Jesús recorre las calles de Catarroja impotente. Es arquitecto y desde hace años ve como un urbanismo salvaje ha sembrado el municipio de hormigón construyendo sobre zonas en riesgo.
La catástrofe de la dana fue fruto de una concatenación de sucesos y fallos. Pero mucho antes de los desbordamientos, de las alarmas que sonaron tarde y de las muertes, se cometió un error muy grave: permitir el levantamiento de viviendas que no deberían haber existido.
Foto: Rober Solsona/Europa Press — Paiporta el 6 de noviembre de 2024
Los trabajos de limpieza y reconstrucción han devuelto gran parte de la normalidad a los municipios de Valencia un año después de la dana del 29 de octubre de 2024.
Este sábado, en Valencia han homenajeado a las víctimas de la dana y a voluntarios que acudieron a ayudar. En las calles, unas 50.000 personas según Delegación del Gobierno, han vuelto a reclamar justicia y la dimisión de Carlos Mazón. "Para nosotros no son muertos, son asesinados", dice Rosa Álvarez, presidenta de la Asociación Víctimas Mortales Dana 29-O, en el informativo 24 horas Fin de Semana, por lo que reclaman responsabilidades jurídicas al presidente valenciano y a parte del Consell. "Esto no va de ideología política, va de radiografiar unos hechos y los hechos fueron que Carlos Mazón y parte de su Consell no estuvieron a la altura, ni siquiera estuvieron donde tenían que estar", señala. Reconoce que no pueden "obligar" a que Mazón no esté en el funeral de Estado por las víctimas que se va a celebrar la semana que viene, pero le vuelve a pedir que no lo haga: "La única persona que sobra es Mazón. Le invitamos a que no venga".
Gran parte de los familiares de las víctimas se sienten contrariadas ante la posibilidad de que Carlos Mazón acuda, el próximo miércoles día 29, al funeral de Estado que presidirán los reyes en la Ciudad de las Artes y de las Ciencias de Valencia. Para Rosa Álvarez, que perdió a su padre en la riada de hace un año y que preside una de las asociaciones de víctimas, "lo mejor que puede hacer es recoger y marcharse. Y ponerse a disposición judicial". Las huellas del barro no han desaparecido, aún están muy presentes en portales e interiores. Inma, vecina de La Torre, asomada a su ventana, relata cómo vio llegar el agua desde el Barranco del Poyo a las siete menos veinte de la tarde: "Como si fuera un tsunami", recuerda, "sin poder entender nada de lo que estaba pasando".
Tanto Inma como Roberto, óptico del barrio, fueron entrevistados por ‘Informe Semanal’ el 30 de octubre, al día siguiente. Un equipo del programa vivió, en primera persona, la resaca de la dana, que había inundado y embarrado todo lo que estaba a la vista. Un año después, les estremece verse en aquellas imágenes: "Heavy el sonido, ¿eh? Del barro. La mente humana. Cómo intentamos llegar a querer anular la visión de esto. Porque me acuerdo del momento tal cual...".
Un mes después, Roberto hizo balance de daños: 300.000 euros, pero tenía seguro y ha podido reabrir su negocio. No es el caso de todos. María, otra vecina, confiesa que tiene "momentos en los que bajo al suelo, a los infiernos... Pero ha pasado y nosotros somos unos privilegiados porque estamos aquí. Las 229 víctimas, no".
La jueza encargada afirma en el sumario que la gestión de la dana fue "negligente" y cuestiona como "inexplicable" la tardía convocatoria del CECOPI, el órgano que debía pilotar la situación. "Es fundamental conocer la cronología de aquel 29 de octubre porque el presunto delito que se está intentando acreditar tiene mucho que ver con la tardía reacción de la Generalitat valenciana, que es quien tenía la competencia de dar respuesta a la emergencia", dice Lucas Marco, autor del libro '20:11 Reconstrucció judicial al minut de la DANA'. En el ojo del huracán, desde el primer momento, está Salomé Pradas, la imputada exconsellera de Interior. Sobre ella, cae la carga en la toma de decisiones, aunque en sede judicial declaró que no era ella quien las tomaba, sino los técnicos. Pero los vídeos que recogen la reunión del CECOPI parecen desmentirla.
Los hechos que se fueron sucediendo aquel día en Valencia y en los 75 municipios afectados confirman las incongruencias: confusas declaraciones políticas, descoordinación entre agencias, falta de información cruzada y un desconocimiento de lo que sucedía desde ya primeras horas de la mañana, pero sobre todo por la tarde. Desde el CECOPI no se envió la alerta ciudadana hasta las 20:11 horas, cuando ya no había salvación para la mayoría de los fallecidos. Laura Ballester, periodista de Levante-EMV, aporta detalles: "Hay cuatro llamadas de Pradas a Carlos Mazón desde las siete de la tarde. Algunas no se contestan. Otras, sí. Y se supone que son para dar el OK al mensaje. Solo ella puede decir para qué le llamaba". El caso es que un minuto después de la última conexión telefónica entre ambos, se lanzó la EsAlert. Y el presidente autonómico no apareció en el Centro de Emergencias hasta cerca de las ocho y media de aquella fatídica tarde.
Una de las consecuencias de la dana fue la caída del consumo: hasta un 47% en los días posteriores. Una caída que se recuperó con cierta facilidad, pero que no ha sido igual para todos. A las rentas más bajas les ha costado mucho más, según un informe de CaixaBank.
La recuperación también ha sido desigual en el caso de los comercios. La facturación de los pequeños todavía es un 10% inferior a la que tenían antes de la riada.
Foto: Eduardo Manzana/Europa Press — Estado actual de la localidad de Chiva
Hace casi un año de la tragedia, de las calles llenas de fango, de una alarma que sonó tarde y de las 229 víctimas mortales que la dana se cobró en Valencia. A cuatro días del aniversario de la catástrofe, la Asociación de Víctimas de la Dana 29 de octubre 2024 les ha rendido homenaje.
Uno a uno los nombres de las personas que perdieron la vida han ido apareciendo en la pantalla. El último cuerpo se ha localizado esta semana. Aún hay dos desaparecidos.
800 personas han acudido hasta completar el aforo del teatro Olympia de Valencia. Algunas no han podido asistir por recomendación de sus psicólogos. Un acto emotivo en el que han querido dedicarles todo el cariño que no han recibido del Govern de la Generalitat.
El teatro Olympia de Valencia ha acogido un homenaje ciudadano a las 229 víctimas mortales de la dana del 29 de octubre de 2024, que también ha incluido un reconocimiento al voluntariado y a todos los sectores que se implicaron para ayudar.
Exhumación de la fosa nº 113 del cementerio de Paterna (Valencia), grabado el el 4 de julio de 2017 por la Agencia EFE. El 18 de enero de 1940 se inhumaron a 55 represaliados fusilados de la Guerra Civil en esta fosa. En 1941 se enterraron más cadáveres, por lo que se podrían encontrar los restos de hasta 61 en esta fosa de Paterna. Tras la intervención de 2017 se exhumaron los restos de 49 personas, de las cuales se ha podido identificar a 11.
En esta fosa también se han recuperado un número significativo de objetos personales como carteras, tabaqueras, prótesis dentales, gafas y vestuario, entre otros.
Apertura de la fosa 177 del cementerio de Paterna (Valencia), el 22 de abril de 2025, donde descansan los restos de al menos dos víctimas de la Guerra Civil asesinadas en 1942. "La inspección de campo y lo que dice la familia ha coincidido todo para llegar al sitio", explica Alex Calpe, arqueólogo de Arqueoantro.
Son Vicente Martínez Miralles y Vicente Mateu Murillo, ferroviario y herrero, localizados gracias a la voluntad de las familias, sostiene el concejal de Xàtiva Alfredo Boluda.
Familiares y la Asociación Científica Arqueoantro denu ncian que el Ayuntamiento de Benaguasil (Valencia) pone trabas para la exhumación de una fosa en su cementerio. Lo explica Alex Calpe, arqueólogo de Arqueoantro: "Cuando abordas la exhumación de una fosa tienes que tener permiso de todas las partes (...) Nos hemos encontrado trabas, todo se retrasa... Es una de las veces que más complicaciones hemos tenido".
Han transcurrido meses desde que solicitaron permiso a la autoridad competente, en este caso el Consistorio, para proceder con la apertura de esta fosa común de la Guerra Civil. Una tardanza que pone en riesgo la subvención que reciben los familiares para impulsar los trabajos, explica.