que el número de personas que intentan cruzar el mediterráneo ha disminuido, ahora esas travesías son mucho más mortales. Un análisis de la situación para los rescates, la legislación marítima y las consecuencias humanas con Antonio Manuel Padrón y Santiago, Capitán de la Marina Mercante; María Jesús Vega, portavoz en España de ACNUR; Anabel Montes, coordinadora de Búsqueda y Rescate del Geo Barents, el barco de Médicos sin Fronteras; y Jaime Rodrigo de Larrucea es Doctor en Derecho y en Ingeniería Náutica. Un reportaje de Antía André

El tren medicalizado de la ONG Médicos Sin Fronteras evacúa a heridos de guerra desde las zonas del frente bélico. Se puso en marcha hace un año y ahora cuentan con dos trenes que hacen dos viajes a la semana, de casi 30 horas de duración. El tren está preparado con material sanitario, personal médico e incluso cuenta con un vagón UCI. "Se trata de un tren hacia la vida en medio de tanta muerte", nos cuentan Fran Sevilla y Carlos Mesas, enviados especiales.

La guerra ha tensionado el sistema sanitario ucraniano y las organizaciones humanitarias han tenido que adaptarse a las necesidades de la población tanto en las zonas de guerra como en el resto del país, donde millones de personas han buscado refugio y necesitan asistencia médica. Según un informe de cinco ONG avalado por la ONU, el año pasado hubo más de 700 ataques a centros médicos, denegación de acceso a la atención sanitaria e interrupción de admisión de pacientes. Unos 200 sanitarios han sido asesinados, heridos, secuestrados o arrestados. Todo eso ha presionado al sistema sanitario, ya frágil antes de la guerra.

Foto: Un edificio de viviendas bombardeado en la ciudad ucraniana de Zaporiyia (REUTERS/Stringer)

La española Ana Baneira Suárez, de 24 años, quien estaba presa en Irán desde principios de noviembre tras haber sido detenida en el marco de las protestas contra el régimen a raíz de la muerte bajo custodia de Masha Amini, ha sido liberada por las autoridades iraníes. Se espera que la activista, que pertenecía a una ONG de derechos humanos, llegue a A Coruña este lunes.

Foto: La joven coruñesa Ana Baneira Suárez (EFE/Concello Muxía)