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Al menos 32 personas han muerto tras un terremoto de magnitud 8,2 en la escala abierta de Richter que ha sacudido esta noche la costa de Chiapas, en México, y hay un número indeterminado de heridos y edificios destruidos. Concretamente 23 personas han fallecido en Oaxaca, siete en Chiapas y dos en Tabasco, según un informe preliminar de las autoridades.

Tras el seísmo, el mayor registrado con sismógrafos en la historia del país, se han producido 65 réplicas y el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, no descarta que se produzca otro terremoto en las próximas 24 horas.

El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico (PTWC) ha activado una alerta para México, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Nicaragua, Panamá, Honduras y Ecuador y se esperan olas de 3 metros en la zona. En Chiapas el gobernador ha pedido a la población que se aleje de la costa.

Peña Nieto ha asegurado que se trata del terremoto "más grande en 100 años" y lo han sentido "50 millones de personas". "Fue intenso, fue prolongado y fue muy fuerte", ha dicho. El mandatario ha confesado que se tardará "días" en conocer las consecuencias de lo ocurrido.

El presidente de México ha informado de que el terremoto que ha sacudido Chiapas tiene una magnitud de 8.2 y que se han registrado 65 réplicas. La localidad más afectada es Chiapas, donde se han suspendido las clases. Peña Nieto ha pedido a la población que esté atenta a las alertas de Emergencias y que revisen los daños en sus casas. También ha anunciado que ya han habilitado albergues para atender a los damnificados.

Al menos cinco personas han muerto tras un terremoto de magnitud 8,2 en la escala abierta de Richter que ha sacudido esta noche la costa de Chiapas, en México. El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, asegura que es el terremoto más fuerte que ha sufrido México en los últimos cien años y alerta de que se produzca otro en las próximas 24 horas. Hasta ahora se han producido 65 réplicas.

Desde el aire solo se ve devastación. Nueve de cada diez edificios dañados, la mitad de la gente sin hogar, un bebé de dos años muerto mientras su familia intentaba escapar. "Lo que he visto allí me rompe el corazón", ha dicho el primer ministro. La pequeña isla de 1.600 habitantes es ahora, según él, prácticamente inhabitable.

El huracán Irma, de categoría 5, ha dejado al menos 10 muertos y un rastro de destrucción a su paso por las Antillas Menores, en el Caribe, aunque la cifra de víctimas puede aumentar. Al menos ocho personas han muerto en la isla de San Martín, que ha quedado prácticamente aislada. En Puerto Rico hay al menos un fallecido, al igual que en Barbuda.

El ojo del huracán, el más potente registrado en el Atlántico, pasará sobre La Española a lo largo del jueves, afectando a República Dominicana y Haití con vientos de hasta 290 kilómetros por hora. Un total de 17 provincias, entre ellas Santo Domingo, la capital, donde se halla un equipo de TVE, se encuentran en alerta roja (máxima), 12 en alerta amarilla (intermedia) y tres en verde (mínima), mientras que en Haití se declaró la alerta roja en todo el país. Por la noche Irma se ubicará cerca de las Islas Turcas y Caicos y del sureste de Bahamas, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estado Unidos.

El papa Francisco ha llegado este miércoles a Colombia para comenzar su visita al país cafetero, donde permanecerá hasta el 10 de septiembre, que incluye, además de Bogotá, las ciudades de Villavicencio, Medellín y Cartagena. La máxima autoridad de la Iglesia Católica ha sido recibido en el aeropuerto militar de Catam, en Bogotá, por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y por una multitud de fieles que le han vitoreado.

El obispo de Roma explicó antes del viaje que llega a Colombia como "misionero de la reconciliación" y por ello se encontrará con indígenas, pobres y víctimas del largo conflicto, ya concluido con las FARC, pero que mantiene otros frentes abiertos pues aún quedan grupos ilegales activos en el país.

Este miércoles, Francisco ha bajado por la escalerilla del avión de Alitalia que le ha traído al país y ha saludado con un apretón de manos al jefe de Estado de Colombia y a su esposa, María Clemencia Rodríguez, con quienes ha conversado brevemente, así como al nuncio apostólico Ettore Balestrero, y al cardenal primado de Colombia, Rubén Salazar.

El papa ha roto el protocolo para abrazar a varios discapacitados, entre ellos militares y policías heridos en combate, uno de los cuales le ha entregado un pequeño obsequio, así como a niños con Síndrome de Down.

Una vez concluido el recibimiento, Francisco ha abordado el papamóvil para un recorrido de 15 kilómetros que le lleva hasta la nunciatura apostólica, donde pernoctará.