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Mikalai Statkévich es un opositor bielorruso que ha denunciado durante años los desmanes del presidente de su país, Lukashenko, que decidió deportarlo a Lituania. Pero él se plantó en la frontera y no quiso abandonar Bielorrusia.

Lo último que se sabe de él es que lo detuvieron. Expertos de la ONU han denunciado su desaparición forzosa. Un equipo de TVE ha hablado con su esposa allí, en Bielorrusia.

Foto: TATYANA ZENKOVICH/EFE

El próximo 27 de septiembre se cumplen 50 años de los últimos fusilamientos del franquismo: dos miembros de ETA y tres del FRAP.

El historiador Julián Casanova repasa en La noche en 24h el contexto de esa época, 1975, los estertores de la dictadura. En esta nueva entrega de su sección en el programa, donde abre una ventana a la historia, el académico destaca que en el momento de los fusilamientos "había una grave crisis política". Y señala, por ejemplo, cómo el expresidente de la dictadura Arias Navarro expulsó del Ejecutivo a los ministros tecnócratas del Opus Dei.

En 1975, también, "hay una nueva ley antirepresiva", argumenta Casanova, "que lo cambia todo: se restablece la potestad militar, los consejos sumarísimos". Igualmente, recuerda que los años más "represivos" del Tribunal de Orden Público (TOP) fueron en 1974 y 75.

Este próximo 27 de septiembre se rememoran las cinco décadas del asesinato de José Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz, Juan Paredes Manot y Ángel Otaegui.

El líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia cumple un año en el exilio. González llegó a Madrid el 9 de septiembre de 2024 tras abandonar su país y solicitar asilo político.

La oposición asegura que fue González Urrutia quien ganó las elecciones del 28 de julio de ese año, una afirmación respaldada con las copias de las actas electorales.

Foto: J.J. Guillén/EFE

Luis A. Ruiz Casero, doctor en Historia y arqueólogo, nos presenta 'Carabanchel: La Estrella de la Muerte del franquismo'. "Este libro nace de un encargo y un escollo que pensábamos que era insalvable, que era la destrucción del archivo documental de la cárcel". La prisión de Carabanchel, símbolo de la represión franquista, fue levantada por presos políticos. Casero trata de poner "nombres, apellidos y caras conocidas" a algo que padecieron cerca de un millar de presos y destaca uno de los testimonios más sobrecogedores, el de Miguel Gila. "Les trataban básicamente como ganado. Les desnudaron, les rociaron de zotal, de insecticida, les dejaron ahí durmiendo en un suelo y mal alimentados... Y fueron trasladados a las obras de la cárcel de Carabanchel, a establecer unos turnos eternos".

Casero asegura que la masificación era una de las constantes de la cárcel, ya que llegó a albergar hasta 5.000 presos en condiciones de hacinamiento. "Era un edificio que no reunía unas condiciones dignas para funcionar como cárcel". El historiador apunta que "por una cuestión práctica" se decidió mantener el edificio, aunque considera "tendría que haber acabado sus días mucho antes". La cárcel se derribó en 2008 "con nocturnidad y alevosía, ya que es algo incómodo para todos los gobiernos democráticos", perdiendo así un edificio relevante a nivel arquitectónico y un símbolo de la represión fascista.

Los favores, las prebendas, los enchufes, son algo que España ha sufrido a lo largo de la historia. Quienes han tenido poder han aprovechado, y los de alrededor también. Hay un poder económico que tradicionalmente se ha asomado al poder durante la dictadura, y después de la transición, para regar con millones a políticos, a cambio de poder. Julián Casanova, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, recoge un nuevo capítulo de 'La historia interminable' para hablar de corrupción, abuso de poder, violencia sexual y explotación, unidos a la historia del capitalismo, de los estados modernos y de la construcción de los imperios. Una perspectiva global, con España en el foco.

En el último año, el Gobierno de Nicaragua ha prohibido la entrada a 3.000 ciudadanos "nicos" que viven fuera del país. El Estado está sumido en una dictadura dirigida por Daniel Ortega y Rosario Murillo, que utilizan la retirada de pasaportes y la nacionalidad a los opositores en el exilio como medida de represión.

Dora María Téllez, antigua guerrillera sandinista y principal opositoria al régimen, reconoce a RTVE que "el exilio es algo desgarrador". Vivió 600 días encerrada e incomunicada, "sin lápices, sin dibujos, sin lecturas", recuerda.

El antiguo rector de dos de las universidades más importantes de Nicaragua Ernesto Medina también vive exiliado en Zaragoza porque Ortega lo consideró un traidor a la patria por pedir el cese de la represión para sus alumnos. Amiga de Téllez, ha relatado que detrás del miedo a la represión "hay un gran sentimiento de inconformidad".

Los regímenes autocráticos tienen un enemigo común en todas las etapas de la historia: la libertad de Cátedra, la libertad de pensamiento en la Universidad. Julián Casanova, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, recoge un nuevo capítulo de 'La historia interminable' en el 24 Horas de RNE para hablar de esta constante que continúa hoy en día. El experto hace una comparación con los métodos que está aplicando el presidente estadounidense para amenazar a la universidad de Harvard, explica que "hay un momento originario en todo esto, en los años 30 y 40 cuando los dictadores trataban de destruir la ciencia y la cultura para ponerla al servicio de sus intereses y objetivos".

A Reed Brody, autor del libro Atrapar a un dictador. La búsqueda de la justicia en un mundo de impunidad, lo conocen como "el caza dictadores". Ha dedicado parte de su vida a acorralar a Hissène Habré, el que fue dictador de Chad, responsable de un régimen despótico que dejó cerca de 40.000 asesinatos y cientos de miles de violaciones, desapariciones forzosas y casos de esclavitud sexual. "Vimos que teníamos la posibilidad de juzgar al exdictador de Chad en su refugio en Senegal. Nos costó 18 años y muchos obstáculos. Pero con la perseverancia, la tenacidad, y un poco de imaginación, ganamos finalmente", cuenta en Las Mañanas de RNE con Josep Cuní.

Actualmente, el escritor está investigando los crímenes cometidos hace 40 años por Daniel Ortega, presidente de Nicaragua: "Es un hombre que se alzó para terminar con un tiranía familiar y ahora ha creado la suya. Se ha quitado la nacionalidad a todos los opositores, como Sergio Ramírez, los viejos héroes sandinistas... es un país de vigilancia y silencio impuesto", dice. Haciendo un análisis de la situación actual en su país, Estados Unidos, Reed advierte sobre el presidente: "Yo considero parte de mi lucha la resistencia contra Trump, porque es un dictador aspirante y si no resistimos a a aniquilar todos los contrapoderes y no vamos a tener democracia en mi país", afirma.

Andrei Kalitin, periodista, estuvo encarcelado en Rusia por escribir sobre los servicios secretos rusos y la invasión de Ucrania. En cuanto lo liberaron, se exilió en España para poder seguir contando lo que ocurre en su país: "Aquí puedo trabajar, decir la verdad". En Rusia hay unos 39 periodistas en las cárceles.

Es uno de los cientos de miles de rusos que han tenido que abandonar su país por la guerra y no se resignan a callar frente a la represión de Vladímir Putin. Figuras destacadas de ese exilio en Europa se han dado cita en Madrid. Comparten el deseo de ver algún día una Rusia democrática y buscan cómo aportar su granito de arena.

Sasha Talaver es miembro del grupo Resistencia Feminista contra la guerra, vive en Berlín y no puede pisar Rusia, donde su organización y su activismo están perseguidos. "Es difícil aceptar que este régimen autoritario y sangriento va a continuar en Rusia hasta el final de mis días. No podemos quedarnos de brazos cruzados", opina.

Lleva años sin ver a su familia, dividida por la guerra. Sus padres en Moscú, su abuela en Ucrania. "Duele mucho pensar que quizás nunca volveremos a estar todos juntos", dice

A su manera, cada exiliado lucha por el cambio y por seguir adelante en el país de acogida. "Ahora mismo, para mí España es mi segunda patria", afirma Kalitin. Cada uno con su mochila, su dolor y el sueño compartido de regresar algún día a una Rusia sin Putin.

Francisca y Pedro, nietos de Pedro Rico, alcalde republicano de Madrid, ya han recibido en Madrid cinco de las obras que el franquismo expolió a su abuelo. Son cinco pinturas restituidas por el Servicio de Museos de Gran Canaria, donde permanecieron durante 70 años, hasta que la familia Rico solicitó su devolución, firmada en septiembre de 2024. Francisca y Pedro Rico comparten con RNE su sensación de "misión cumplida", aunque quedan más obras por devolver en otros museos.

Informa Íñigo Picabea