Durante la dictadura franquista, las mujeres sufrieron una represión que atravesó todos los ámbitos de la vida. El régimen derogó los avances conseguidos durante la Segunda República e impuso —con la colaboración activa de la Iglesia— una nueva moralidad que definía el papel femenino desde una estricta visión conservadora: el de la mujer sometida al hogar. La educación, la moral y la ley funcionaron para controlar, castigar y corregir a las que se desviaran de ese ideal.
Foto: Archivo Histórico de Sevilla
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